escapril 5, the view from up here

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De mi torre de marfil
no quedan más que los huesos
y las ruinas del volcán,

el polvo de ayer
y los restos de una historia
que, por muy mía que fuese,
no era más que puro cuento.

De mi torre de marfil
quedan voces del pasado
que son nostalgia a mediodía
y el más puro terror a medianoche
y que,
seguramente,
también son de mentira.

Y quedo yo,
sola entre mis escombros,
viva a veces,
con la conciencia a flor de piel
pero más real que nunca.

He abandonado la torre
que ya no era más que hierro cruel
de ese que te perfora los pulmones,
te devora el alma con disimulo
y te arranca de cuajo las venas
para tener la insolencia de creerse inocente
y llorarte un ratito en febrero.

Por eso ya no tengo torre,
ni venas,
ni verdades;

solo me queda una mala hierba
acurrucada en el balcón,
que me hace compañía
y se burla de las flores de enfrente

y,
de momento,
es más que suficiente.

los días no vividos Where stories live. Discover now