Confrontación

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Normalmente Aziraphale se despertaba por la luz colándose entre las cortinas, pero esta vez no fue así, su despertador interno de alguna manera le indico que ya debía abrir los ojos y vaya sorpresa, encontrarse en un cuarto casi completamente a oscuras. Lo extraño, es que no se trataba de su habitación, pues en lugar de tener aquella reconocible paleta de colores neutros como beiges, azul pastel o terracotas, era en escala de grises, casi tirando a negro y lo único de color que había, estaba en detalles tonos color vino o rojo.

Vino.

Al parecer había bebido demasiado, pues la cabeza le daba vueltas, tenía una sed horrible y no recordaba como es que termino en un cuarto que no era suyo. Un momento. Algo alarmado palpo su cuerpo, aún traía su ropa puesta, solo su saco y sus zapatos no estaban. Con cuidado de no marearse, volteo a ver a los lados a ver si encontraba algún indicio, y vaya que lo encontró; una foto en la mesita de noche, al parecer tomada en un bar, podía verse a cuatro individuos, entre ellos solo reconocía a dos, a la mujer que estaba en el bar con Crowley el otro día y al mismísimo Crowley, por sus inconfundibles gafas y su cabello rojo, aunque en esa ocasión parecía tenerlo mas corto. Espera ¿Crowley?

Como pudo se levanto de la cama, vio sus zapatos cerca de esta e intento ponérselos, pues sus movimientos eran bastante torpes y erráticos. Salió del cuarto y solo pensó en como bajar las escaleras sin morir en el intento. Tenía una resaca de los mil demonios ¿Como había terminado en la habitación de su amigo? Intentaba recapitular pero solo estaba una laguna mental, se moría de la vergüenza de solo pensar el haber hecho algo embarazoso o comprometedor delante de el. A mitad de la escalera le capto un delicioso olor a hot cakes y café, que lo ayudo a relajarse, aunque fuera un poco.

-¡Ah, ya despertaste ángel! Justo a tiempo.- Vio la cabellera roja de Crowley asomarse entre la puerta de la cocina.

-Yo.... eh.... ¿Que paso anoche?-

-Te invite una copa de vino, porque estabas cansado creo que te relajo demás.- Confesó el apenado.

-¡Oh por dios! Que vergüenza.- Exclamo mientras se cubría la cara con ambas manos y se sonrojaba.-Perdona el causarte tantas molestias.

"Es adorable." Pensó Crowley.

-¿Que va? A cualquiera podría pasarle ¿Enserio no recuerdas nada de anoche?- Pregunto con un ligero tono de ¿Esperanza? en su voz.

-No mucho, solo que llegue a mi casa, me invitaste a la tuya y luego... bueno, todo es confuso, recuerdo que sonaba Somebody To Love de fondo.- Dijo algo confundido.

-Bueno pues.... solo paso eso.- Dijo su amigo, algo nervioso.-Quiero decir, bebimos hasta caer.-

-¿Y porque estaba en tu cama? Pudiste haberme dejado en el sillón, seguro te cause inconvenientes para dormir o subir las escaleras ¡Peso demasiado!- Se horrorizo al pensar en su buen amigo intentar subirlo hasta la habitación con semejante peso muerto. Corwley por su parte comenzó a poner la mesa para desayunar.

-Nah, no pesas tanto y por lo cansado que estabas merecías dormir en una cama. Ademas, como viste es bastante amplia, así que dormí contigo.- Dijo como si fuera lo mas normal, pero Aziraphale se sonrojó hasta las orejas.

-¿¡Dormí contigo!?- Exclamo poniéndose mas rojo que un tomate.

-Que conste que no soy yo el que esta malinterpretando las cosas, ángel.- Le dijo en tono de picardía. Comenzaba a parecerle divertido molestarlo.

-Yo.... ¡No! No es eso.... am... bueno, aparte, es que....- No sabía que decir.- Dios, espero no se entere Gabriel.- Dijo en un susurro, aunque su amigo lo escucho.

Vecinos InefablesWhere stories live. Discover now