FIVE

1.8K 281 6
                                    



Capítulo cinco.

ALONE.


Minho frunció el ceño ante el ardor en su brazo. Youngmi le había dado un poco de algodón y alcohol para que limpiara su herida, que la verdad, no era la gran cosa.

Su vestimenta había cambiado. Como ya el sol se había perdido entre los cerros, optó por ponerse su pijama de dos piezas en vez de otras prendas de ropa nueva. En unos minutos tenía entendido que debía bajar a cenar junto a los demás, se preguntaba si Jisung estaría con ellos, no visualizó al chico luego de que entró en la casa. Aunque sospechaba que se encontraba en su habitación justo frente a la suya.

Sus hipótesis eran acertadas. Porque el rubio sí se había resguardado en su habitación, vistiéndose con un suéter algo viejo y desgastado que era unas tallas más grandes que su complexión. Con esa prenda no se verían sus heridas en los brazos y no llamaría la ateción de nadie. Eso esperaba.

Su celular vibró en el bolsillo de su pijama. Como su caída al lago fue sorpresiva, tuvo que darse un baño para evitar pescar un resfriado y además ver como su ropa había sido arruinada por el barro. Incluso la chaqueta que le había prestado ese chico extraño, Minho, terminó viéndose afectada.

Un mensaje de su madre pidiéndole que bajara a cenar iluminaba la pantalla. Jisung suspiró, sintiéndose agotado de toda esa situación. Desde hace mucho tiempo que no sufría grandes percances en su vida como caerse al lago, o conocer gente escandalosa que jamás callará. Era demasiado para él, solo quería tranquilidad.

Minho sonrió como estúpido, o eso pensó Jisung, cuando ambos salieron al mismo tiempo de sus habitaciones, encontrándose cara a cara. El mayor sintió un deje de emoción rocorrerle el cuerpo hasta la punta de los pies, incluso intentó acercarse al rubio, quien al notar sus intenciones rápidamente corrió escaleras abajo. Las vibraciones y el sonido de los pasos apresurados llamaron la atención de los adultos, que se encontraban sirviendo muchos platillos en una gran mesa de vidrio, desde la cual se tenía la vista al exterior gracias a un gran ventanal. Jisung saludó tímidamente con su mano a la vez que Minho aparecía a su lado.

-Hola- Soltó el mayor, sin saber muy bien qué decir. Sus padres lo invitaron a sentarse para comer, quedando justo frente a la silla de Jisung. El chico pareció dudar unos segundos antes de sentarse, pero finalmente se resignó y lo hizo. Minho sonrió divertido, era consciente de que su presencia no parecía agradarle al contrario, pero eso le provocaba más ganas de conocerlo y saber el por qué de muchas cosas.

La comida fue bastante animada. Los adultos se dedicaron a hablar sobre cosas de trabajos y una que otra vez los metían a ellos en la conversación. Minho solo observaba a Jisung fijamente, esperando una reacción más que indiferencia por parte del más bajo. Sin embargo, este parecía ser bastante bueno ignorándolo. Vio como el rubio en un momento le hizo unas señas a su madre para pedirle un poco más de té. Minho quedó sorprendido, nunca había visto el lenguaje de señas hasta entonces.

Al terminar, los adultos los dejaron solos en el gran salón, diciendo que saldrían a pasear un rato. Jisung no se inmutó, siguió tomando su té calmadamente. Su madre a menudo salía de casa a cualquier hora dejándolo solo en esa inmensidad de lugar. A veces el rubio creía que el aterrador silencio lo consumiría.

-¿Por qué no apoyas tu brazo en la mesa?- La voz del castaño casi lo ahoga mientras tragaba un poco del té. Por un momento se había olvidado de su mera existencia. Ante la pregunta, pensó en su cabeza con obviedad: "por modales", pero sabía que el chico raro no se estaba refiriendo a eso, sino al hecho de evitar rozar cualquier cosa con su brazo, manteniéndolo elevado incluso en los soportes de la silla.

El rubio se encogió de hombros restándole importancia, quería que Minho dejara de hacerle preguntas a cada instante.

-¿Es por tus heridas? ¿Te hiciste mucho daño?- Sencillamente nadie nunca sofocaría la curiosidad y preocupación del mayor. Las personas siempre decían que hablaba mucho o que era muy metiche. No era su culpa, si notaba algo extraño en otra persona, ¿por qué debería callarse? ¿Acaso estaba tan mal preocuparse? Porque las personas siempre se quejaban de que lo hiciera, pero si no lo hacía lo tomaban de descortés.

El contrario bajó su té con algo de brusquedad, observándolo con el ceño fruncido por la molestia. ¿Por qué ese chico era así con él? Ni siquiera era amable con su trato pero aún así seguía insistiéndole para que le prestara atención. El hijo de los Lee era realmente extraño. Jisung nunca llamaba la atención, la gente siempre pasaba de él al no poder ver nada. Entonces, ¿por qué?

"No", respondió con lenguaje de señas moviendo sus manos con fuerza y dureza mientras señalaba las palabras. Sabía que Minho no entendería nada, así que negó con la cabeza a la par que lo hacía.

Estaba bien.

Jisung siempre estaba bien solo.

Tenía que estarlo.

Silence | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora