EPÍLOGO

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Un mes después:

Sehun conduce con cuidado, exactamente lo opuesto que esperarías de un chico tatuado, con una chaqueta de cuero como él. Pero en las estrechas y abarrotadas calles de San Francisco, mientras nos dirigimos hacia la prisión estatal, estoy agradecida, ahora más que nunca, por conducir de forma segura.
Sehun me lanza una sonrisa torcida, el sol causa un efecto luminoso en sus ojos.

—¿Estás nerviosa, Princesa?

Juego distraídamente con el paquete en mi regazo que dice: “Para Papá”.

Asiento.

—Estaría mintiendo si dijera que no lo estoy.

—Bueno, escucha —empieza—. Solo tienes que preocuparte por cualquier tío que se llame Aníbal. No te acerques a él.

Pongo los ojos en blanco, y Sehun se detiene ante la luz roja. La prisión se cierne en la distancia, entera de piedra gris y una altura intimidante. Ahí es donde mi padre ha estado cautivo durante los últimos diez años. Ahí es donde finalmente podré verlo.
Mis nervios están a flor de piel.
Sehun debe de notar que estoy realmente preocupada, porque estira la mano y entrelaza sus dedos con los míos, llevándolos a sus labios y besándolos.

—Eres hermosa, _____. No te preocupes. Te verá y estará muy, muy orgulloso de la hermosa, increíble e inteligente chica en la que te has convertido. Te lo prometo.

—¿Es esta una lección de aceptar cumplidos? —bromeo. Sehun se ríe y se alborota el cabello.

—Solo si quieres lecciones.

—Las quiero —digo con altanería—. Pero de otro tipo.

Sus ojos brillan con malicia. Se detiene en la curva de la prisión, y se inclina para besarme.

—Vuelve pronto, ¿me oyes? Tenemos toda una ciudad para explorar.

—¿La tenemos? Pensaba que solo estamos aquí para destrozar la habitación del hotel.

Sehun se ríe.

—Estaré de vuelta para recogerte en una hora. Ve a por ellos.

Salgo y me despido. Cuando ya no puedo verle, me trago mis nervios y camino hasta la puerta. Un guardia de prisión levanta su gorro hacia mí.

—Buenas tardes, señora. ¿Está aquí por las horas de visita?

—Sí. El Sr. Bernard, por favor.

—Ah, es su hija, entonces. Él habla mucho sobre usted. Nos preguntábamos cuándo vendría.

—No estaba lista hasta ahora —le digo. El guardia asiente.

—Lo entiendo. Me alegro de que esté aquí.

—Ha hecho falta mucho tiempo. —Miro una vez hacia atrás, hacia la carretera—. Pero todas las cosas buenas lo necesitan.


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Este es el final de la historia.
Agradezco a todos l@s lectores por seguir conmigo hasta el final. ❤️

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Gracias por leer. ❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️

(TERMINADA) Chico Malo, Buena Chica +18🔥[SEHUN Y TU] Where stories live. Discover now