Único

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-Yoongi…

Se levantó de la silla quedando parado frente a su escritorio. El despacho estaba lleno de libros. La puerta se terminó de abrir, mostrando a un pequeño adolescente de 17 años, rubio, con solo una camiseta puesta y unos shorts cortos, sus mejillas estaban sonrosadas y sus ojitos hinchados, rojos, como si estuviera llorando hace rato, la punta de su nariz levemente roja.
El menor sorbió su nariz y termino entrando.

-¿Cómo te sientes bebé?

Preguntó Namjoon una vez lo tenía frente a él, sentado en el escritorio y abrazándolo.

-Me duele la cabeza…

Su voz se escuchó quebrada y ronca, había pescado un resfriado, y la gripa junto con las fiebres eran lo que invadía al pobre pequeño.

-Ya tomaste tu medicina ¿Verdad?

-Si… pero no creo que este funcionando…

Namjoon tomo las mejillas del pequeño a su lado y dio un beso en la frente, pasó un brazo por debajo de las piernas del menor y la otra tras su espalda, cargándolo para ir fuera del despacho.

-Él doctor dijo que estarás mejor, solo debes tener más reposo… ¿Cómo se te ocurre venir aquí en esas fachas bebé?

-Solo quería que me dieras mimos… ¿Puedes dormir conmigo hyung?

-Claro que si bebé.

Subió las escaleras con él menor entre sus brazos, llegó a la habitación del pequeño y lo dejó en su cama una vez estuvo dentro de ella. Fue hasta el armario y sacó un pijama celeste que le quedaba muy lindo a Yoongi, era el favorito de Namjoon; y era porque se veía tan adorable en él, que su corazón latía a mil por segundo cada que él pequeño bajaba a desayunar con el pijama aún puesto.

Empezó a quitar las ropas puestas, y le coloco el pijama. Namjoon conocía mejor que bien el cuerpo del menor. Y nunca Yoongi se avergonzó de esto. Ya que prácticamente había crecido junto al mayor desde que lo encontró.

Cuando Namjoon “adopto” a Yoongi, fue cuando lo encontró en un parque, el niño traía una ropas sucias, zapatos rotos y desgastado, machas de suciedad en su cuerpo. En ese entonces  Yoongi tenía 9 años, y Namjoon era un universitario de apenas 18, estaba en su primer año, vivía bien cómodamente, ya que sus padres le habían comprado un departamento ejemplar para que viviera en la ciudad mientras estudiaba, y le depositaban mensualmente una cantidad de dinero “moderable” para sus gastos y gustos. — La familia de Namjoon siempre tubo buen prestigio —. Namjoon al ver al pequeño decidió preguntarle cómo se llamaba. De inmediato Yoongi apartó la vista de un niño que estaba a unos cuantos metros de él comiendo un helado gigante. Sus ojitos brillosos, y su boquita levemente abierta, se notaba que quería ese helado. “Yoongi” respondió. 

Namjoon le sonrió y le ofreció si quería un helado, sin pensarlo dos veces él menor asintió con su cabeza efusivamente. Tomó la mano del pequeño y lo guío hasta la heladería que estaba frente al parque.

Después de haber comido aquel enorme helado de fresas y chocolate, Yoongi  le dio las gracias por milésima vez al mayor.

Y de eso, pasó a una cosa y a otra. Cuando menos lo vio, el menor ya vivía con él en aquel departamento, incluso le llevo de compras por ropa y zapatos.  Yoongi le contó cómo su madre lo dejó en un pequeño restaurante, y que jamás regresó por él, también le había dicho que llevaba más de un mes deambulando por doquier, que sentía mucho miedo y tristeza, le dijo que la había pasado comiendo de lo que los restaurantes tiraban a la basura.

Malditas personas. Pensó Namjoon. ¿Cómo tenían corazón de dejar a un pequeño niño abandonado?. Personas así, no merecían vivir.

Con forme pasaron los años, y Yoongi fue creciendo, se daba cuenta de lo hermoso que era su protegido. Nunca le vio mal, incluso tomaban duchas largas en la bañera llena de patitos que él pálido amaba tener para jugar. Sus padres le daban suficiente dinero, así que metió a un buen colegio al pequeño rubio. A Namjoon le encantaba escuchar como era su día en la escuela, al parecer Yoongi era muy sociable, y todas las niñas le querían.

Can you see my heart? (NamGi)Where stories live. Discover now