❞┊͙Cuatro

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Esa mañana me desperté muy temprano, exactamente a las 5:50 am. Quizás había exagerado. Me levanté de la cama, y lo primero qué hice fue meterme en la ducha.
Al salir, peine mi cabello, y me puse el uniforme de la escuela. Coloqué un poco de loción, y me mire insatisfecho en el espejo. Algo me hacía falta.
Miré dentro de uno de los cajones de mi buró, y tomé un par de aretes. Los miré, y dude en ponerlos o no. Podrían decirme algo en el colegio; quizás me obligarían a qué me los quitará. Sin embargo, supongo que no perdía nada más. Bastante había echó ya el ridículo, creó qué no importaría que lo hiciera una vez más.
Me mire de vuelta en el espejo, y me coloqué ambos aretes. Bajé directo hacia la cocina, y mi mamá me miró asombrada.
-¿Estoy soñando o mi hijo se acaba de levantar temprano? - dijo burlona.
-Ahg~ no es para tanto... sólo no quiero tener más faltas. - entré en la cocina y tomé dos leches de chocolate. Una para el caminó, y otra para más tarde.
-Claro, entonces dime, no tiene que ver con ningún chico ni nada, verdad?- mamá estaba al tanto de mi preferencia sexual.
-Ahggg~ mamá!- me quejé sonrojado.
-¡Eso significa que si al alguien!- gritó emocionada. -Anda, cuéntale a tu omma.- insistió.
-Ah, bueno. Su nombre es Myung-Joon... pero apenas ayer supo que existo.-
-Bueno, al menos ahora te conoce. ¿Va en tu clase?- acarició mi mano, y me sonrió dulcemente.
-S-si, me siento con él, desde ayer. Gracias a Rocky, realmente.- dije no muy animado.
-Woah, Rocky es un buen chico. Siempre quise que tú y el hubieran terminado juntos.-
- ¡Mamá! - di pequeños saltitos, mientras mis mejillas se volvían completamente rojas.
-Mejor me voy al colegio...- tomé mi mochila, y la colgué en mi hombro.
-Ah, por cierto, hijo. La mamá de Lee Dong-Min me llamó para decirme que recién ayer le compraron un automóvil a su hijo. Y que podría llevarte al colegio. ¿No te parece asombroso?-.
-¿Enserio?- me quejé en voz baja. De verdad, que ese niño no se cansaba de perseguirme.
-Si, dijo que pasaría por ti. ¿Porqué no vez televisión, mientras llega?- dijo desde la cocina.
-Claro.- estaba al tanto de que mi mamá y la señora lee, eran amigas. Pero ¿suponían que nosotros también lo éramos? Claro, acepto que hasta cierto punto me caiga bien. Pero no sé si podría considerarlo mi amigo.

Después de unos 15 minutos, alguien tocó a la puerta. Supuse que sería Dong-Min, así que tomé mi mochila y me levanté del sofá.
-Me voy al colegio, nos vemos.- me despedí de mamá. Y abrí la puerta de la casa, para encontrarme con Rocky frente mío.
-Hola.- dijo simple.
-¿Rocky?- miré atrás suyo. Dong-Min nos esperaba dentro de su automóvil nuevo.
-¿También paso por ti a tu casa?- pregunté confundido.
-Sip, vamos.- tomó mi mano, y subimos dentro del auto.
-Buenos días, MoonBin-ssi.- dijo con su ridícula sonrisa, de todos los días. ¿Quien se creía para llamarme así? ¿Pensaba que ahora éramos amigos?
Ahg, no sabría hasta cuándo soportaría su presencia.
-Buenos días.- respondí por amabilidad.
-Ya no llegarás tardé, desde ahora.- me miró desde el retrovisor, y sonrió. ¿Todo esto era algún tipo de plan?
Dong-Min prendió el auto, y manejó hasta el colegio. Los chicos miraron asombrados, cuando llegamos. De caminó al salón, escuché a algunos susurrar sobre nosotros. Genial, ahora todos creían que éramos amigos del chico guapo y popular de la escuela.

Entramos al salón, he inmediatamente mis ojos se posaron en MJ, que miraba su celular en silencio. Aún no había llegado su compañero de ruido, JinJin Hyung. Así que dejé mi mochila a un lado, y me senté en mi lugar junto a Myung-Joon. ¿Se supone que yo tendría que comenzar la conversación?
Le miré de reojo, y esperé a que dejará de mirar su celular, para poder hablar con él. Sin embargo, si no hablaba con él ahora, quizás no podría hacerlo después.

Aclaré mi garganta, y puse una sonrisa en mi rostro.
-H-hola, Myung-Joon- dije aún un poco tímido.
-¡Hola!- volteó a verme, con una enorme sonrisa.
-¿Llevas ahí sentado, en silencio, como por dos minutos y recién me saludas?- río.
-P-pense que estaba ocupado...- refiriéndome a qué podría estar viendo algo importante en su celular.
-Ah~ no realmente. Tú puedes saludarme cuando quieras.- volvió a reír.
-E-está bien...- sonreí apenado.
Cuando el profesor de matemáticas entró al salón, tuvimos que guardar silencio.
Todos se sentaron en sus respectivos lugares. Y sacamos nuestro libro.

-Por cierto, me gustan tus aretes.- susurró, con una pequeña sonrisa. Ni siquiera, pude reaccionar en el momento. El profesor pidió que guardáramos silencio, así que no pude agradecerle.

Mírame: 𝗠𝘆𝘂𝗻𝗴𝗕𝗶𝗻.Where stories live. Discover now