Damballa, el perro protector demoníaco de los niños

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Lucía era una niña de tan solo 12 años que vivía en un pueblo, su familia compuesta por su padre y su madre era bastante humilde, aunque tenía un gran defecto, sufrían de violencia familiar.

Un día Lucía se encontraba jugando en un parque cercano a su casa cuando de entre los arbustos miró a un cachorro bastante lindo, que en cuanto la miró comenzó amenear su cola, este cachorro llevaba puesto un collar bastante fino, por lo que la niña inmediatamente supo que el cachorro tenía dueño y que estaba perdido, se acercó a él y comenzó a jugar un poco, le dijo que le ayudaría a encontrar a su dueño para que no sintiera miedo, así que lo abrazó y lo llevó con ella.


Lucía preguntó casa por casa del pueblo si el cachorro le pertenecía a alguno de sus vecinos o personas cercanas pero nadie asumió la responsabilidad del animal, ante la negativa decidió regresar a su casa pues se estaba haciendo un poco tarde, cuando llegó tuvo una conversación con su madre. -Mamá encontré a este cachorro, está perdido. -Hija, nosotros no tenemos dinero para mantenerlo, buscaremos a su dueño, te dejaré tenerlo pero tienes que prometerme que no dejarás de buscar a su dueño, se ve que es fino y seguramente deben estarlo buscando. -Lo sé mamá, estuve toda la tarde preguntando por el pueblo si era de alguien pero nadie me respondió que sí. -Lucía ¿Qué nombre lleva en su collar? -Tiene un nombre muy raro mamá, se llama Damballa. -¿Damballa? Me suena a nombre africano, bueno, lo dejaremos aquí pero lo esconderás en tu habitación, que si tu padre lo encuentra seguramente tendremos problemas. -Gracias mamá, Damballa te lo agradece.

Lucía se encariño muy rápido con Damballa, jugaba con él todos los días pero recordando lo que su madre le había dicho lo sacaba todas las tardes a pasear para ver si encontraba a su dueño, incluso hizo unos carteles para ver si alguien lo reconoc...

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Lucía se encariño muy rápido con Damballa, jugaba con él todos los días pero recordando lo que su madre le había dicho lo sacaba todas las tardes a pasear para ver si encontraba a su dueño, incluso hizo unos carteles para ver si alguien lo reconocía pero no obtuvo respuesta. Cada vez que los padres de Lucía tenían una pelea, ella abrazaba al cachorro y le pedía a Dios que todo terminara, su padre era un borracho violento que cuando la madre de Lucía no atendía de la manera en que quería o le decía algo negativo, la golpeaba al punto de dejarla muy marcada, Lucía tenía mucho miedo cuando su padre llegaba así.


Un día, Lucía estaba abrazando al cachorro y de pronto se le cayó el collar, la niña lo recogió y se percató que atrás del collar había una leyenda escrita, que decía lo siguiente: Yo Damballa de las tinieblas provengo. Si alguna vez tú me encuentras con estas palabras invocaras a mi dueño "invocó a el portador de luz, estrella de la mañana, Lucero ven a mí". Lucía se cortó el dedo mientras leía y junto con el collar, tiró unas cuantas gotas de su sangre, los ojos del cachorro comenzaron a brillar cambiando de color a un rojo intenso como el color de su sangre, pero la niña no tomó importancia de esto cuando escuchó a su madre gritar: "No, no lo hagas por favor".

La niña salió corriendo al cuarto de sus padres y cuando abrió la puerta vio a su madre en un charco de sangre, su padre la había apuñalado, con sus últimas palabras la madre de Lucía le dijo: "Huye hija, corre". Lucía trató de salir corriendo pero su padre la alcanzó en la puerta de la entrada, y le dijo: "Al fin me desharé de ustedes, podré beber sin problema, tu y esa zorra arruinaron mi vida, así que te mandaré al infierno con ella". Con una sonrisa macabra levantó el cuchillo con su mano y de pronto el cachorro comenzó a ladrarle al hombre, quien volteó y se asustó un poco, el padre de Lucía le dijo que de quién era ese maldito perro, que lo callara, Lucía le dijo que era suyo y que se llamaba Damballa, el padre se acercó al cachorro quien de pronto comenzó a crecer a un tamaño descomunal y transformándose en una bestia horrible, el padre horrorizado soltó a la niña que corrió al cuarto donde estaba su madre y Lucía escuchó los gritos agonizantes de su padre, estaba asustada pero tranquila de saber que su mascota le había salvado la vida.

De pronto por la puerta entró el cachorro y Lucía lo miró un poco asustada, el perro se le acercó y comenzó a lamer su cara, Lucía se dio cuenta que el perro estaba lleno de sangre, de pronto se escuchó una voz decir: "Bien hecho Damballa, es hora...

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De pronto por la puerta entró el cachorro y Lucía lo miró un poco asustada, el perro se le acercó y comenzó a lamer su cara, Lucía se dio cuenta que el perro estaba lleno de sangre, de pronto se escuchó una voz decir: "Bien hecho Damballa, es hora de regresar a casa", Lucía asustada preguntó que quién era, soy el dueño de Damballa, respondieron, tu me invocaste Lucía, la niña preguntó que cómo sabía su nombre, que quién era, el hombre le dijo: "Yo lo sé todo Lucía, me llaman de muchas maneras, pero para ti, soy Lucifer, ahora, por haber cuidado a mi cachorro tengo que concederte dos deseos, así que piénsalo bien", Lucía sin siquiera pensarlo respondió: "Deseo que mi mamá viva y que nuestra vida cambie, deseo ya no vivir así".

El hombre, a quien no se le distinguía el rostro por la oscuridad, se acercó a Lucía y le dijo: "Muy bien Lucía, es hora de que te vayas a dormir", puso su mano en el rostro de la niña y Lucía cayó profundamente dormida. A la mañana siguiente, Lucía despertó entre cobijas finas y pijamas limpias, salió corriendo buscando a su mamá y ahí estaba, Lucía le contó a su madre lo ocurrido y ella le dijo que nunca habían sidos humildes y que su padre había muerto cuando ella había nacido, había tenido un accidente de tránsito, Lucía se negaba a creer que todo había sido una pesadilla, pero recordó sus deseos y simplemente agradeció.

Por la tarde la madre de Lucía recogía la casa cuando le dijo: "Lucía ¿De quién es este collar que encontré debajo de tu cama? Dice Damballa, pero tú nunca has tenido mascotas", Lucía no dijo nada solo le dijo a su mamá que era de un amigo, la madre de Lucía le dio el collar y dijo que lo entregara, que se veía caro y que además tenía sangre, cuando Lucía tomó el collar en la parte de atrás decía: "Gracias por cuidar a mi cachorro, espero que vivas feliz, disfruta la nueva oportunidad".

Por la tarde la madre de Lucía recogía la casa cuando le dijo: "Lucía ¿De quién es este collar que encontré debajo de tu cama? Dice Damballa, pero tú nunca has tenido mascotas", Lucía no dijo nada solo le dijo a su mamá que era de un amigo, la mad...

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