Capítulo 9

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Amanda estaba muy incómoda con la presencia de Karina y le dieron unas ganas locas de gritarle que se fuese y que no entendía que hacía ahí, pero su mamá le había enseñado en estas situaciones se debe ser toda una dama diplomática. Así que respiró y cerró sus ojos unos segundos con el deseo genuino que al abrirlos Karina hubiese desaparecido; pero no, ahí aún estaba...

- Hola hermosa. – dijo Karina de pie frente a Amanda.

- Hola Karina.

- ¿Crees que podemos hablar? Te he llamado y te he dejado mensajes y te he buscado por todos lados...

Amanda se puso de pie y se detuvo frente a Karina y la miró a los ojos con gran seriedad. – Querida mía, aun no sabes que si no responden tus llamadas y tus mensajes es porque no te quieren hablar, no te quieren leer, no te quieren ver y no quieren saber nada de ti. Es muy sencillo de entender, no hay que ser genio para saberlo ¿o me equivoco?

- No sea así tan dura.

- ¿Dura?, ¿me llamas dura? Por Dios, ¿en serio me llamas dura por querer un poco de tiempo sin estar escuchando tus cuentos? Además, no creo que este sea el lugar para hablar nuestros asuntos. – dijo y caminó hacia una esquina justo cerca del barandal de la terraza.

Karina la siguió, la alcanzó y se detuvo a su lado. – Te he extrañado amor.

Amanda guardó silencio y se dedicó a observar fuera, a alguna parte, cual fuese, pero que la mantuviese ocupada. – No creo que tanto Karina. – respondió luego de algunos minutos.

- ¿Qué sabes tú? – la miró Karina.

- Ohhh yo lo sé muy bien. ¿Porque extrañarme si puedes buscar a alguien más que simplemente te acompañe?

- A veces una solo actúa obligada por acciones de otras personas.

- ¿Qué idiotez acabas de decir? O sea que según tú el que te acuestes con tu amiga es mi culpa. – sostuvo mientras se volteaba a mirar a Karina que ya la estaba observando desde que había llegado.

- De alguna manera si lo pienso. – declaró con seguridad y con un aire de grandeza.

- No me jodas Karina, yo no te dije vete acuéstate con la golfa esa, ni te puse un puñal en el pecho para que lo hicieses, si lo hiciste es porque querías, solo porque eres una caliente de mierda que solo piensa en sexo y no le importa los sentimientos de nadie sino su propia satisfacción. Ahora me dices que es mi maldita culpa, mi amor que tú seas una... - mantuvo silencio y prosiguió – infiel no es mi culpa.

- ¿Hace cuánto que no tenemos sexo? – preguntó Karina intrigada.

- ¿Esa es tu pregunta?, ¿es acaso importante ahora?

- Por supuesto.

- Ahhh claro el hecho que no hayamos tenido intimidad hace semanas te da el derecho de estar con otras mujeres porque yo soy la que no te mantiene. – le sonrió cínicamente.

- ¿Y no es así? – alzó una de sus cejas y cruzó sus brazos en su pecho.

Amanda la miró con desprecio. – Ok perfecto y ¿antes de esto?

Karina enmudeció y luego preguntó. - ¿Antes de que?

- Antes de que no tuviésemos intimidad, ¿cuál era tu excusa para ponerme los cuernos? – manifestó fríamente, sin dejar ver algún sentimiento que delatara que le dolía todo esto.

La vida es un paso a la vez (Sankh)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora