La mañana comenzaba y Yeojin apenas se despertó se fue al baño a vomitar todo lo que había tomado la noche anterior y luego se metió a bañar para bajar a la cocina en donde se encontró a Kahei.
-¿Donde está mi mamá?- Pregunto.- Me tiene que llevar a la escuela.- Hablo molesta.
-Tu mami tuvo que irse a trabajar temprano, te voy a llevar yo.- Hablo sonriendo.
-Pfff para eso me voy caminando.- Rodó sus ojos y nuevamente se iba a ir a su habitación.
-Espera Yeojin... No comiste tu desayuno, ayer bebiste y...
-No tengo hambre.- Hablo sin prestarle atención.
-Pero no es bueno qu...
-¡Que no tengo hambre!- Grito y se fue corriendo a su cuarto.
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-Las rosas son rojas, el viento las mueve, yo seré el seis y tú el número nueve.- Hablo Yeojin acorralando por detrás a Yerim, su mejor amiga de la infancia que ahora le gustaba pero a Yerim no por lo que sabía que andaba en malos pasos.
-Yeojin por favor quitate.- Empujó su brazo y la ignoró mientras tenía sus cuadernos en las manos.-
-Dime ya.- La agarro de la muñeca.- ¿Por que yo no te gustó?
-Por que eres una inmadura, y odias a tu mamá, a la mujer que te dió la vida.- Yerim rodó sus ojos.- Además... Bebes alcohol, fumas y también me enteré que te drogas.
-Ufaaa.- Está dió un silbido.- ¿Tanto sabes de mi? ¿No era que no te gustaba?
-Toda la maldita escuela sabe eso, ademas...- Se soltó.- Soy mayor que tú.
Dicho esto se fue dejando a Yeojin sola en el pasillo quien solo suspiraba, camino hasta el baño de mujeres encontrándose con algunas chicas de último.
-¿Tienes lo de siempre?- Pregunto Yeojin mientras hacia como que se arreglaba el cabello.
-Aqui.- La chica le extendió una pequeña bolsita.
-Ten.- Yeojin le dió unos billetes y agarro la bolsita.
Una chica salió de los cubículos.
-Maldita sea.- Yeojin agarro a la chica que salió del baño.- Heejin tú no has visto nada si no quieres que te parta la maldita cara.- La amenazo con su puño.
-N-no no voy a decir nada...- Se soltó del agarré y se fue corriendo.
-Tu sí que sabes cómo poner en su lugar a las chicas.- Sonrió su acompañante mientras se iba.
La mañana de clases pasó aburrida para Yeojin.
-¿Que le hiciste a Heejin?- Hablo Hyejoo agarrando a su prima de la camisa afuera de la escuela.
-Nada, solo le dije que no se meta en que no le importa.- Sonrió.
-Voy a matarte.- Hyejoo la miró desafiante, si bien Yeojin y ella se llevaban bien cuando eran niñas pero ya no por la personalidad que tenía la menor.
-Intentalo.- La empujó.
Entre las dos se comenzaron a golpear hasta que finalmente sus compañeros de clases la separaron.
-¡A la próxima que te metas con mis amigas yo misma me encare de dejarte peor que ahora!- Grito Hyejoo y se libero de sus compañeros
-La que está peor eres tú, mira como te deje sangrando.- Sonrió Yeojin soltandose.
Miró a todos lados y vio como Yerim con un gran semblante decepcionada se subía al auto y su chófer cerraba la puerta. Ya que su madre Jinsol al casarse con Jungeun está le dió el lujo de sus vidas a ambas, Yerim tenía teléfono del año, ropa del mes y todo lo que quisiera además de ir a su misma escuela que era una de las más prestigiosas de la ciudad.
La de cabellos castaños camino por la calle mientras se limpiaba la sangre del labio por el golpe que le había dado Hyejoo.
Mientras caminaba de topo con una vieja cabina telefónica que aún servía, entro allí y saco su teléfono mientras veía el número de padre. Metió una moneda allí marcando su número.
-Hola
-¡Pap...
-El número con el que usted intenta comunicarse ya no existe, intentelo nuevamente...
Yeojin solo dejo caer el teléfono y lo golpeó mientras sus lágrimas caían, sentía rabia y tristeza por aquel hombre que un día solamente desapareció de vida y nunca más supo de el nuevamente.
