Querida (y de verdad) Susana:
Una roca, ese es mi objetivo, reducirme hasta convertirme en una mísera roca. Piénsalo por unos instantes. Las rocas no sienten, no piensan, no ríen, no lloran, ni tan siquiera comen o beben. Resulta tentadora esa idea. Las rocas únicamente existen, están ahí perdurando durante años. Muchas veces, las rocas, pasan desapercibidas o se vuelven inexistentes. Sin duda alguna, envidio a las rocas. No se equivocan, porque no pueden equivocarse y en caso de que pudieran, les daría igual porque no pueden sentir. Mi amiga tenía razón, yo no la creía, pero ahora la creo.
Esto me lleva sucediendo prácticamente toda una vida. Al principio era normal, pues es habitual entre los niños. Sin embargo, cada vez era más y más complejo todo, cada vez más estaba allí y menos aquí. Me repetía constantemente que era divertido, pues pensaba que lo era. Todo este tiempo las señales no dejaban de parpadear, pero yo las ignoraba por completo. Esas estúpidas y constantes fantasías eran tan acogedoras, tan seguras. Cuando llevas tanto tiempo perdiendo, acabas por inventar un mundo donde al menos hay algo que haces bien. Por si no sabes de lo que estoy hablando, quiero que sepas que tu mejor amiga tiene un trastorno de ensoñación excesiva.
No podría describirlo con exactitud. Imagina que es como un viaje instantáneo. Un instante estás en la realidad y al siguiente te encuentras en la gala de los Óscars a punto de recibir el premio a mejor guionista. Estando ahí dentro, es difícil controlar el tiempo que estás en "trance". Por lo menos, aún sé separar ambos mundos, al igual que sé salir. No todo tenía que ser tan malo.
El problema de esas ensoñaciones viene cuando mis emociones se disparan, entonces se vuelven incontrolables. Tengo miedo. Estoy realmente asustada. Esas fantasías tienen sus historias y sus personajes. Podrías decir que no es un problema tener demasiada imaginación y que es algo normal, pero no lo es, sé que no es normal lo que me está pasando. Siento como una diminuta voz interior que en esas ocasiones en las que mis emociones se disparan, me habla y me hace creer que mientras estoy, por ejemplo, llorando estoy dentro de una de esas ensoñaciones. Me hace creer por un instante que, por ejemplo, si lloro o de la forma en la que lloro es porque soy una prestigiosa actriz haciendo "x" papel. Instantes después mi razón me dice que en ese caso no estoy llorando porque salga de mi interior, sino porque en el guion de la supuesta película en la que estoy participando está escrito. Llámame loca, egocéntrica o fantasiosa, me da igual. Sácame esa maldita voz, hazlo de una vez y de la forma que sea. Me consume, porque después de las ensoñaciones me siento mal, como si hubiera dejado algo o a alguien de lado. Se convierte en una adicción, donde llego a tener la necesidad de evadirme a esos mundos. Es cierto que, a lo mejor, estoy exagerando demasiado, pero tú no sabes lo que es de repente desaparecer del mundo terrenal y transportarte a otro mundo. Cuando entro en una ensoñación, usualmente me mantengo de pie o caminando de lado a lado de la habitación en la que esté en ese momento. Además de caminar, puedo llegar a hacer gestos o incluso hablar de manera inconsciente como resultado de creer que una parte de mí está en ese mundo. La voz se cuela cada vez de forma más habitual en mi vida diaria, específicamente en mis acciones. Muchas veces, cuando le envío un mensaje a alguien, por ejemplo, aparece la voz que me dice que lo que estoy mandando y a quién es porque soy de nuevo una actriz en una película.
Así que, estoy realmente asustada. No sé cómo puede acabar el hecho de que me esté sucediendo esto. Tal vez acabe loca creyendo que vivo en ese otro mundo. Tal vez olvido quién soy en realidad y olvido a todas las personas que tengo a mi alrededor. Tal vez se trata de una fase de la edad. Tal vez no sea nada. Sin embargo, al igual que hay un "tal vez no sea nada", también puede haber un tal vez lo sea todo.
He buscado en internet y he encontrado que normalmente las ensoñaciones excesivas son fruto de algún trauma del pasado. Creo que ahí está la clave. Pensaba que lo había superado. Creía con absoluta seguridad que lo había superado, pero, sin embargo, ya veo que el dolor siempre estuvo ahí y que ahora se han transformado en una hermosa jaula. Cuando mi madre decidió quitarse la vida, me sentía tan culpable. Creía que todo había sucedido por mí. Entonces, mi padre fue el siguiente que no pudo soportar el dolor y decidió seguir el camino de mi madre. Yo, una niña de tan siquiera diez años, que se quedó huérfana en una misma semana. Era mucha la presión que recaía sobre mí. Si aquello me hubiera sucedido a los cinco años, cuando apenas tenía conocimiento, tal vez hoy no te estaría contando todo esto. Confío en ti demasiado, sino no te habría contado que estoy como una cabra y que prefiero vivir en un mundo imaginario en vez de mi asquerosa realidad. Estoy harta de: "Tuviste suerte de irte a vivir con tu tía Gloria" "Eres muy afortunada por no haber terminado en una de esas casas de acogida". Estoy harta, porque si realmente piensas que "beber tres veces al día, comportarme como mi querida tía Gloria quiere, limpiar la casa para recibir un mísero plato de sobras para comer y no hablar cuando no tengo permiso" es mucho mejor que una de esas casas de acogida, me compadezco de todos esos niños y todas esas niñas que están en un infierno semejante.
Tal vez sea mejor así, tener ensoñaciones. Es mi droga y me funciona. Cuando quiero huir de la realidad solo tengo que ponerme los auriculares con música y meterme en ese otro mundo donde no hay nada más que felicidad. Esa felicidad, me da igual que sea falsa. Al fin y al cabo, actualmente todas las posibles felicidades son falsas. Sin embargo, toda cara A, tiene su cara B y el precio a pagar es muy alto. No quiero seguir escuchando esa voz, pero tampoco quiero seguir viviendo en esta realidad. Una roca.
Como tú me dijiste, las rocas no sienten, no piensan, no sufren, simplemente existen. Deseo ser una roca, desparecer. Siendo una roca no tendría tantas preocupaciones, tantos problemas, tantos sentimientos, tantas alegrías, tantas desgracias, en definitiva, reducirme a una simple roca es verdaderamente tentador. Susana, gracias por haber leído esta mediocre carta.
Atentamente,
María
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Cartas
RandomSe trata de una historia antológica donde cada capítulo cuenta la historia de una persona. Se tratan capítulos escritos en formatos de cartas/correos electrónicos donde se cuentan diferentes historias. La característica común que une las historias e...