5- Lo siento

90 10 0
                                    

La madre de Dylan no estaba, porque el coche no se encontraba en el garaje y tampoco la televisión estaba encendida; la madre de Dylan nunca perdía su programa de televisión de las nueve de la noche.

Posiblemente, Dylan tampoco se encontraba en casa, debieron de haber salido juntos por las compras y después haber ido a cenar; a Jen siempre le daba mucha envidia pensar en esa imagen. Ella nunca podría hacer algo similar, a menos de que Clarissa se prestara a jugar el papel de su madre, y eso no pasaría, por ninguna de las dos partes.

Afortunadamente, la casa de Dylan solo era de un piso, por lo que era fácil tocar su ventana sin necesidad de trepar un árbol y peligrar caer de él, había tenido clases de escalar durante un tiempo, pero siempre terminaba con las rodillas lastimadas con enormes raspones.

Pero después de todo, la intensidad también era parte de Dylan, le gustaba Jen, y ella a pesar de no entender por qué o como, se limitó a aceptarlo y finalmente hablar del tema. Hannah tenía razón, tal vez Maya la estaba usando y limitarse a ignorar los sentimientos de alguien más era inaceptable.

Después de todo, era algo que le sucedía con Maya, no seria capaz de decirle lo que sentía nunca, temía tanto a que la respuesta fuera como la que ella le había dado a Dylan. Era injusto.

Toco la ventana, dos veces. Dylan le abrió.

Al principio, ninguno de los dos se saludó, Jen se limitó a esbozar una sonrisa mientras que Dylan estaba con la boca entreabierta ¿era tan sorprenderte tenerla frente a él en estas condiciones?

Por supuesto que lo era. Dylan la conocía.

—¿Puedo pasar? —preguntó Jen.

—¿Qué haces aquí?

—Te extrañe.

Era cierto, de alguna manera, lo extrañaba. Eran mejores amigos.

—Pasa —dijo Dylan.

Jen dio un brinco de la ventana para entrar. Había cosas diferentes en su habitación, como la desaparición de todas las figurillas religiosas y un exquisito olor a detergente. La fotografía de ellos tres ya no descansaba en su mesita de noche.

—Es muy tarde Jen, ¿tu padre no se molestara?

—Tal vez, pero regresare antes de que se vaya el ultimo autobús.

—No me gustaría que fueras sola.

—Quería hablar contigo

—¿Tan tarde?

—Bueno, no soy la primera en hacerlo— se encogió de hombros, riendo, trataba de hacer menos tenso el ambiente.

Afortunadamente, Dylan también sonrió.

—Lo siento —susurró Jen —. Por todo, debí de tratar de hablar contigo.

—Tu nunca dices nada.

—Exactamente por eso me disculpo contigo. Porque eres mi mejor amigo, y me importas y no quiero que sientan que ustedes no me importan; soy una persona así de fría y no sé exactamente porque —ella lo sabia perfectamente —, solo quiero decirte que te quiero, se que escapaste, se que enloqueciste por mi silencio y perdón.

—Jennifer —dijo el en voz baja, acercándose a ella.

A Jen le aterro la oscuridad, porque podía presentir sus intenciones, y la lampara descansando en su mesa emitiendo tan escasa luz le decía que Dylan veía un momento romántico, y no de reconciliación.

Se grito a si misma que lo mejor seria aclarar que no era mutuo, incluso si eso significaba sacarse del closet antes de lo deseado.

—Jennifer. Yo te amo —dijo Dylan.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El Verano En El Que Te Conocí [VOL.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora