Extra II

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Vivir con Jimin representaba más de un problema. Más allá de ser de diferentes especies, el verdadero problema era lo que ello implicaba.

Yoongi se hizo bolita bajo las cobijas intentando entrar lo máximo posible en calor y poder dormir.

A él le gustaban los climas cálidos, por lo que no había dudado en llevarse a Jimin a vivir a ese bonito y soleado pueblo. Sin embargo, su precioso novio le puso muchas trabas.

Una de ellas fue el aire acondicionado, al cual se había tenido que acostumbrar junto con el frío. Sacó su cabeza de las cobijas enojado cuando el chapoteó se escuchó en el baño por más de media hora seguida.

Maulló desde su lugar en el centro de la cama y recibió un graznido de vuelta.

El gato negro mantuvo sus ojos fijos en la puerta entreabierta del baño de la habitación hasta que la pequeña cabeza de su pareja se asomó.

El pingüino se tambaleó hasta la cama mojando el piso. Yoongi no sabía exactamente que raza de pingüino era, puesto que su pequeño novio se había negado a especificar. Yoongi incluso suponía que el menor tampoco tenía idea.

Era una rara mezcla entre el pingüino emperador y el papúa (también conocido como Juanito, nombre con el cual Yoongi no dudaba en molestarlo). Sin embargo, para Yoongi era el pingüino más hermoso y tierno que hubiera visto nunca.

Jimin graznó y el mayor movió la cola lentamente, un gesto que Jimin siempre había considerado coqueto y seductor en conjunto con los ojos amarillos de su pareja.

Volvió a graznar, esta vez más fuerte y Yoongi se volteó dándole la espalda, a veces se olvidaba de cuando estaba enojado y caía con los dulces ojos de su novio.

Esta vez la discusión había sido menos intensa, pero para Yoongi seguía siendo importante que Jimin entendiera que no podía hacerle cambiar de opinión solo ignorando el problema.

El felino se negaba a ceder solo porque lo amaba. Así que se dispuso a ignorar el chapoteo constante del pingüino que caminaba por toda la casa y dormitar hasta que Jimin decidiera hacer algo al respecto.

No fue hasta que la tarde cayó que abrió los ojos con pereza, lo primero que se encontró fue su preciada piedra en su cajita sobre el tocador, al lado de sus anillos, parpadeó con la imagen de su dulce novio instalándose en su cabeza.

Era problemático y todo un caso estar con él, pero cada que veía esa piedra, pensaba que la belleza de su corazón era suficiente para hacer que todo valiera la pena. Estaba seguro de que Jimin pensaba de la misma manera.

Estiró su cuerpo peludo y saltó fuera de la cama para caminar fuera de la habitación. Encontró a su novio acostado en el sillón con el teléfono en mano. Yoongi saltó sobre él y lamió su pata con indiferencia.

Jimin respiraba tranquilo, dejando el móvil de lado y dedicándose a observar al gato Bombay. —¿Ya no estás enojado conmigo? —preguntó, alzando la mano para que Yoongi se frotara contra ella. —Te amo mucho, lo sabes, ¿verdad?

Yoongi lo sabía, y era por eso que no lo entendía. Un bebé no les haría daño, al contrario, sentía que ya era hora de traer a un nuevo integrante a la familia, él quería ser papá, y hasta hace unos años Jimin también, ¿entonces qué había cambiado?

—Un bebé es mucha responsabilidad, hyung. —Yoongi lo miró expectante. —Eso significa no más salidas hasta nuevo aviso, ni catnip, ni esos restaurantes caros que tanto te gustan, ya no habrá más cosas brillantes y costosas para romper cuando te aburres, ni iremos cada mes a ese hotel que te gusta. Ya no dormirás todo el día ni tendré baños de tres horas en la bañera. ¿Has pensado en eso?

Las orejas del gato negro cayeron con tristeza, permitiendo que Jimin lo acariciara con cariño. Maulló bajito y le miró con sus brillantes ojos amarillos. El rubio suspiró con una sonrisa rendida.

—Si estás dispuesto a cambiar eso, entonces está bien. —aceptó. —Pero tienes que hacerte responsable de él, ¿entiendes?

—Un bebé nos hará felices. —susurró bajito después de transformarse e inclinarse a los labios de su pareja.

—Tú ya me haces feliz, lo sabes.

—Lo sé. Te amo.

Jimin sonrió. —Te amo también. —se miraron unos minutos en silencio, solo apreciando el rostro de la persona que amaban. —¿Seremos padres, entonces?

—Sabes que lo quieres.

—Tal vez solo un poquito. —aceptó entre pequeños besos.

Gracias por llegar hasta aquí, esta es la primera historia que finalizo para este fandom, así qué espero que haya cumplido con las expectativas y puedan acompañarme en mis próximos proyectos.

Buenas noches. Les mando un beso.

CachetesRojitos

De tí || ym ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora