Culpable

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El presente.

Desde pequeña lo había sentido. Era esa molestia cuando algo no andaba bien con ella. Lo sentí a los cinco años cuando se cayó del columpio de la casa de la abuela. A los trece cuando se rompió la muñeca por querer impresionar a Ed y subirse a un árbol. A los quince cuando se quedó atrapada en el garaje durante toda la tarde. Y ahora, de nuevo, pero no sabía por qué, ni cómo. Y no se iba, y era más fuerte que cualquier otra cosa que me hubiera pasado. Estaba en la sala mirando la chimenea, sostenía una taza de café ya frío y Gina la ama de llaves me había puesto una pequeña manta a mí alrededor. Eran las seis veinticinco de la mañana y la policía había estado ahí desde las tres treintena y dos. Haciendo preguntas como locos y yo solo dije todo lo que sabía mientras recibía la mirada de desaprobación de mi padre y la de consuelo de mi madre. Los agentes que habían salido a buscarla ya habían interrogado a todos los de la fiesta quienes alegaban no haberla visto en toda la noche. A las siete dieciocho de la mañana los agentes volvieron y supe que no eran buenas noticias. Camine hacia la puerta de entrada para ver a mi madre llorando en el suelo y a mi padre intentando levantarla. Uno de los agentes tenía en sus manos unas llaves, las de mi auto. Se giró hacia mí y me las entregó diciendo.

—Lo siento mucho.

No podía estar pasando. No Emma, ella no. ¿Qué pasó?

Antes de que el agente pudiera girarse lo detuve.

— ¿Qué siente? —pregunté intentando no sonar grosera.

—Encontramos el auto, y a pocos metros dentro del bosque estaba ella.

—Si ahí estaba ¿Por qué no la han traído?

El agente me vio con cara de angustia. Oh no, su lastima no.

—Ella no estaba con vida señorita Hale, su hermana ha fallecido... o en todo caso ha sido asesinada.

Lo único que logre articular fue un "¿Cómo?" El agente meneo la cabeza y me dijo que fuera a descansar pero yo no le haría caso.

—Le he preguntado ¿Cómo?

—Señorita Hale.

— ¡Solo responda!

El barullo se calmó después de mis gritos, mi padre camino hacia mí pero se detuvo cuando el agente comenzó a hablar.

—No sabemos el por qué, el auto y sus pertenencias estaban intactos aunque con indicios de que quien lo hizo buscaba algo.

—No le pregunté eso oficial.

—Señorita Hale, esto podría ser muy fuerte de asimilar.

—Usted... —hablé muy despacio—. Acaba de decirme que la persona que más quiero y amo en el mundo, mi hermana, fue asesinada, creo que puedo soportarlo.

El agente suspiro y luego dijo casi en un susurro.

—Primero le dispararon en la pierna quizá para que dejará de correr y luego la estrangularon.

Mis piernas temblaron y de pronto caí inconsciente. No pude soportarlo.

Cuando desperté estaba en mi cama, mi mamá estaba a mi lado y me sostenía entre sus brazos. Por un instante pensé que todo había sido una pesadillas pero no. Emma ya no estaba y quería morir por eso. Cuando me incorporé para poder sentarme mi mamá, quien tenía los ojos hinchados quizá por tanto llorar la noche anterior, despertó y me miró intentando sonreír.

— ¿Cómo estás?

—Como si una parte de mi faltara.

—Oh Grace, debemos intentar salir de esto, tu padre esta con el Agente Frost—el que me había dado la noticia—. Dicen que todos debemos ir a hacer nuestra declaración, tendrán... —su voz tembló—. Tendrán el cuerpo de tu hermana en un lugar hasta saber quién lo hizo, tu padre ha decidido que si en una semana no se sabe nada dejaremos esto y aremos el funeral.

La persona equivocada 1©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora