Capítulo 2

112 11 1
                                    

Capítulo 2 | Bella farfalla.

___________________

"Un'opera d'arte preziosa."

«Fuimos la pareja perfecta, en el momento menos indicado.»

Entre cerré mis ojos con suavidad, no he dejado de pensar en Martín desde el día en que nuestras bocas se fundierón en un deseo candente, la forma en que nuestras lenguas luchaban por el dominio, la forma en que nuestros ojos reflejaban el deseo ardiente y el cuerpo se encendía en llamas por el simple roce. La manera en que el cuerpo de Martín ardía ante mis caricias, y cómo suplicaba en silencio que no me apartará.

Siempre he tenido el control, nunca va a cambiar eso, pero si Martín no es capaz de enfocarse en el plan, no tendré más remedio que seguir los pasos de mí querido hermanito y ver a quiénes ha conseguido para un nuevo trabajo. Sonreí con cierta diversión al recordar. De fundir oro a robar unos billetes, forjar nuestro propio oro era el sueño de Martín y mío, pero...

Tal vez en un par de meses parta a España y me reuna con el equipo. Y les enseñe un par de trucos. Suspiré, bajando la vista a mí vaso con Whisky, viendo la carpeta y su contenido. Son fotografías, y posibles nombres de ciudad para cada miembro de esa banda. Releí una vez más los cargos que trae y veo porque Sergio los eligió principalmente.

Escuché unos pasos acercarse, ignoré la presencia con la que me honra mí viejo amigo y seguí estudiando los pasos que ha remarcado Sergio. Seré su capitán al mando si acepto esté trabajo, pero bajo mis propios términos.

— ¿Andrés? — No me inmute al llamado curioso. — Andrés, por favor, son las once de la noche. — Note el reclamo en la voz de Martín, dejé mis cosas y me voltee ligeramente a verlo, antes de volver a los archivos.

— Sí. Lo sé. — Tomé la pluma y le coloque un poco de tinta, para seguir trazando y cambiando algunas cosas, para hacer de éstos detalles a un más perfectos. — Ah, he leído por hay que el trabajo tiene, entre otras ventajas, la de acortar los días y alargar la vida. — Comenté, sin ponerle mucha atención a la diversión en mí voz. — Creo que quién lo ha mencionado era un escritor filosofo francés. — Hice mención, antes de pensar y de repente recordar. — Denis Diderot. — Pronuncie el nombre que estuvo por escaparse. — ¿Tú que crees de eso, Martincito? ¿Nuestro querido autor tiene razón?

Escuché una pequeña carcajada detrás mío antes de tener a Martín apoyándose en mí escritorio.

— Razón, razón, por favor. La vida es cómo es, Andrés. Sea corta o larga, siempre será significativa la frase para algunos. Cómo te pasa a vos. — mencionó, haciendo que mí mano sobre la hoja que escribía se detuviera.

— ¿A mí? — Negué divertido. — Lo único que nos separa de la muerte es el tiempo, y por lo visto, mí tiempo se está acabando. — me levanté, haciendo caso omiso a Martín, por accidente dejé caer un sobre con las fotografías y habilidades del grupillo escolar que se está por montar Sergio.

— ¿Que es ésto? — Miré en silencio, antes de poder reaccionar cómo Martín levantó los archivos. Me maldije para mis adentros, debería haberlos pasado a PDF en vez de dejarlos desparramados por hay.

— Martín... — Iba hablar, pero fui interrumpido con una mirada ferezo, calle dejándole hablar.

— ¿Vos me estás jodiendo? ¿Que carajos es ésto? ¿De verdad te vas a pasar de fundir oro juntos a imprimir unos billetitos de papel en la casa de moneda esa? — Me reclamo con enojo, un enojo incontrolable.

Vous avez atteint le dernier des chapitres publiés.

⏰ Dernière mise à jour : Oct 04, 2022 ⏰

Ajoutez cette histoire à votre Bibliothèque pour être informé des nouveaux chapitres !

El tiempo nos volverá a juntar | Berlín x PalermoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant