Capítulo 2

6.3K 818 49
                                    

Me cuesta respirar, siento un horrible peso sobre mi cuerpo, trato de moverme pero no puedo. 

-Umm- Muevo mi cabeza de un lado a otro hasta que me suelta y exhalo con fuerza el oxígeno- ¡Idiota!- Gabriel está sobre mi riendo a carcajadas -¡Bájate!- Se hace un lado sin dejar de reír.

Gabriel y yo tenemos un juego... Un poco peligroso por así decirlo. Cuando uno encuentra al otro dormido y lo quiere despertar lo hace de varias formas. Una de ellas es apretar su nariz y tapar su boca y evitar que el oxígeno entre, otra es verter agua en su rostro o hacer cualquier tipo de broma y eso va sumando puntos de quien lo hace mejor. En cuanto a dejar de respirar, le tomamos el tiempo a ver quién dura más. Un día de estos vamos a terminar muerto alguno de nosotros.

-¿Cuanto dure?- Gabriel mira su reloj y hace una mueca con sus labios.

-Minuto y medio- Dice poniendo sus manos detrás de la cabeza.

-Siempre haces trampa- Digo y encoje sus hombros -¿Qué haces acá?- levanta  una ceja.

-¿Disculpa?- Mira a su alrededor -Creo que esta es mi habitación- Señala y me recuento sobre su pecho escuchando el sonido de su corazón. 

¿Estás escapando?- Susurro.

-Si- Dice después de una pausa -Cada día está más intensa- Sonrió imaginándome a Vanessa con su histeria- No sé cómo te la soportas- Digo y lo siento suspirar.

-Es mi novia- Dice -Supongo que la amo- Levanto mi rostro para mirarlo.

-Tú no la amas- Digo.

-¿Por qué dices que no la amo?- Se incorpora sentándose a mi lado.

-Si la amaras, no estarías escapando a toda hora de su lado- Digo- Ademas te la pasas mas conmigo que con ella- 

-Puede que no la ame como al principio pero si la quiero - dice - Lo que sucede es que me irrita que siempre esté con lo mismo-.

-¿De casarse?- Pregunto y no sé por qué siento un nudo en mi estómago al imaginarlo casarse. Será que es por el miedo de perder su amistad.

-Si- Asiente con la cabeza y vuelve a recostar sobre la cama apoyándose en sus brazos -Dice que ya es hora de dar el siguiente paso, llevamos más de dos años y bueno- Encoge sus hombros.

-Y... ¿Tú quieres hacerlo?- Pregunto nerviosa.

-Supongo que ya es hora- Encoge de nuevo sus hombros -Estoy en los veinticinco, es hora de dar el siguiente paso- Golpeo su rostro con la almohada.

-Si claro, veinticinco- Mi amigo ríe y me jala del brazo para recostarme de nuevo sobre su pecho.

-¿Qué tal si nos quedamos a dormir acá?- Susurra acariciando mi cabello.

-Vaya que si eres cobarde- Su pecho se mueve por su risa -¿Aún no puede entrar a esta casa?- 

-Nop- Dice.

-Ok- Ambos suspiramos y cerramos los ojos.

-No entiendo por qué ustedes no son pareja- Dice alguien y abro los ojos encontrándome con Lumilda que está en la entrada de la habitación con los brazos cruzados.

-Sabes la razón- Digo y ella me mira con expectativa.

-¿Me recuerdas?- 

-Tu hijo lo tiene muy pequeño- Digo - Es muy mal follador- Lumilda suelta una carcajada.

-Pensé que con los años ya le habría crecido- Ambas reímos y Gabriel me toma entre sus brazos y empieza a apretarme con fuerza como si fuera una culebra enrollando mi cuerpo.

Un  bello secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora