El destino tenía trazado un camino, tenían que salvar al universo y lo harían,a toda costa.
Último libro de la saga : The Saviors.
Libro 1: Electra
Libro 2: Orabela
Libro 3: Galatea.
Libro 4: the Savior's
Todos los derechos reservados.
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Una vez todos en la nave, escucharon atentos las indicaciones de Rocket, Kaya miró a Natasha la cual hablaba con Steve, Orabela estaba viéndo sus manos y Galatea estaba a su lado viéndo fijamente a Nebula.
—La tienes justo enfrente, no se irá- soltó Kaya bajo, Galatea se sonrojo ante aquéllo y poso sus ojos en los de la rubia.
—A la persona a la que amo, a mi padre y a mi mejor amiga-la miró—Strange estaba con Stark, ¿lo viste? ¿cómo fue?-Galatea entendió lo último y le dio una pequeña sonrisa.
—El sabía que esto iba a pasar, dejo que sucediera, de alguna forma, se fue sabiendo que estarías bien, si no, hubiera luchado hasta morir- Kaya sonrió triste— yo perdí a mis amigos.
—Los traeremos de regreso-dijo Kaya y Nebula comenzó el conteo.
Orabela parpadeo unas cuantas veces antes de abrir sus ojos, Carol salió de la nave a realizar un sondeo y todos se sumieron en un silencio tenso.
—No hay nadie-dijo Carol y todos se vieron entre si, Orabela encendió sis manos y suspiró antes de seguir a Rhodey hasta el punto de ataque.
Una vez Carol dio la señal todos ingresaron a la vieja cabaña, Rhodey, Carol y Bruce sostuvieron a Thanos de sus extremidades, los demás apuntaron sus armas hacía el y el interrogatorio comenzó.
—Oh no- susurró Rocket, Galatea de acercó hacia dónde el roedor miraba y se llevo la sorpresa al no ver las gemas ahí.
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—¿Dónde están las gemas?- dijo Orabela cambiando su mirada azulada a una blanca, Kaya se acercó a ella y trato de calmarla pero un calor intenso la invadió una vez toco su hombro.
—¡Arde!- gritó Kaya en el suelo, Galatea se acercó a la rubia preocupada y vio su mano roja.
—¡Orabela! ¡Basta!-gritó Thor viendo como la peli-blanca ardía de pies a cabeza.
—Maldito asesino- gritó Orabela, el pequeño dragón salió de su lado huyendo del fuego, los demás vengadores retrocedieron temiendo ser quemados por la chica.—¿Dónde están las gemas?