Mateo
Siena tenía la mirada fija en el maestro de inglés, frunciendo un poco el ceño por la concentración y mordiendo el bolígrafo cuando no escribía lo que el profesor dictaba. Parecía muy interesada por los verbos irregulares, pero a mí sinceramente no me importaba nada eso. Solo quería que terminase la clase para poder estar con ella.
- Mateo, deja de mirarla que vas a desgastarla.- Me jodió Manuel en susurro, desde mi lado, y yo le miré mal.
- Mateo enganchado, ¿quién lo diría?- Prosiguió Mauro haciendo reír a nuestro amigo y yo rodé los ojos, fingiendo que escribía algo en el cuaderno cuando noté la mirada del maestro sobre nosotros.
- Monzón, es la segunda vez en dos días que interrumpen la clase con sus amigos.- Se quejó el hombre mirando a Mauro.
- Pero ayer fue domingo, teacher.- Jodió mi amigo y yo me mordí el labio, nunca iba a aprender.
- Sabés perfectamente que me refiero al viernes.- Aclaró el profesor de inglés apretando los dientes con frustración y yo no pude contener una risa.- ¿Es gracioso, Palacios?- Preguntó y noté las miradas de todos sobre mí.
- Un poco, la verdad.- Asentí mirando al suelo con una sonrisa de superioridad y Flor pateó mi silla desde el sitio atrás mío.
- ¡Está bien, pues los dos se quedan acá conmigo después de clase!- Exclamó y yo hice una mueca mirándole. Mauro hizo el amago de contestarle, pero Manuel se le adelantó.
- Bueh, re ortiva, teacher.- Comentó mi otro amigo y la gran mayoría de los alumnos del aula soltaron una carcajada. Me giré para mirar a Flor, que rodó los ojos antes de taparse la cara con las manos y sonreí de lado.
- Vos también vas a quedarte, Manuel. ¿Alguien más quiere unirse a nuestra agradable cita esta tarde?- Cuestionó el profesor irónico, alzando las manos.
Todos guardaron silencio por un momento y giré la cabeza para ver a todos. La mayoría sonreían, divertidos por la situación, pero otros miraban a sus apuntes tratando de pasar inadvertidos para el profesor. Mi mirada se chocó con la de Siena, que rodó los ojos y articuló un "sos pelotudo" con los labios. Yo me encogí de hombros haciendo que ella sonriese y mirase al suelo.
- Si les va a castigar a todos, a mí también, teacher.- Habló Flor a mis espaldas y Mauro, Manuel y yo nos giramos para mirarla boquiabiertos. Ella estaba en la misma posición de siempre, recostada en la silla y mordiendo algo; en este caso un lápiz.
- Florencia, no dejes que te lleven por el mal camino.- Murmuró el profesor soltando un suspiro y pasándose la cara por la mano.- No la voy a castigar.
- Viejo de mierda...- Susurró ella llamando la atención del hombre y yo sonreí.
- ¿Perdón?
- Viejo de mierda.- Repitió más alto.- ¿Ahora si me va a castigar o va a dejar que le siga humillando delante de sus alumnos?
- Los quiero a los cuatro en el aula en cuanto termine la clase, y como alguno intente saltarse el castigo, no me quedará más remedio que hablar con dirección acerca de su comportamiento.- Habló él, con la cara roja del enojo y la frustración.
Yo sonreí triunfante junto con mis amigos y, justo cuando el maestro se giró para continuar la clase luego de un momento de silencio, todos nos giramos al escuchar una voz proveniente del lugar de Siena.
- Me va a tener que castigar a mi también, teacher.
deaa pobre teacher. perdón por el relleno pero necesito un contexto para el próximo capítulo ;(