*Capítulo Dos*

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POV: Dave

Luego de que Zoella se fuera del salón y me dejara solo, me dirigí a la cocina y a regañadientes, calenté los panqueques.

Cuando termine fui a mi habitación.

Voy subiendo las escaleras y al estar en la planta del segundo piso, debo decir, que se siente extraño no sentir su presencia.

Lo sé, sueno como un intenso, ni la conozco pero si que tiene carácter la chica.

Pienso en si ir a su nueva habitación o no, me decidí por la segunda opción.

Cuando estoy en la puerta de mi habitación la abro e inmediatamente me dejó caer en la cama.

No lleva ni veinticuatro horas aquí y ya me tiene al borde de la locura.

Nunca me imagine que la nueva niñera fuera tan joven esta vez, hasta creo que soy mayor que ella.

Mi mente viaja hasta el momento del beso.

Cuando mis labios tocaron los suyos, fue una buena sensación, eran suaves. Cuando la tome de la cintura y la pegue a mi cuerpo, mi entrepierna se rozo con su cintura, al parecer ella no lo sintió, pero yo si y sentí un escalofrío por todo mi cuerpo, pero esa zona en especial se llevó la mejor parte.

Sacudo mi cabeza para alejar esos perversos pensamientos, pero los muy malditos seguían allí.

Es que ¡Diablos! La chica es hermosa, ese pelo chocolate que cae como cascada a sus costados, sus ojos color cafés, sus labios, sus perfectas curvas, su piel cremosa. Era perfecta.

No soporto mas y de un brinco estoy de pie. Como si mi mente me controlara, automáticamente salgo de mi habitación para dirigirme a la de ella.

No toco, por que se que debe está dormida.

Así que giro la perilla sigilosamente para que no se despierte y me arranque las bolas. Me he dado cuenta de que es una chica ruda.

Abro la puerta con mucho cuidado y la miro, en medio de la oscuridad, recibiendo solo la luz natural que atraviesa la gran ventana de la habitación, recostada en su cama, su pelo está regado por toda la  almohada tapando sus ojos, su nariz, y para mi suerte, su boca está ligeramente abierta.

Ella duerme profundamente.

Y la posición en la que está, ¡Dios! Esta chica va a matarme con ese cuerpo, esta boca abajo, con una pierna ligeramente flexionada, lleva puesta la misma ropa con la que llego a casa, y ese Jean ajustado que lleva puesto marca perfectamente su trasero.

Tal vez soy demasiado pervertido, pero con la llegada de Zoella, creo que mis hormonas están más descontroladas de lo normal.

Me recuesto del marco de la puerta y me cruzo de brazos, admirando a mi sexy niñera.

Recuerdo cuando llegó.

Yo me encontraba en mi habitación, escuche que mamá y papá estaban hablando con alguien, así que baje las escaleras.

Escuche a mamá decirme "pequeño", ya estaba dirigiéndome a la puerta, cuando respondí el comentario de mamá, ella me miro, por dentro de mi estaba asombrado, no creía que ella fuese a ser tan joven. Yo solo la miré de reojo, aunque me moría por desnudarla con la mirada.

Cuando mamá y papá se fueron, ella se dirigió a la puerta, como me encontraba ahí, creí que sería bueno molestarla.

Sentí un cosquilleo raro cuando me empujó para que la dejara pasar. Yo quería seguir sintiendo ese cosquilleo. Así que pensé:

¿Por que no ver de lo que es capaz esta chica?

Empezar a hacerla enojar fue la primera prueba, así que le hable como si fuese mi sirvienta.

Eso la enojo, y a mi me gusto verla enojar.

Sin pensarlo, mi mirada bajo hacia sus labios, me fui acercando, era como si ella tuviese un iman que me atraia hacia ella.

Y eso me gustaba.

Luego la pegue a mi, seguia mirando su boca pero podía sentir como ella me miraba. Mis labios al fin  tocaron los suyos.

Tengo que admitir que fue excitante.

Cuando me empujo y plasmo su mano en mi mejilla, sonreí con satisfacción, por que probé en cierto punto de lo que era capaz.

Sabía no se dejaría de mi tan fácil, pero esto supero mis expectativas.

Veo cómo se reacomoda en la cama, eso me saca de mis pensamientos.

Tengo que contener las ganas de irmele encima cuando suelta un pequeño gemido somnoliento.

Esto era demasiado, así que con sigilo, cierro la puerta y me voy a mi habitación.

¡Esta chica va a provocarme un infarto sexual!

Empiezo a quitar mi ropa para dirigirme a mi cuarto de baño a tomar una ducha.

Tenía que relajarme, y relajar a mis hormonas.

Así que entro a mi cuarto de baño y me dirijo a la ducha, templo el agua, antes de dejar que empiece a caer por mi cuerpo.

De repente, a mi mente viene su boca soltando ese pequeño gemido.

Mi amiguito empieza a despertar.

—¡Ahora no, maldita sea!— digo cuando veo que despierta por completo. Así que no me queda de otra que dormirlo.

Mientras el agua cae por todo mi cuerpo, agarro mi miembro viril entre una de mis manos, empiezo a masajearlo de arriba hacia abajo. Cierro mis ojos y la veo. Empiezo a masajear mas rápido ya que casi estoy llegando a mi éxtasis. Masajeo unas cuantas veces más y llego, mis fluidos se mezclan con el agua humeante. Me recuesto de la pared, respirando pesadamente, espero a que mi amiguito se duerma y termino de ducharme.

Cuando salgo del cuarto de baño, opto por unos shorts y una camiseta sin mangas, mi cabello esta mojado y decido dejarlo así, me pongo mis sandalias y decido bajar a hacer algo de cenar.

Estoy bajando las escaleras cuando la veo caminando hacia la cocina, con el pelo en un chongo alborotado, al parecer se ducho por que tiene otra ropa con la cual se ve demasiado sexy.

Lleva puesto un polerón que le queda solo un poquito debajo de la cintura, dejando ver el short de seda que lleva puesto.

No es justo, acabo de tener un momento caliente, no es posible que tenga que tener otro tan pronto.

Trato de controlarme, bajo las escaleras, en silencio entro a la cocina.

Si tengo que hacerla enojar para tener otro pretexto y besarla, lo haré.

***

No Te Enamores De Tu Niñera +18© ||Editando||Where stories live. Discover now