capítulo 5

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GABRIELA

Literalmente no dormí nada ni en la noche del sábado, ni ayer tampoco y es que la ansiedad por saber como es él, si sigue teniendo esos ojos tan maravilloso que tiene, si sigue siendo guapo (aunque está en su mejores años tiene 30 años) me imagino que debe sigue igual o más guapo....

Término de levantarme para darme un baño y ver que haré con mis grandes ojeras ¡por Dios! parecos mapache. Luego de un largo baño me visto con un vestido azul con una correa como cinturilla con la farda tres cuarto más arriba de la rodilla, lo convino con una chaqueta blanca y tacones del mismo color, me maquilló más de lo normal tratando de ocultar un poco mis ojeras (no me gusta el maquillaje) pero debo hacerlo no puedo presentarme en la empresa como un mapache... Término de cambiarme, me tomo mi café con leche, revisó mi bolso para ver si tengo todo y salgo para la empresa (más temprano de lo normal) pero es que quiero estar hay para cuando mi socio llegue....

Tarde demasiado en llegar, el camino se me hizo más largo de lo normal (o quizás yo te muy ansiosa, se podría decir que más de lo normal) y la verdad no sé por qué y no quiero saber, lo único que quiero es ver si con mi socio podemos ponernos a trabajar, para llevar la empresa y nuestros nombres hasta lo más alto, lo demás no importa, ademas no quiero ni necesito nada más en mi vida....

La constructora es muy elegante, paredes pintadas de blanco, gris y negro dándole un toque elegante pero también imponente, es realmente impresionante...

Llego a mi oficina y me quito los tacones pues me gusta trabajar sin ellos, veo la hora (wao si que es temprano) mi secretaria no ha llegado aun falta media hora para su llegada así que mejor me pongo a trabajar.

—Señorita Gabriela —escuchó que me llama mi secretaria y me preguntó cuando llego y cuando tiempo lleva parada ahí....

—Hola Rosa —saludo Rosa es una señora de unos 40, 45 años es muy amable y cariñosa —Perdón Rosa estaba muy concentrada, es esto —digo mostrándoles los planos que estoy diseñando para un nuevo bufete de abogado —Cuanto tiempo llevas hay —pregunto para salir de la duda, miro mi reloj de muñeca y ya hace una hora que llegue (es que cuando amo lo que hago, sé arquitecta es mi pasión) abra llegado Fernando?....

—Si ya me di cuenta —dice sonriendo y pasándome mi café con leche (lo amo) —Llegue hace rato pero la vi tan concentrada que no quise molestarla —de verdad que es una dulzura esta mujer —Y respondiendo a su pregunta acabo de entrar el señor Robles la manda a buscar, que la necesita en la sala de conferencia, su hijo acaba de llegar —Que? ya esta aquí? ¡oh Dios! —Y él quiere presentarlo oficialmente, ya que desde hoy él se encargara de manejar la empresa junto a usted, pero eso usted ya lo sabia....

—Si Rosa ya lo sabia —digo caminando a hasta donde deje mis tacones y mi chaqueta para monérmelo e ir a darle la bienvenida a mi socio —Podrías adelantarte yo voy en un segundo —pido sacando un espejo de mi bolso para verificar mi maquillaje (y no lo hago porque Fernando haya llegado) no claro que no lo hago porque siempre hay que estar presentable...

—Claro que si señorita la espejo abajo —me dice caminando hasta la puerta —Esta usted perfecta así, se ve muy bella, como siempre —me dice antes de salir por completo de la oficina, tan ovio soy? bueno que más da, retocó mi maquillaje y saco para la sala de conferencia....

Camino a paso lentos pero firmes y es que no sé porque me siento tan nerviosa, llego a la puerta y repito hondo antes de abrir, abro y entro buscándolo con la mirada pero no lo encuentro solo veo al señor Federico así que camino hasta él haciendo resonar mis tacones...

Enamorame si puedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora