En el capítulo anterior....
Nos ponemos a hablar sobre mí trabajo y él ríe de alguna que otra anécdota que le cuento. Lo feo de mantener una conversación con Jamie, es que soy de la que hablamos, el nunca aporta temas de conversación que hablen de él mismo. Algunas pobres ilusas dirían que está interesado en lo que hago, pero se bien que escapa de hablar de sí. Es frustrante, pero así es el rubio y, por ahora es un tómalo o déjalo, aunque obviamente voy a cambiar eso a o le cuentas todo a Scarlett o te quedas sin pelotas. La segunda es mucho más cool ¿no creen?
Saliendo del tema de cortar pelotas…¿Por qué es tan especial esta noche? Que yo sepa no es su cumpleaños ¿o sí?
-Mierda- digo en voz alta.
-¿Qué pasa?- pregunta Jamie.
-No es tu cumpleaños ¿verdad?-
Que diga que no, que diga que no…
Él explota en carcajadas ante mi pregunta, lo que me hace pensar que no es su cumpleaños. Pero no entiendo que parte de todo esto es gracioso.
-No encuentro que es tan divertido- digo medio molesta.
-¿Enserio? Todo esto es de locos ¿Por qué pensaste que era mi cumpleaños?-
-Fue lo primero que se me ocurrió, siento que esta “cita” es demasiado especial y no entiendo el porqué- respondo.
-Ya vas a entender porqué- es lo único que dice y mi cabeza se llena de dudas. Es que ¿siempre tiene que ser tan misterioso?
El camino se vuelve silencioso hasta que llegamos a un bonito restaurant, él baja y me abre la puerta. Me regala una sonrisa nerviosa y me siento culpable.
¿Qué hice para que esté así?
No tengo ni la más mínima idea.
Un amable mesero nos guía hasta la mesa, todo a mi alrededor es hermoso. El color rojo resalta en las paredes y el blanco en los manteles. Sin dudas es un lugar sofisticado y sigo preguntándome el porqué de todo esto.
Ya sentados en nuestro lugar, el chico, quien se llama John, nos entrega la carta y desaparece. El silencio incomodo se hace presente nuevamente y ya no lo aguanto, detesto estas situaciones.
-Antes de que preguntar cualquier cosa, deberías esperar hasta después de la cena- me habla Jamie, dejándome con las palabras en la boca.
-Está bien, voy a aguantar mi ansiedad…pero hablemos de algo, odio este silencio- termino mi oración con una sonrisa, quiero que le quede en claro que no estoy enojada, solo muy curiosa.
-Bien, cuéntame de tu día- me dice y lo noto muchísimo más tranquilo ¿Qué es lo que me oculta? Bueno esa pregunta es muy irónica, ya que me oculta toda su vida.
Le relato algunas cosas de mi aburrida vida y el ríe como si todo le resultara divertido ¿Qué le vé de gracioso a trabajar toda una maldita tarde vendiendo repuestos para autos? Ni puta idea.
-¿Qué van a ordenar?- pregunta John.
-Yo quiero pollo al verdeo con crema y champiñones- le respondo con una sonrisa.
-¿Usted señor?- le pregunta al rubio.
-Lo mismo que ella- responde. John se retira y otra vez el silencio reina el lugar.
