43. Epílogo (PARTE I)

300 11 4
                                    

Cuando tocas fondo, lo único que te queda por hacer es volver a levantarte. Cometí demasiados errores de los cuales me avergüenzo, pero con el paso de los años, he logrado enmendar un poco mis errores, solo me falta enmendar el más importante... Solucionar mi asunto Pataky.

Se que tanto Olga como Helga han vendido sus propiedades en Hillwood, pero eso no significa que no pueda tratar de localizarlas, después de pasar estos años en prisión, comprendí el enorme daño que le hice a todos, no sólo a Helga por lo de sus padres, también a Curly y a Nadine los he lastimado de la peor manera; Curly, ¿por qué ocupaste mí corazón de esa manera?

Desde que Curly se fue a estudiar leyes a Harvard, no he podido localizarlo, podría jurar que él no desea seguir hablando conmigo. Lo intento, realmente estoy intentando arreglar las cosas con él, pero... No puedo.

Nadine ha logrado perdonarme, aunque me remarco que ya no confía del todo en mí y que por el momento no desea mí amistad. No puedo culpar su decisión, pero si puedo demostrarle que he cambiado. También las cosas con mis padres han sido diferentes; han retirado todo su apoyo económico hacía mi persona, aunque su apoyo moral seguirá ahí.

— No podemos dejar de apoyarte, eres nuestra hija después de todo — comentó mi padre — pero no recibirás ni un solo dólar de nuestra parte, de ahora en adelante tendrás que arreglártelas como puedas después de salir de esta prisión.

Aquellas palabras no han abandonado mi cabeza desde ese último día que los vi. Han pasado cinco años, supongo que la mayoría de mis antiguos compañeros han de estar terminando con su carrera. Me pregunto si alguno de ellos se ha de acordar de mí; es difícil estar realmente sola, no puedo dejar de pensar que me lo merezco, pero tampoco voy a quedarme en el piso, me volveré a levantar y seré exitosa.

Logré conseguir un pequeño departamento bastante económico en las afueras de Washington, realmente no es mi estilo, pero debo empezar desde cero. Tampoco he renunciado a mi sueño de ser una diseñadora de modas, tal vez me retrasé un poco en el inicio, sin embargo, la intención y el deseo son los mismos.

Después de acomodar mi escaso guardarropa, he decidido recorrer un poco el lugar para familiarizarme con mis alrededores, también debo conseguir un periódico para buscar un empleo y así tener una estabilidad económica, mis ahorros no durarán mucho si no consigo uno.

Conforme iba caminando, me percate que este lugar no se ve tan mal, logre divisar un pequeño parque al dar la vuelta a la esquina, decido atravesarlo, del otro lado puedo ver varios negocios; cafeterías, librerías, Florerías, restaurantes, bancos. Decido detenerme en un pequeño supermercado para realizar unas pequeñas compras, al entrar puedo ver que hay un estante con los periódicos que maneja la ciudad, decido tomar uno y continuo con mis compras.

Me alegra saber que no necesitare ir lejos para comprar mis provisiones, creo que realmente no considere estas cosas cuando conseguí el departamento.

— ¿Acaso es Rhonda Wellington Lloyd a quién tengo enfrente de mí? — escucho a alguien pronunciar mi nombre, pero no logro recordar su voz por lo que me veo obligada a voltear y ver de quien se trata.

— ¿Acaso nos conocemos? — pregunte con desconcierto a la mujer a mis espaldas.

— Supongo que es normal que te olvides de aquellos que nunca pertenecimos a tu círculo de amistades — me brindo una sonrisa sincera, la cual me resulto bastante familiar — soy Patty.

— ¿Cómo? ¿la gran Patty? — mi asombro debió ser peculiar pues Patty no dejaba de reírse.

— Créeme que, de todas las personas del mundo, jamás creí encontrarte aquí y debo imaginar que no has estado del todo bien, tu aspecto demacrado lo dice todo por ti.

Aprendiendo a VivirTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang