¿Alguien más?

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Todo lo que estaba viviendo estaba tan  extraño pero a la vez tan divertido y nuevo. Aun no puedo recordar bien lo que me paso para llegar a Berk; pero el hecho de haber llegado a este  y conocer a Hiccup y  su familia era una experiencia  única.

Es cierto que me asuste al principio. Tú sabes, no soy visible para nadie. Y  de un de repente, llegar a esta isla y  que dos personas y un dragón pudiesen  verme, realmente si me sorprendió bastante. Pero ahora lo entiendo mejor. Los héroes aún existen. No solo en leyendas como la mía o como  la de mi “familia”; si no héroes de verdad, capaces de crear un mundo mejor o, por lo menos, mejorar donde es que ellos habitan.

Después del desorden que causamos,  y que Hiccup me presentara con su madre; limpiamos la nieve que estaba en la escalera y nos dirigimos hacia  donde Hiccup tenía su  primera tarea como jefe de la isla. Él se veía emocionado, puesto que quería ver quien más me podía ver para saber quién más tenía una alma de héroe o por lo menos, una pisca de fuerza para cambiar el mundo.
Yo estaba muy nervioso y emocionado. El no dejaba de contarme sus aventuras y lo que podía hacer con Chimuelo. Y yo comenzaba a contarle mi vida como “Dios”. Le conté sobre Norte y el me conto de su padre. Hiccup  se veía triste cuando recordaba a su padre. Yo lo podía percibir.

-Hey Hiccup, ¿Todo bien?

-Sí, es solo que… bueno... aun me cuesta un poco hablar de mi padre.

-¿Y tu madre como lo tomo?

-Bueno, ¿Tu cómo crees? Te separas de la persona que amas y, veinte años después te reencuentras con ella. Te das cuenta que ha cambiado bastante; pero que su cambio ha sido para bien. Recuerdan lo vivido antes y de un momento a otro te lo arrebatan nuevamente, pero esta vez, es para siempre.

Se rascaba la cabeza. Me sentí un completo idiota por preguntar eso. Yo mismo sabía lo que era perder a un ser querido y ya no tener contacto jamás con él. Recordé inmediatamente a mi hermana y ese día en el lago.

-Lo… lo lamento Hiccup. Mi pregunta fue muy estúpida.

Me sonrió un poco.

-No te preocupes, Frost; no es tu culpa. Y los culpables ya fueron castigados.

-Aun así, fui muy inconsciente con mi pregunta.

-Vamos Frost- Me golpeo en el hombro mientras  una mueca de sonrisa salió de su rostro. - No tienes por qué preocuparte. Realmente ha sido difícil, pero mi madre y yo estamos superando su perdida día a día con ayuda de nuestros amigos. ¿Sabes? Eso es lo mejor de aquí. Berk está lleno de gente que jamás te dejara sola y siempre está apoyándote cada uno a su manera.

-Sí, sé que es tener ese apoyo de amigos- Sonreí un poco – Claro que, cada uno a su manera.

Los dos asentimos y soltamos una carcajada.

-Bueno, y ¿Qué es lo que sigue “Gran jefe se Berk”?

Hizo una mueca de desagrado.

-No me digas así… se escucha tan… raro.

Solté  una carcajada.

-Bueno, bueno… ¿Qué es lo que sigue Jefe Hiccup?

Me lanzo una mirada burlona.

-Síguele Frost.

-Está bien, está bien. Ya dime que quieres que haga.

-Pues, no lo sé.

Se rasco la nuca. Yo en verdad quería saber cómo era un día en la vida de un jefe de una isla tan fantástica como la que Hiccup tenía.

-No creo que puedas ayudarme en mucho por ahora.

~NUESTRO SECRETO~ (En pausa hasta nuevo aviso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora