veintiséis : punto de quiebre

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Martes en la tarde. La chica suspiró al sentir como las cobijas se le pegaban más al cuerpo. La cama le pedía a gritos que no se separa de ella.

Isabella se levantó y tomó sus medicinas, sin salir de la habitación.

Abrió su ventana y miró su teléfono un momento antes de notar que Miquel le había contestado el mensaje.

¡Hola! Me encuentro bien, ¿y tú?

Vaya noche, aún tengo algunos recuerdos de ella, ¿quieres ver?

La chica sintió un escalofrío recorrerla.

Jaja si

Bloqueo y silencio su teléfono.

Se levantó, limpio su cama y se dirigió a prender su computadora en su escritorio. Comenzó a escribir rápidamente pero nada salía de su mente. Y estaba realmente harta de no poder escribir algo bien sobre los feminicidios. Algo concreto, algo claro.

Dejó salir un suspiró de frustración y le tomo a su botella de agua.

Escucho un golpe en su puerta y ni siquiera se digno en voltear.

- ¿Qué pasa Paco?

- Eh... Buenos días Isa - ella volteó, pasando una mano por su despeinado cabello -, alguien vino a verte.

Él se hizo a un lado y dejó pasar a Alejandro, que venía con una bolsa de plástico color blanco en la mano.

- ¡Paco...! - el mencionado se dio la vuelta y cerró la puerta.

Un silencio absorbió a la pareja, que se miraba con duda. Alejandro avanzó y dejó la bolsa en el escritorio.

Isabella se levantó y quedó frente a frente con Alejandro.

- Eh, supongo que no has visto mis mensajes ni mis llamadas - dijo Alejandro -, Sue me dijo sobre lo de tu artículo. Esta bien. Te entiendo.

La chica parpadeó confundida.

- ¿Me entiendes?

- Si. Tienes trabajo, estás en la universidad... Es mucho - la chica se paso una mano por la cara -. Y si, me molesta un poco que me estes ignorando, pero al menos...

El teléfono de Isabella vibró. Ella maldijo en voz baja, pensando que lo había silenciado, y lo apagó.

- Ah, lo tienes encendido.

La chica no dijo nada.

- Mira Alejandro, no tengo tiempo ¿esta bien? - dijo ella, mirando su ventana abierta - Tengo apuntes y trabajos que transcribir, y...

- Si no quieres estar conmigo dímelo y ya.

Isabella se quedó sin palabras. Miró los ojos de Alejandro, oscuros y cansados, y sintió toda la culpa en su ser.

- ¡N-No es eso! - exclamó ella, señalando su computador - Claro que te quiero, y mucho, pero tengo trabajo. Y n-n-no te quiero perder, pero simplemente... Yo no... Es que yo...

La chica rompió el lágrimas, hablando entrecortada.

Alejandro dio un paso adelante y la tomó de las muñecas con suavidad, parando sus movimientos bruscos. La abrazo con fuerza, sintiendo como el pequeño cuerpo de ella temblaba.

Después de unas palabras cariñosas, Alejandro tomó la bolsa que había dejado en el escritorio.

- Te traje comida china.

Una sonrisa se posó en los incoloros labios de la chica.

- Gracias.

Ambos comenzaron a comer en silencio, pero un poco más cómodos. Incluso Alejandro se había ofrecido para ayudarle a escribir su artículo sobre los feminicidios.

- Te quiero - dijo Alejandro entre comidas.

Isabella sintió su labio temblar, y contestó antes de salir disparada al baño.

- Yo también te quiero.

Fue al baño y una vez allí rompió en lágrimas. Sacó su celular de su sudadera y le contestó a Miquel.

Pero primero observó la imagen que le envió. Y casi llora.

Era ella, desnuda en la cama del mismo. Junto a eso venía un mensaje que decia:

Si te divertiste ¿verdad?

La chica suspiró y contestó.

Eh... ¿No habrá manera de poder vernos pronto?

El chico le contestó casi de inmediato.

Ah claro. ¿El viernes en el centro?

Si. Nos vemos.

Apagó su teléfono y comenzó a llorar de nuevo.

xtessax

perfectly wrong (skam españa; alejandro) Where stories live. Discover now