15. Final

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Pi

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Pi.



Pi.







Pi.

Ese ruido.

Era tan molesto.

Quería abrir los ojos para entender que era y donde estaba pero hasta haciendo ese mínimo esfuerzo le dificultaba.

¿Que había pasado?

Ese ruido era tan molesto que quería levantarse y apagarlo, fuese lo que fuese pero que sentía su cuerpo aplastado, agotado, como si le hubiera atropellado un auto.

Espera...

¡Eso había pasado!

Un auto lo había atropellado pero... ¿A dónde iba? Era sábado y no debía trabajar y las compras ya estaban hechas.

¿Entonces?

Intentó mover una parte de su cuerpo, logrando apenas mover los dedos de sus manos y pies en donde se alivió al tener algo de movilidad. Al ya poder doblar  los dedos, ahora probó en levantar sus párpados, que con lentitud los fue abriendo encontrándose una luz blanca cegadora, provocando que los cerrara de vuelta para luego parpadear varias veces hasta acostumbrarse.

Ya listo.

Ya con la vista acostumbrada al ambiente, se encontró con claridad un techo blanco, miró de reojo hacia la derecha encontrándose con una ventana con cortinas blancas que se movían por el viento, la persiana hacia arriba dejando que el aire frío entrara, dejándose ver el cielo nublado, típico de Forks. Miró de reojo, que por alguna rara razón no podía mover su cuello que, creería que tiene un cuello ortopédico, giró sus ojos hacia la izquierda encontrándose la máquina que causaba ese sonido molesto que indicaba su pulso y el suero a un lado.

Frunció el ceño al ver a alguien a su lado, su cabeza apoyada a los costados de su brazo izquierdo, todos sus cabellos oscuros tapaban su rostro pero que reconocería esa alocada cabellera a kilómetros.

—A...— apenas logró decir aquella letra y su garganta pinchó, como si miles de agujas se clavaran en aquellas zonas, que creía que si pudiera tomar un poco de agua lo aliviaría, además que podía sentir sus labios resecos.— An...— tosió, comenzando a molestarse en no poder terminar de formular una palabra. Respiró profundamente y con todas las fuerzas que tiene, se esforzó a llamar a su amiga.— Andy..

Solo fue un susurro.

Bufó.

—Andy.— volvió a llamarla, con su voz más normal.

Rodó los ojos, gesto que dolió pero decidió ignorar, al maldecir a su vecina por tener el sueño tan profundo.

—ANDY.— habló más fuerte, sin llegar a gritar ya que cada vez que lo hacía su garganta pinchaba.

Flores {Esme Cullen} ✔Where stories live. Discover now