ᴘᴀᴅʀᴇ ꜱᴏʟᴛᴇʀᴏ

50: Si se puede llamar boda 1👰

50

Los pajaros cantaban, el cielo azul despejado sin ninguna nube desformada interrumpiendo tan majestuosa vista, el sol resplandecía mientras que sus rayos se colaban en la oscuridad de la habitación alumbrandola.

El día estaba perfecto, todo se veía tan bien y tranquilo para celebrar una boda.

-¡Ah levantarse!

Oh tal vez no.

-¡Querida de pie, de pie! - exclamo Izayoi enérgica y positiva como siempre. Camino hasta abrir completamente las cortinas haciendo que la luz solar invada la oscuridad de la habitación dejándola alumbrada.

Inuyasha y Kagome se abrazaron para evitar las luz en sus ojos.

-¡Hoy es el gran día de pie! - tiro de Kagome hasta separarla de Inuyasha y sentarla en la cama.

-¡Son las seis, la boda es a las siete de la tarde! - escandalizo Kagome viendo el reloj de pared.

-¡Uy, ya es tarde! - Izayoi tomo cualquier ropa de Kagome más calzado y puso de pie a Kagome.

-¡Inuyasha dí algo! - Kagome se resistía.

-No, gracias. Prefiero esperarte entero y vivo en el altar - Inuyasha se cubrió hasta la cabeza queriendo volver a dormir.

-¡Te dejaré plantado en el altar! - e Inuyasha reaccionó incorporándose en la cama.

-Mamá, déjala dormir un rato más ¿Quieres que me case no?

-Por supuesto - asintió-  y con más razón me llevo a Kagome.

Y sin más nada que decir y a la fuerza se llevo a Kagome mientras ella refunfuñaba.

-¡Lo siento!  - grito Inuyasha, se resignó y se acosto de nuevo para dormirse dejando a su novia a su suerte.

°°°

-Ah depilarse.

-Ya lo hice.

-¿Enserio? ¿Con formita? ¿Cómo le gusta a Inuyasha?- curioseo Izayoi.

-No importa como Iza, ya me depile - sonrojada respondió Kagome en medio del desayuno ya cambiada con la ropa que su futura suegra agarró al azar de su closet.

-Tu madre vendrá para el almuerzo, mientras tanto nosotras iremos chequeando que todo este en orden para la gran boda - hablo ilusionada Izayoi con sus manos juntas y ojos soñadores.

Dios no, su madre y suegra juntas...

°°°

Junto con Sango y su panza de embarazada de cinco meses recorrieron primero el salón de fiestas, se quedaron allí hasta observar que empezaron a trabajar y quedar satisfechas con la idea de decoración. Luego confirmaron el servicio de comida, meseros, bebidas, dj y entretenimiento. Por último visitaron la iglesia, todo en orden decoración blanca y alfombra roja, el padre le dio una penúltima bendición y allí Kagome aprovechó para pedirle también una para su suegra, para ver si así el demonio malicioso en su interior se extinguiera.

Compraron algo para comer mientras iban en el auto hasta su casa, Izayoi y Kagome hablaban, Sango solo se concentraba en comer su banderilla, ya quería llegar a la casa de su amiga y seguir comiendo.

El embarazo lo llevaba bien, más que bien...bueno, a principio se enojaba por las nauseas de los primeros meses y se las agarraba con Miroku botándolo de la casa decenas de veces. Pero siempre le pedía perdón y volvían a amarse. Miroku era muy atento y amoroso con ella y Sango se lo agradecía de la misma forma.
Nunca se había imaginado terminar así y menos con Miroku, pensó que nunca más lo volvería a ver...pero he aquí, empezando una familia con el amor de su vida.