Mi Vida, Mi Suicidio

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Es un día soleado, se acerca el fin de semana y anhelo ser joven otra vez, recuerdo no haber tenido mayor preocupacion que llegar temprano a casa, sonrió, que sencillo fue vivir esa etapa de mi vida. Los rayos de sol caen directo a mi cuerpo, alzó la mirada y anhelo una gafas de sol. Si los rayos vienen directo a mi, por que siento frío, no exagero, mis manos están heladas. Creo que voy a enfermar.

Aún no recuerdo como llegué aquí, estoy caminando en una de la calles principales de una pequeña ciudad en la que he vivido los últimos diez años. Estoy perdiendo la memoria y definitivamente creo que estoy envejeciendo, sonrió, es una frase que la repito a menudo, a mi me hace mucha gracia, pero a mis hijos les molesta cuando la escuchan. Ellos creen que seré eterno.

Camino por la calle principal y giro a la izquierda, la casa del fondo es donde vivo, es una casa bonita que alquilo estos últimos años por trabajo. La casa es de ladrillo de color blanco y tiene un patio delantero lleno de flores, no son plantas de mi gusto realmente, pero hacen que la casa tenga color y sea la más bonita de la calle.

Mientras camino veo los adoquines en el suelo, casi siempre cuando quiero despejar la mente suelo jugar a no pisar las roturas, o a no pisar los menos bonitos, es gracioso, es un juego que hacía con mis hijos cuando eran pequeños y yo me sigo divirtiendo. Estoy cerca, definitivamente tengo que cortar el césped de enfrente, me he descuidado mucho estos últimos días.

Carajo! Mis llaves no están en el bolsillo de mi pantalón, que extraño, hoy todo ha sido muy diferente y para variar la puerta principal de la casa esta abierta. ¿Quien podría visitarme? Ahora que lo recuerdo ayer mientras tomaba una copa de vino, escribí varios mensajes de texto a mi familia y ninguno anunció que llegaria. Apropósito es viernes, fin de exámenes de mis hijos, es imposible que ellos estén aquí.

Algo de miedo se apodera de mi cuerpo al subir los escalones, es tanto, que cuento los segundos que tarda mi pierna en llegar al suelo, carajo! escucho crujir las hojas secas que han caído del árbol, intento hacer el menor ruido posible al pisar el último escalón, y logró llegar a la puerta de color azul que se encuentra abierta.

Es un alivio llegar a este punto, llevo mi rostro hacia dentro de la casa y observó a la derecha la pequeña sala gris que también la he convertido en mi oficina, muy desordenada por cierto, observó a la izquierda y veo la cocina, es uno de mis lugares favoritos espero que esas manchas de vino en el mantel puedan salir, el lavador se encuentra a lado de la cocina y es la única zona de la casa que está limpia, recuerdo ayer haber lavado y secado toda mi ropa mientras escuchaba algo de música.

Mis ojos parecen no parar y vigilan cada detalle de la casa, los cuadros, los adornos, las fotos, los libros y por ahí una que otra hormiga caminando hacia el frasco de la azúcar. Trato de tranquilizarme, pero sigo atento observando todo en busca de algún signo extraño, o un posible intruso.

¿Hay alguien aquí? me atrevo a preguntar y un silencio extraño y algo eterno inunda el lugar, ¡hay alguien aquí! grito, pero nadie responde. En realidad tengo que relajarme un poco ¿Acaso estoy olvidando las cosas? Quizá deje la puerta abierta en la mañana y no lo recuerdo. Me cuesta aceptar que estoy envejeciendo.

Nooo! - alguien llora

¡¿Quién llora?! ¿Todo este día es un sueño? comienzo a desesperar, y el frío se apodera aún más de mi cuerpo, no siento mis manos, estoy agitado y en todo el mal estar no logro escuchar el sonido de mi respiración, entro en ansias, llevo mi mano hacia mi brazo y con las uñas lo pellizco, no puedo sentir nada, pellizco mis piernas con todas mis fuerzas, es inútil, agarro un poco de mi cabello, lo enrollo en mis dedos y halo a toda prisa, ¡Ahhhhhhh! grito, me rindo, no tengo dolor.

No puede ser!! - alguien llora

Mientras me incorporo escucho otra vez a la mujer llorar, atento a los sollozos trato de identificar de que parte de la casa viene el sonido, casi no puedo pensar en nada, pero me convenzo de que el ruido viene desde el fondo del pasillo, el ruido viene desde mi habitación. ¿Que está pasando? Espero despertar pronto de esta pesadilla.

Trato de moverme y comienzo a dar pasos pequeños hacia la habitación principal, me desespero, cada ves los pasos son más grandes, me agito, comienzo a correr hacia el final del pasillo, nacen nuevas preguntas en mi mente, giro rápido a la derecha, agarro la pared con mi mano izquierda, pero es inútil, carajo! tropiezo y caigo de rodillas dentro del cuarto, al lado del velador.

Llevó mis manos hacia mi rostro y como niño entro en llanto, siento que no puedo más ¿que esta pasando? no siento el golpe en las rodillas, no siento mi cuerpo, no siento mi respiración, me estoy volviendo loco. En toda mi angustia escucho nuevamente a la mujer, pero esta ves esta muy cerca, no quiero alzar mi cabeza. Tengo miedo.

¿Por que no me quede viendo los adoquines en la calle? ¿Por qué no me encontré con ningún vecino? ¿Por que tuve que salir de casa? ¿Por qué aparecí derrepente en la calle principal? ¿Que paso esta mañana? ¿Que paso ayer? son algunas preguntas que me hago este momento mientras lloro y sigo tapando mi rostro.

Tomo valor, no tengo otra opción, retiro mis manos y alzo mi cabeza, mis ojos observan despacio la clara y amplia habitación, en un rincón se encuentra mi ropa limpia que en la noche lave y seque, me tomé el tiempo de ordenarla por colores, junto a la ropa se encuentra mi mesa de noche es algo antigua pero combina perfecta con la decoración, encima de la mesa alcanzo a ver la caja de mis medicamentos, que por cierto me recetó el psiquiatra por que no puedo dormir, y un pequeño plato con algunas frutas que comí ayer, sigo girando mi cabeza, la televisión se encuentra apagada, las ventanas abiertas y si, logro ver una mujer acostada en mi cama.

La observó, y relajo mi cuerpo, ella es joven, tiene su rostro sonrojado por haber llorado y también está muy sudoroso por el calor, su cabeza está inclinada y su rostro se fija frente al mio, su cabello negro y largo está revuelto en las sábanas, y su maquillaje está algo corrido, abraza mi almohada blanca con mucha fuerza y al moverse un poco puedo ver su nariz pequeña y sus labios finos.

Reconozco al intruso en un instante; es mi hija, la veo pero ella no puede verme a mi, me fijo en sus ojos grandes y negros que están mirando al infinito mientras caen lágrimas en sus mejillas sin control, quieta sin casi moverse debe estar haciendose cientos de preguntas que lamentablemente no podrán ser respondidas.

Me siento derecho frente a ella, y veo que vuelve a apretar la almohada con más fuerza, cierra sus ojos y la huele despacio, inhala fuerte el aroma de mi cabello, una, dos, tres veces creo que el olor le da un poco de tranquilidad, pero no es así, enseguida se frustra y vuelve a llorar sin consuelo.

Hija mía, recuerdo la noche anterior, mientras cenaba y enviaba mensajes de texto. Como pude haber hecho esto...

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⏰ Last updated: Apr 27, 2020 ⏰

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