Capítulo #46

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Paramos en una cafetería para desayunar, ella está más callada de lo normal, ahora debería estar haciendo sus típicas preguntas estupidas o en el interrogatorio que me hace siempre que nos vemos.

- ¿Que tienes aparto su vista de la ventana para mirarme.

- Nada.

- ¿Entonces por qué tan callada?- pregunté mientras revolvía el zumo de naranja con la cuchara.

- No hay nada de que hablar.

- Venga ya... Ahora es cuando me haces el interrogatorio tan original que tienes- sonrió.

- Pensé que te molestaba.

- Si, me molesta, pero prefiero que me interrogues a que estés callada, eso me estresa más.

- Tengo miles de preguntas para ti pero creo saber las respuestas y no me causarán ninguna gracia- empezó a doblar la servilleta- prefiero quedarme en silencio.

- ¿Que clase de preguntas?- me acerque a ella cruzando los brazos sobre la mesa.

- Ya te dije que no diré nada- me subió las gafas a la cabeza- Tus ojos son de otro mundo.

- ¿Que? Pero mi padre, Ander y Aron también los tienen como yo- seguía cerca de ella, aún tenía mis gafas en sus manos y no quitaba su mirada de la mía.

- Pero los tuyos son más claros.

- Puede ser... Pero deberías ver a Aron bajo el sol, aparte tus ojos también son preciosos... No solo los ojos... Tu sonrisa me encanta- lo digo inconscientemente, no suelo hacer esto pero ella me lleva hacerlo.

- Vaya, Alexander Rivers coqueteando con una chica la cual ya estuvo en su cama, quien lo diría- ambos sonreímos.

- ¿Puedo besarte?

- ¿Estás bien?- eso mismo me pregunto yo- digo, normalmente besas a cualquier chica sin permiso.

- Esque tú no eres cualquiera... deberías sentirte afortunada, eres a la única que le he pedido permiso para besarla... ¿Entonces qué dices?

- En otro momento- reí bajito- Anoche me besaste hasta no poder más, ¿no te cansas?

- ¿Cansarme de ti? Palmer, te he perseguido no se cuanto tiempo para que te acostaras conmigo de nuevo, lo logré y aún sigo aquí, queriendo besarte y yo no entiendo porque, no soy así, normalmente ya te hubiera dejado en tu casa y ya me estaría olvidando de ti... Me acabo de enterar que eres alguien difícil de olvidar.

- ¿En serio? ¿O solo lo dices para hacerme sentir bien?- suspire.

- Lo digo muy en serio, me gustas Palmer Hale.

- Eres tan impredecible Alexander- sonrió y me beso, mi celular sonó, me separe de ella y mire la pantalla, era Ander.

- Dame un segundo.

- Iré al baño- se levantó y se fue, yo conteste.

Alexander: Dime.
Ander: ¿Donde estás?
Alexander: De camino a tu casa, ¿por qué? ¿Como esta Evan?
Ander: Despertó, pero aún está muy débil, le cuesta mantener los ojos abiertos.
Alexander: Eso es una buena noticia, vamos avanzando, ya vamos.
Ander: ¿Con quién estás?
Alexander: Con Palmer, se quedó en mi casa... Vale te confieso que estamos desayunando pero ya salimos de nuevo.
Ander: Ay Alexander... Eres un caso, te espero aquí, con cuidado- colgué y pedí la cuenta, la mesera se acerco nerviosa.

- ¿Por qué los nervios?- pregunté y sonreí mientras miraba la factura.

- Esque... Mis compañeras dicen que eres lindo- miré a las demás las cuales rieron entre ellas.

- ¿Por eso te pones así? Con tarjeta- dije y ella pasó la tarjeta por la maquina.

- Lo que pasa es que también me dijeron que te pidiera tu número- claro que no.

- Ya... Eres valiente eh- sonrió- no cualquiera hace eso.

- Tienes razón, creo... ¿Me lo das?

- Él no te dará nada porque ya nos íbamos- dijo Palmer llegando a mi lado.

- ¿Y tú eres?...- la mesera se cruzó de brazos y la miro mal, no hay tiempo para esto.

- ¿Que te importa?- tome la mano de Palmer.

- Bueno fue un placer, no pudo ser, lo siento- le dije- Buen día- salí con Palmer y fuimos al auto, antes de subirnos, tomé su cintura y la pegué a mi- ¿Y esos celos?- ella me puso de nuevo las gafas.

- ¿Celos? Para nada, estas equivocado eh.

- ¿En serio? Porque la mirada que le diste a la chica me hicieron pensar otra cosa.

- Dime la verdad, ¿le querías dar tu número?

- Claro que no, sería peligroso.

- Ah vale, solo por seguridad no lo hiciste, que bien eh- yo reí sin soltarla- no te rías.

- No lo hice por seguridad pero tampoco lo hice porque ella no es tan linda como tú- medio sonrió, mire hacía la cafetería y todas ellas estaban mirándonos- Ahora si que no te pediré permiso.

- ¿Para qué?- la besé, ella puso sus manos alrededor de mi cuello y me siguió- ¿Por qué?

- Mira a tu derecha- me hizo caso y rió- Ahora si, vámonos, Evan despertó.

- Que bien, ¿viste? Todo estará bien.

- Ya, pero sigue débil- abrí la spuertas del auto, nos subimos, de nuevo cerré y arranqué- este auto es un horno, ¿Por que no puedo encender el aire?

- Puedes hacerlo, pero luego no iremos a casa de Ander sino a un hospital, el frío me hace mucho daño.

- ¿Por qué?- baje los vidrios tratando de mantener la calma, no me gusta ya que en cualquier momento nos pueden disparar.

- Cuando nací, tuve problemas con mis pulmones, no resisten el frío artificial, nunca supe por qué resisto el frío del invierno pero no el de un aire acondicionado, debo abrigarse muy bien sino me fallará la respiración.

- En ese caso, dejaremos los vidrios abajo, prefiero que tú estés bien- entrelacé nuestras manos encima de su pierna, ella solo sonrió, empezó a pasar sus dedo sobre el anillo donde esta su inicial.

- Vaya recuerdos, pensé que la habías borrado.

- Aún no sabes por qué sigue esa letra ahí, si te fijas, Ander tiene la inicial de Kenzie, Aryan la de Sarah y Aron la de Jessy... Debí haberla borrado pero no lo hice.

- ¿Aún piensas borrarla?

- No, tal vez en un tiempo sabrás el porqué.

- De nuevo me dejarás con intriga- yo sonreí y no dije nada más.

Así fue todo el viaje, con nuestras manos entrelazadas, la radio a todo volumen y en silencio, pero un silencio bastante cómodo.

Siempre me siento cómodo cuando estoy con ella.

It's only you: Alexander  [4]Where stories live. Discover now