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HyungWon se había conseguido el número de HoSeok como el psicópata que era.

No había sido fácil. Le había tocado batallar con JooHeon en lo que había sido un auténtico simulacro para el que definitivamente no había estado preparado, y si no hubiera sido porque MinHyuk se había ofrecido para hacer el papel del magistrado, en ese caso el juez o como HyungWon había llamado de burla “Su Señoría”, definitivamente no hubiera ganado. 

Como sea, JooHeon representaba a su “cliente” en este caso HoSeok, y su derecho al resguardo y cuidado de su privacidad, y por lo tanto, prohibir el traspaso de información valiosa (como su número de teléfono) por terceros, y a mantenerlos privado a no ser que voluntariamente el demandado decidió cederlo bajo petición. 

HyungWon representaba la voluntad del pueblo (o la de él y de MinHyuk, en realidad) que fundamentalmente exige el traspaso de información para solucionar situaciones que involucran al demandado y al demandante. O en otras palabras, HyungWon básicamente necesitaba el número para preguntarle de manera casual porque demonios había ido a la librería a comprar cinco libros de maternidad y embarazos (los libros iban desde: “Parir sin miedo” hasta “Comer, amar, mamar”)

Y HyungWon hubiera agradecido que MinHyuk no le hubiera contado nada, pero por supuesto que apenas HoSeok había cruzado la puerta de salida y su amigo se había quejado de la ofensa que le resultó que lo llamaran con el nombre incorrecto, no espero para contarle lo extraño que le había parecido que un hombre como el Profesor Shin estuviera comprando libros de embarazadas.

Al final MinHyuk obligó a JooHeon a que le diera el número personal del Profesor Shin, pero HyungWon no había tenido el coraje necesario como para preguntarle sobre los libros, ni la creatividad suficiente como para que al hacerlo no sonora como un completo acosador obsesionado.  






HoSeok había llegado a la casa de su hermana con los libros que le había encargado. 

Ahora estaba sentado en la mesa de diseñador francés que su hermana había comprado de manera compulsiva, y que era el único mueble que combinaba con los otros dos horribles sillones de diseñador de nombre impronunciable que adornaba su casa. Aunque para ser justos, de los dos excéntricos mellizos, su hermana siempre había sido la de los gustos locos y HoSeok el que se inclinaba más a lo clásico.

-¿Te podrías quitar esos horribles guantes antes de comer, por favor?- le dijo Hana.

HoSeok la miró por un tiempo antes de decidir abandonar una pelea ridícula antes de comenzar. Se los quitó y no hasta que sus manos estuvieran completamente expuestas, Hana dejó el plato frente a él. Era un filete cocinado a la perfección con salsa de champiñones al lado. Ella se sentó frente a él, revisando los libros que HoSeok había comprado.  

-Que bueno que encontraste todos, pensé que “Parir sin miedo” iba a estar agotado…- HoSeok asintió como si le diera lo mismo- Ah por cierto, ¿Qué te pasa? Desde que llegaste te ves más alegre. 

-¿Tú crees? No sé.

-Puedes decirme HoSeok. Sabes que no le puedes mentir a tu melliza.

Después de tragar un poco de comida, HoSeok frunció el ceño, para nada convencido en los beneficios de incluir a su hermana en lo que significaba la intrusión de HyungWon en su vida.

-Digamos que conocí a un cachorro.

Era una buena analogía por el momento. Una que esperaba mantuviera a su hermana a raya.

-¿Un cachorro? ¿Lo encontraste afuera de tu casa?

-No. En el campus de la universidad. 

-¿En el campus de Harvard?-repitió, sin creérselo- Qué raro, ¿Y qué tiene? ¿Te lo quieres quedar?- dijo sin entender el asunto para nada.

❛Black Leather❜ 2won [Adaptación]Where stories live. Discover now