el plato azul

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Hace un par de horas leí una historia trágica, pero no tanto como la mía, hace un par de horas revivió aquel nudo en la garganta que se me coló aquel verano del 2010 y dudo se vaya algún día, hace un par de horas que revivo uno y otra vez el día que mi vida perdió su sentido, pero hace más que un par de horas que la culpa carcome mi ser, hace exactamente diez años que la imagen de aquella cortina azul de la ventana se mueve bofeteando mi rostro, y cada golpe que da duele aún más.
Lucas aún no cumplía su primer año, su mamá lo dejó a mi cuidado y debía llevarlo a su casa a las 7 de la tarde, yo vivía en un séptimo piso de un edificio en el Centro desde que me había separado de su mamá.
Jugábamos con unos autitos en el piso, reía fuerte, aún con su encía limpia de dientes y verlo me hacía el hombre más feliz.
Le cocine puré de zapallo, y le serví en su plato azul.
No intento justificar lo imposible, pues no hay justificación, aunque reconozco, que algunas noches en las que aquella imagen atormenta mi ser, inconscientemente tengo presente el hecho de que trabajaba en horario nocturno, su mamá lo había llevado a las 10! realmente estaba cansado...
me dormí sobre el sofá, me dormí escasos 3 minutos, 3 minutos que cambiarían mi vida para siempre.
Abrí los ojos, desperté con el pecho apretado, supe que algo no estaba bien, y allí fue que vi el plato azul en un rincón y una silla junto a la ventana usada como trampolín, Lucas se tiró por la ventana en algún juego inocente mientras su padre irresponsable dormía!
Pasaron 10 segundos y con ellos mi vida en mil imágenes negras, dudé si lo mejor sería tirarme también siete pisos abajo o usar mi pistola de reglamento, no existía la posibilidad de continuar, porque en el mismo instante que vi la silla junto a la ventana supe que ya no podía vivir, porque Lucas era mi razón de ser, porque su alegría era la mía y saber que ya no podría verlo sonreír le quitaba el sentido a mi existir.
En esos diez segundos me imaginé entregando a las 7 de la tarde a su madre solamente un plato azul.
En esos diez segundos imagine la cara de mi madre cuando sepa la noticia, de que su nieto se tiró por la ventana y su padre cobarde también.
En esos diez segundos sentí el aire en mis mejillas mientras caía por los aires... y cuando casi tocaba el piso de la Avenida 18 de Julio, seguramente en el segundo número once, escuché el sonido del autito de Lucas que chocaba contra el sofá, él estaba allí, no cayó por la ventana y yo tampoco tuve la osadía de hacerlo, nunca fui muy valiente, ni siquiera cuando había creído que no tenía sentido vivir.
Y no, no hay un final trágico ni una historia que antes conté, pero admito que revivo esa historia una y otra vez hasta en su más mínimo detalle, me consuela no haber sido el padre más audaz y suelo ir por la vida escupiendo sin censura cual himno personal, "en 10 segundos tu vida puede acabar, pero es en un segundo que tu decides pensar antes de actuar"

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⏰ Last updated: Apr 25, 2020 ⏰

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