𝓱𝓮'𝓼 𝓪 𝓵𝓲𝓪𝓻

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Yeosang tenía la mala costumbre de abrazar las prendas de Seonghwa,tal vez sea raro pero para él era lo más cercano a la calidez que alguna vez Seonghwa le brindó. Solía tomar las chaquetas,camisas,bufandas,camisetas, pantalones e incluso a veces ropa interior para abrazarlas,sentirlas e incluso olerlas. Esperaba que aquella fragancia tan distintiva de Park se quede impregnada en su olfato para toda la eternidad aunque solo fueran cortos segundos de ilusión con esa dolorosa sensación. Que las telas tibias  lo protejan de los males del mundo y lo arrullen como alguna vez lo hicieron. Anhelaba que las mangas inertes puedan moverse por arte de magia y lo reconforten con cariño. Y siempre lloraba al hacer eso, lloraba amargamente y en silencio  mientras su cabeza lo atormentaba con millones de pensamientos. Yeosang intentaba sumergirse más profundo y salvaje en la vestimenta del mayor intentando huir de todo y quedar con el desgarrador deseo de tener a Seonghwa ahí para él. Hasta que llegaba a un éxtasis de dolor en el que ya había derramado tantas lágrimas que ya no podía derramar más, se lamentaba en el frío suelo del departamento hundiéndose como un maníaco en las ropas ajenas gimiendo y sollozando miserablemente hasta alcanzar un punto tan asfixiante que ya no lograba sentir nada por que la tristeza se había hecho familiar y se retiraba del lugar aún con pequeñas lágrimas resbalando por sus rojizas mejillas y la oscuridad de único testigo.

Esa noche no fue la excepción, como si no tuviera control sobre sus acciones Yeosang tomó la oscura chaqueta de Seonghwa entre sus brazos,con un nudo en la garganta y la mente nublada como si estuviese en un trance apretujó la prenda y hundió su rostro en ella para absorber el olor cerrando sus ojos para poder apreciar con más profundidad la tan amada esencia como si se tratase de una droga. La dañina, asfixiante y querida droga de Yeosang.

Pero esta vez no tenía ese olor característico de Park a café y almendras con un toque de jazmín, era diferente. Un olor más picante,ácido y empalagoso al final, tan confuso que no sabría describir exactamente de qué era aquel desagradable hedor según Yeosang a diferencia del suave olor de Seonghwa. Profundizó más su olfato entre la tela y a cada calada que daba el aroma se impregnaba más y más en él hasta llegar a cegar su olfato y marearlo levemente. Quería creer que no estaba pasando lo que él pensaba.

Una voz en su cabeza le dijo en un malicioso susurro "busca en ella, de seguro encontrarás algo" y Yeosang quien parecía no poder tener control sobre si mismo empezó a rebuscar en los bolsillos desesperado. En el bolsillo derecho de afuera encontró papel higiénico y un bálsamo labial, nada del otro mundo. En el izquierdo encontró un arete y un anillo, se quedó congelado por un instante ya que no recordaba haber visto aquellas piezas de joyería entre las de Seonghwa sin embargo no lo considero tan importante. En el bolsillo interior igualmente izquierdo solamente halló un bolígrafo y una tarjeta de presentación de un tipo llamado Mingi que se especializaba en ventas o algo así. Y con lo que se topó en el saquillo interior izquierdo le cayó como un balde agua fría, era un trozo de servilleta arrugado escrito con letra desordenada y rápida un número de teléfono junto a una frase que la mente de Kang la reproduciría tantas veces que le causaría un insomnio terrible.

"Kim Hongjoong, no me olvides y llámame cuando quieras eres lindo jaja ;)"

El corazón de Yeosang dejo de latir por unos segundos, la respiración se le cortó,la piel se le erizó y la temperatura se le bajo. ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde?. La mente de Yeosang trabajaba a mil por hora y al mismo tiempo estaba en blanco. Ahora todo tenía sentido, ahora lograba entender todo. Él se desvivía como un miserable cegado por el ardiente amor que le tenía a Seonghwa todas las malditas noches mientras él se reía y le mentía en la cara con esa excusa barata de que el trabajo lo tenía ocupado cuando en realidad se encontraba con un desgraciado llamado Hongjoong. Seonghwa lo tomaba de su juguete y Yeosang lo único que hacía era lamentarse sin descanso. Lágrimas de coraje se acumularon en sus ojos, la ira consumía su cuerpo y la ganas de ir a gritarle, reclamarle y hacerle miles de cosas inimaginables a Seonghwa lo carcomían rápidamente. Pero Yeosang sabía como guardar la compostura y aguantar aunque resulte herido en el proceso, no podía reclamar de algo que no conocía del todo y tendría que saber con claridad quien era ese tal Hongjoong que le había robado a Seonghwa, SU Park Seonghwa. Aún no era momento de actuar tan directamente.

Se limpio las lágrimas rebeldes que se escaparon de sus cristalinos ojos, anotó el número en la última página del libro de cocina que estaba más cerca y se dirigió a la habitación fingiendo serenidad para finalmente descansar con Park a su lado soportando las ganas de estrangularlo mientras dormía.

Park Seonghwa era un mentiroso descarado pero también su más grande amor y de nadie mas. Tal vez su amor aún lo tenía cegado.

𝐌𝐈𝐍𝐄 ❛𝓢𝓮𝓸𝓷𝓰𝓼𝓪𝓷𝓰❜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora