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Era el inicio del sexto año, Hermione se dirigía con su familia hacia la Estación King's Cross se sentía muy feliz de poder volver a su amado colegio.

Nunca creyó que su vida fuera a llegar el amor de la mano de la persona menos esperada, ella que creía estar enamorada de uno de sus mejores amigos.

Pero el destino es caprichoso tanto que estaba por trazar su camino para unirla con quien menos se lo esperaría.

Era curioso como el destino te podía unir a la persona que mejor se acopla con tu vida, con la persona que te complementaria en todos los aspectos de tu vida.

Cuando Herms llegó al Andén 9 3/4 se despidió de sus padres y les dijo que estarían en contacto vía lechuza, no se demoró en cruzar y se sintió feliz.

Estaba en casa otra vez, aunque amaba estar con sus padres ya no era lo mismo, desde que descubrió que poseía magia siempre tenía que ocultarla.

No sentía la misma libertad que la rodeaba al estar en el Mundo Mágico donde podría ser ella misma sin tener que ocultar su magia.

Se adentro entre la multitud para buscar a sus amigos llevando consigo su baúl, cuando menos lo esperaba sintió unos fuertes brazos que la envolvieron por la espalda.

La castaña no paraba de reír mientras la giraban en el aire, fue depositada en el piso con suma delicadeza, volteó para encontrarse con un pelirrojo que sonreía de oreja a oreja.

— ¡Fred por Merlín! Me has mareado. — Decía mientras le sonreía.

— ¡Yo no soy Fred! Soy George. — Alegó con una sonrisa en su rostro.

— ¡A mí no me puedes engañar! Tu eres más alto que George. — Rebatió con suficiencia.

— ¡No puedo creer que nos sepas diferenciar! Los demás no se han dado cuenta de eso.— Le dijo con una sonrisa.

— ¡Bueno, yo soy muy observadora! Siempre he sabido cuál de los dos eres tú. — Termino de decir mientras se sonrojaba.

En eso los demás llegaron, mientras todos la saludaban y se ponían al día, la castaña sentía los ojos del pelirrojo sobre de ella.

Fred no podía apartar los ojos de la Hermione, no podía descifrar el sentimiento que lo inundó cuando le dijo que siempre supo cual de los dos gemelos era él.

El viaje en tren fue tranquilo aunque Hermione no podía sacarse de la cabeza la mirada de cierto pelirrojo, no comprendía el extraño escalofrío que sintió al sentir sus ojos clavados en ella.

Las clases comenzaron y con ellas la vida agitada del colegio fue absorbiendo a la castaña, la cual pasaba la mayoría del tiempo libre en la biblioteca.

Trataba de huir siempre que podía de ese par de ojos que no la dejaban, siempre que llegaba a la tienda de bromas que los gemelos tenían en Hogsmeade.

No comprendía ese sentimiento cálido que inundaba su corazón y se extendía por todo su pecho.

Un sábado mientras paseaban por el pueblo la castaña y sus amigos decidieron entrar a la tienda de los gemelos.

Hermione se separó del los chicos y se puso a dar vueltas para ver si algo llamaba su atención.

Estaba tan distraída que no notó cuando cierto pelirrojo le tapo los ojos mientras la apretaba en un fuerte abrazo.

— ¡Fred! Vas a provocarme un infarto ¿Porque me asustas así? — Dijo ella mientras un extraño escalofrío recorría su piel.

— ¡Yo no soy Fred! Soy George ¡Yo soy más guapo! — Le rebatió él haciéndose el ofendido.

Magia bajo el muérdago | One-ShotWhere stories live. Discover now