𝕲𝖆𝖘𝖍𝖎𝖓𝖆
Donde Reiji odia el comportamiento de Sunmi
#5 SAGA Toxic Love
Es necesario leer las anteriores historias para entender esta
Lᴏs ᴅɪᴀʙᴏʏs ᴀϙᴜɪ́ ᴘʀᴇsᴇɴᴛᴇs sᴏɴ ᴘʀᴏᴘɪᴇᴅᴀᴅ ᴅᴇ Rᴇᴊᴇᴛ/ ᴄᴀɴᴄɪᴏ́ɴ ᴏʀɪɢɪɴᴀʟ ᴅᴇ Sᴜɴᴍɪ ᴅᴇʟ ᴅɪsᴄᴏ Wᴀʀɴɪɴɢ/ SUNMI/ Rᴇɪᴊ...
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La sala de música siempre era un buen lugar para pensar y desconectar, no sé tocar ningún instrumento que no sea la guitarra o el bajo, pero siempre aprovecho para escribir en mi pequeña libretita llena de pegatinas y purpurina todos los pensamientos y sentimientos que aparecen.
Reiji definitivamente me estaba dejando. Había dejado de quererme, no, peor, nunca me había querido. Solo quería ser superior a sus hermanos y me estaba cansando.
Las lágrimas resbalaron por mis mejillas y cerré los puños con furia, los alcé al aire y pegué con fuerza el piano que tenía delante creando un gran estruendo. No me importaba hacer más ruido del necesario.
-No deberías llorar por ese imbécil- dijo una voz grave a mi lado.
Me sobresalté escuchando la voz de Shu y me limpié las lágrimas de la cara.
-Estoy bien- sentencié, pero él se sentó a mi lado en el piano.
-Deberías estar con alguien que te aprecie más que él, que te quiera y se preocupe más- Shu puso su mano izquierda en mi hombro y su mano derecha detrás de mi nuca, en un movimiento me aplastó contra su pecho- Abrázame- ordenó.
Y lo hice, rodeé su cintura como si él fuera lo único de este mundo que me pudiera hacer sentir bien o querida.
-Él me prometió que estaríamos juntos-pensé en el anillo dorado que decoraba mi dedo anular.
-Déjale.- contestó seco.
-No puedo hacer eso.
-Si lo haces, luego se arrepentirá, y cuando te vea, inclinará la cabeza- Shu tanteó mi brazo bajando por el hombro y bajó un poco la camisa, se acercó a mi cuello y lo besó. Noté un escalofrío recorrer mi espina dorsal y lo ignoré.
-¿Volverá a mí?- pregunté.
-Tus espinas se clavarán tan profundo de su corazón que volverá arrastrándose- Shu sonrió contra mi cuello.
-Pero tu ya serás de alguien más- susurró.
-¿Qué?- lo vi llegar tarde, Shu hizo presión contra mis cervicales y me arrancó los botones de la camisa, como si fuera tan ligera como una pluma me levantó y me sentó de nuevo con mi espalda contra el piano. Este volvió a emitir sonido cuando choqué contra las piezas.
Lancé puñetazos al aire hasta que oí a Shu gruñir, su mano se puso debajo de mi mandíbula y me levantó para que le mirara, apretaba demasiado fuerte.
-Estate quieta- ordenó con voz tosca, con el propio lazo de mi uniforme trató de atarme las manos, se levantó del asiento dejándome a mí sentada y se levantó para mirarme de frente.
Sus ojos estaban llenos de lujuria y sus colmillos asomaban sedientos. Me abrió las piernas, coló una rodilla y entré en pánico, con las muñecas juntas traté de moverle, pero él me las cogió y volvió a empujarme contra el piano. Este volvió a sonar fuerte y noté con más fuerza las teclas clavarse en mi carne.