En donde ni Billy ni Lizzie se enamoran de la persona correcta.
"- Te lo digo, Hargrove, la chica está buenísima.
-Ver para creer, Tommy, ver para creer"
-¡Viri!-exclamo al ver llegar a la pelirroja - Te dije que llegaría temprano.
- Más te vale que no sea solo porque te escapaste del colegio - me reprende poniéndose el delantal.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
-¿Por quién me tomas? Yo jamás haría eso... - finjo indignación, ella alza una ceja hacia mi dirección - Okay, sí. Pero también porque lo prometí.
- ¿Te duele mucho? - pregunta señalando mi herida. Rápidamente me alejo de ella un poco con la escusa de limpiar las mesas.
- Solo mi dignidad - río algo nerviosa - Andar en bici mientras llueve no es muy buena idea.
-No nací ayer, cariño - dice ella entrando a la cocina.
Suelto un pequeño suspiro y me dirijo a la barra. Luego de unos quince minutos un grupo de adolescentes entraron haciendo bullicio.
Típico.
Me acerco a ellos tratando de mantener el equilibrio en los patines.
- Bienvenidos - digo con una sonrisa - ¿Listos para ordenar?
Luego de tomar sus órdenes y pasárselas a Viri, la campanilla en la puerta suena de nuevo.
- Bienvenido, ¿qué va... - preparo mi mejor sonrisa pero decae al ver de quien se trataba- Ah, el idiota de la malteada.
El individuo se quita los lentes de sol y los coloca en el cuello de su camisa. Su cabello claro contrastaba con su aspecto de intento de chico malo. Era alto. Por lo menos me sacaba una cabeza. La expresión en su rostro decía claramente que no quería estar aquí.
- Tranquila, nena - arrugo la nariz al sentir su aroma a tabaco - Vengo a recoger una orden. Hargrove, Neil.
- Primero. No me llames nena - digo - Segundo, puedes esperar en...
Viri se aproxima con una bolsa de papel que contenía la orden de la chimenea rubia. Él relamió sus labios viendo a Viri como su siguiente presa, mi amiga, por su lado soltó una risilla boba mientras iba a preparar unas malteadas. Ella jamás se esmeró tanto en una orden.
-Son 12.50 - digo sacando al chico de su fantasía morbosa. Él saca el dinero torpemente.
- Y esa belleza...¿tiene nombre?
- Y esa cabeza... ¿Quiere otra malteada? - pregunto imitándolo.
Él rueda los ojos y toma la bolsa de papel de la barra. Coge una servilleta del mostrador y se acerca a mi rostro abruptamente.
-¿Qué haces? - pregunto empezando a hartarme de este tipo.
El toma la pluma que traía entre la coleta y escribe algo en la servilleta.
- Dale esto a tu amiga - sonríe - De parte de Billy...
-Billy Hargrove - lo interrumpo - Sé quién eres. Nadie ha parado de decir cosas de ti desde que llegaste.
-Cosas malas, espero - sonríe de lado mostrando sus dientes perfectos. Le quito mi pluma de sus manos. Él me acerca la servilleta y da dos palmadas en el mostrador - Nos vemos luego, nena.
-Espero que no - digo mientras empieza a alejarse - Y que no me llames así.