Entre las sombras

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Narra Athara

Mientras mí familia está todavía inconciente me levanté de donde estaba sentada y fui a buscar ramas para hacer una fogata, porque cuando el sol cayera y la noche emergiera iba hacer más frío. Me adentre en el bosque que rodeaba el claro en el que estábamos tratando de no alejarme mucho procedi a juntar ramitas caídas e inspeccionar mí alrededor, esto era hermoso el aire puro que se respiraba aquí era la gloria, en el arca todo era reciclado el agua,la ropa, hasta el aire. El aire en el arca estaba muy viciado y daba algo de asco, en cambio aquí cuando respirabas podías sentir el agradable olor de la naturaleza.

Estuve un rato más recogiendo ramas secas hasta que tuve suficientes y volví al campamento improvisado, al llegar encontré que papá y Agnes ya estaban despierto y parecían buscarme.

-Al fin despiertan bellas durmientes-dije cuando entre más al claro y Agnes rápidamente corrió hacia mí con lágrimas en las mejillas mientras abrazaba mí pierna. Dejé las ramas en el suelo y rápidamente la cargue en mis brazos.

-Porque lloras princesa-le pregunté mientras secaba sus mejillas y repartía besitos por su cara ocacionando que pequeñas risitas salieran de ella. No me gustaba verla llorar, desde que la había visto por primera vez cuando ayude a mamá a darla a luz me prometí que nada malo le pasaría así yo tuviera que dar mí vida por ella lo haría con mucho gustó, ella era más que mí hermanita, ella se había convertido en parte de mí-Las princesas no deben llorar si?-le dije cuando se calmo y se acostó en mí pecho, ella asintió.

-Quei que te habías ido- susurró
-Nunca podrás desaserte de mi-le hice cosquillas-siempre estaré ahí para molestarte.
-Lo pometes-dijo con un pochero y yo bese su frente.
-Lo prometo Ag-la abracé más fuerte y susurro en su oido-nunca olvides que te amo-luego la baje al suelo y le di la mano para ir con papá quien nos miraba con una sonrisa algo triste en su rostro, supe que estaba pensando en mamá.

-Como te sientes-le pregunté cuando estuve a su lado.
-Estoy bien algo adolorido-dijo y yo asenti.
-En el aterrizaje una barra de metal traspasó tu pierna derecha-Señales su vendaje- tuve que arrastrarte hasta aquí para poder curarte, tienes cinco puntos en cada lados del muslo no fueron tantos puntos pero tendrás que quedarte aquí sentado hasta que se curé, sino los puntos se podrían cortar y todo mí trabajo tendría que volver hacerce-le explique y el asintió.
-Esta bien cariño, ahora dime donde estabas-pregunto mientras veníamos a Ag sacar sus juguetes de la mochila y ponerse a jugar, que pronto volvería a preguntar porque mamá no estaba aquí pero no quería que ese momento llegará, prefería que se entretuviera y olvidará todo.

-Fui a buscar ramas para hacer una fogata, el sol no durará y debemos tener un fuego para la noche-Recorde que deje las ramas cerca de los árboles y fui a buscarlos para ponerme a preparar todo, una vez libro me acerque a la cápsula y busque la caja con los suministros para dárselos a papá, luego volví a buscar el encendedor y procedi a prender el fuego.

-Toma cariño-papá me pasó una pequeña olla y una botella con agua.
-Gracias-dije poniendo a calentar el agua para el té, luego me aleje para agarrar los restos de los paracaídas con ellos podríamos hacer una tienda o algo así, papá sabría que hacer con ello.

Luego de unas horas la noche cayó y papá se quedaba en la tienda que habíamos echó ya que no podía moverse, mientras nosotras dormiríamos en la cápsula. Él dijo que estaríamos más seguras ahi así que busque las mantas que teníamos e hice una cama improvisada para él y lo ayude a acostarse, luego con Ag nos metimos en la nave cerrando la compuerta y dormimos abrazadas.

Narrador odmiciente

Mientras ellos se habían dormido entre las sombras de podía ver llegar a una persona que empezó a vigilarlos, le había tomado un tiempo llegar pero lo había logrado. Cuando había visto algo caer del cielo le dijo a su mamá que iría a cazar mientras su padre no se encontraba y salió hasta donde creía había aterrizado, tuvo que rastrear por un tiempo antes de al fin encontrar las señales correctas y seguirlas.

Se quedó ahí toda la noche vigilando, había visto que un hombre estaba durmiendo en la tienda improvisada y por lo que parecía estaba herido, mientras que en la extraña estructura había una chica de su edad o unos pocos años más joven y una niña pequeña, los estudiaría y si veía que eran una amenaza alertaria a los demás.

The 100 y tuWhere stories live. Discover now