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Miro las grandes letras donde se podía leer "BookZone" y con un suspiro entro al lugar haciendo la campanita sonar. La chica sentada se puso de pie inmediatamente al verlo.

-Oh, buenos días señor Lee.-se inclinó.-¿En que podemos ayudarlo?

-¿Donde está Huang Renjun?-pregunto sin rodeos.

-Oh, está en su oficina, ¿necesita algo?

-Hablar con el.

La chica asintió con duda.

-Okey, iré a decirle.-rápidamente se dirigió a la oficina de Renjun que daba vueltas en ella mientras leía un libro en voz alta.-Renjun, alguien te busca.-sonrió.

-¿Eh?-pregunto confundido.

-Ven sal.-la chica creía que el chico moriría con esto. Tal vez tenía razón.

Renjun asintió desconfiado pero al ver la sonrisa de la secretaría salió sonriendo, pero su sonrisa no duro ni cinco segundos al ver de quién se trataba. Su corazón comenzó a latir desenfrenado y no sabía si era por el miedo o porque todavía seguía causando efecto en el.

-Tenemos que hablar.-dijo Jeno acercándose.

-¿Que haces en mi trabajo?-pregunto alejándose del más alto.

-No sabía que tenía la entrada prohibida.-se encogió de hombros.-Además no se ni porque te atreves a preguntar.

-Es que crei que nunca regresarias a Corea, de haberlo sabido lo hago.-respondió a la defensiva.-Además.-recalcó.-Te pregunto porque no tengo idea de lo que tengamos que hablar tu y yo.

-¿Quieres en serio tener esta conversación aqui?-levanto una de sus cejas.

Renjun miro a su al rededor viendo como sus compañeros y secretarías miraban y escuchaban la discusión sin disimulo. Rodó los ojos dirigiéndose a su oficina siendo seguido por Jeno, cuando la puerta se cerró lo encaró.

-Por última vez, ¿Que quieres?-pregunto cruzandose de brazos.

Jeno cerró los ojos intentando no maldecir al chino, ¿Como se atrevía siquiera a hacerse el desentendido?

-Bien, ¿por que no me dijiste que estabas embarazado?

Renjun se quedó en silencio unos segundos.

-¿Por que habría de decírtelo?

-¡Porque es mi hija, Renjun!

-¿Como lo sabes?

Jeno soltó una risa pasando sus manos por su rostro.-¿En serio quieres jugar a esto? ¿Acaso quieres que llevemos esto más lejos y que un juez tome la decisión?

-¿Acaso me estas amenazando?-se señaló alterado.

-Entonces dime por que, ¿por que no me dijiste?

-¿Acaso eso te iba a importar Jeno?-rió.-Si a los cinco segundos de la llamada con la agencia te largaste a Estados Unidos, ¿querías que te detuviera? Jeno yo necesitaba estabilidad, a mi me prometiste el cielo y las estrellas y no cumpliste nada.-dijo con los dientes apretados.-Pudiste meterte conmigo y mentirme, pero a mi hija no le ibas a hacer lo mismo.-negó.

-Es que no te entiendo. Estas diciendo cosas que no sabes, tomaste decisiones sobre cosas que no sabías. ¿¡Como sabías cuál sería mi reacción!? ¡Estas hablando de mi hija!

-¿¡Y que querías que hiciera!? Jamás volviste.

-¡Podías llamarme y decirme que ibas a tener a mi hija!-gritó acercándose al más bajo.

Renjun lo empujó con todas sus fuerzas.

-¿¡Tu hija!? ¿Tu hija imbécil? Es mía, ¡es mi hija!

-Es nuestra hija.-dijo firme.-Y me la arrebataste por seis años, Huang Renjun te metiste con la persona equivocada.

-Supongo que haz cambiado.-susurro.

-Todos cambian.-se encogió de hombros.-Es que aún no puedo creer que tomaras la decisión de mi paternidad, no puedo creer que me privaras de eso.

-Ay Jeno por Dios, nos conocemos.-dijo ya cansado.-No estas hablando con un extraño yo te conozco. ¿Que querías? Te iba a decir y luego, luego te darían el contrato de Gucci y nos abandonarías para irte a Valencia, luego promocionarias Adidas y te irías a los Ángeles, ¿y mi hija?-Está vez fue Renjun que se acercó.-No importó yo pero, ¿Mi hija? Jeno yo hice por ella, todo para que ella tuviera todo lo que necesitaba, amor y atención a la misma vez.

-Lo hiciste sólo porque quisiste.-reclamo.

-No estoy hablando sólo de lo economico Jeno.-gruño sintiendo las lágrimas correr por sus mejillas.-No todo se trata de eso.

-¡Yo tampoco!-Jeno ya estaba desesperado. Apoyo sus manos en el escritorio.-Tu no sabías mi maldita reacción, no sabías de lo que iba a ser capaz, y perdona si te ofendo pero no estamos hablando de nuestra relación, estamos hablando de la hija que me ocultaste por seis años, eso no tiene precio Renjun, no hay justificación.

Renjun lo miro unos segundos para luego girarse y suspirar.

-Tu y yo sabemos que eres el ser más egoísta del mundo Jeno.-se giró.-No te mientas.-susurro negando.-Sal de mi oficina y vete mucho a la mierda, ¿si?

Jeno asintio incorporándose.

-Tomaré acciones legales en esto Renjun. No se quedara así, te lo juro.

Salió de la oficina dando un fuerte portazo que hizo a Renjun encogerse. Cubrió su rostro con sus manos mientras lloraba sacudiendo sus hombros.

¿Y ahora que mierda haría?

Jara [noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora