No Importa Que... [Garucca] [Terminada]

Capítulo 11

Las personas llegaron de repente, no podían ver más allá que no sean las personas.
Los dos ninjas seguían a su lado, no las dejaron en ningún segundo, por más que trataron de volver con los chicos no se lo permitieron, querían llevarlas lo antes posible con los jefes.
Solo pudieron ver que un ninja trataba de llevarse a la fuerza a Aika, solo que fue detenido por una señora que los defendió y estuvo con ellos hasta que esos hombres se fueron.

Por toda la gente no pudieron ni siquiera observar la aldea en la que vivieron los muchachos, el camino fue bastante largo para ellas.
Aún siendo desesperante, tenían que mantener su imagen como princesas; amables, cariñosas, gentiles, al menos hasta que llegaron a la casa del patriarca. Era al menos más grande que las casas que la rodean, pero el tamaño no se comparaba como la mansión en Takeda.

Aún no siendo del mismo tamaño, la casa era igual de acogedora, las habitaciones eran lo bastante amplias, aún teniendo espacio sobrante.
La gente solo se quedó esperando en la calle, mientras que las princesas fueron ingresadas y guiadas por los mismos ninjas.
Caminaron entre los pasillos hasta tener que detenerse frente a una puerta corrediza que al abrirse, notaron que se trataba de una especie de sala.
El cuarto era teñido de un color blando con el piso y techo café, las paredes tenían grandes ventanas, junto a una puerta de vidrio corrediza que daba al jardín, en el interior únicamente se trataba de uno que otro estantes todos llenos de libros y justo en el centro se encontraba el amueblado para la comodidad de las personas, un sillón para almenos cuatro personas, dos con un espacio para tres personas y uno individual, todos de un color beige, teniendo en el centro una pequeña mesa.

Ninja(1: podrán esperar aquí, los jefes vendran atenderlas de inmediato.

Dijo aquel hombre dejando a las princesas en aquella sala, no tenían de otra más que esperar, no podían irse así como si nada, pero por una extraña razón querían hacerlo, no les gustaba la idea de dejar a los chicos para que volvieran a ser tratados como simple escoria.

/Con los chicos/

Después de que Kua defendiera a los muchachos, otros dos ninjas de Shina se les acercaron a saludar y asegurarse de que los chicos no pasaran por algo igual.

Los compañeros de Kua se encargaban de decirles a los chicos que sus padres los estaban esperando y que pronto los ayudarían en su juicio, siendo Soo quien intervendría personalmente en todo lo posible, para que los clanes vecinos se dieran cuenta de quiénes están hablando.
Mientras hablaban, Kua comenzó a tener esa sensación de hormigueo en su espalda, pecho y hombros, sin duda su instinto sobreprotector no se hizo esperar, por una simple corazonada, como ella lo llamaba se detuvo por un rato mirando el rostro de Garu hasta que al fin lo dedujo.
En cambio Garu ya había sentido sobre él la fria y penetrante mirada que Kua le estaba dando, por más que trato en esconder su lado derecho del rostro, parecía que le estaba dando afirmaciones de que, lo que pensaba la mujer era verdad.
Sin dejar terminar a los hombres, camino entre de ellos hasta llegar a estar frente al joven, que ni siquiera le dio tiempo para dejarlo hablar para darle una explicación. Cuando se detuvo, con su mano izquierda sostuvo su barbilla atrallendo su mirada al frente para que con la derecha le tirara la máscara hacia abajo dejándola bajo su rostro.