Capítulo 3

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Pensé que el beso entre Juan y yo cambiaría todo lo que llevábamos de amistad, sin embargo, la siguiente vez que nos vimos después de eso, decidí no mencionarlo, tal vez ese beso había sido solo un producto del alcohol. Recordaba que cuando llegué a avisarle que me iría, todos en la mesa parecían ya estar algo pasados.

Por su parte, él tampoco lo menciono, puede que haya sentido que se había equivocado con ese beso, o de pronto ni siquiera lo recordaba. El punto es que posiblemente nunca lo sabría porque de mi parte, no planeaba tocar el tema. Lo bueno es que las cosas seguían como si nada hubiera pasado entre los dos, seguíamos hablando bien, como amigos, y él seguía saliendo con Sebastián.

Había pasado ya un poco más de un mes desde que salimos a la discoteca, y Juan quería nuevamente que me integrara con su grupo de amigos. Estaba muy insistente para que fuera a un asado que iban a hacer en casa de Rafael, con el único con el que me la llevaba bien. Habría más amigos de Juan que la vez pasada, le dije que iría, siempre y cuando, no me presentara a nadie, tenía suficiente con los amigos que me había presentado en la fiesta. Si iba a conocer personas ahí esperaba que fuera por mi cuenta, claro que eso no iba a pasar.

Nos vimos dos días antes del asado, y salimos a un parque, compramos unas cervezas, papas, y nos sentamos en el césped a simplemente hablar. Me contaba que estaba muy estresado por un trabajo de la universidad que era grupal, pero que su equipo no parecía muy interesado en hacer. Mientras lo hacía, mi teléfono vibró, lo saqué para echar un vistazo rápido, realmente no me gusta usar el teléfono cuando estoy con el alguien.

-Vaya, mira esto.- Sonreí pasándole mi teléfono a Juan.

-Hmm, no me sorprende.

En la pantalla aparecía la notificación de que tenía un nuevo seguidor en Instagram, Rafael.

-Lo voy a seguir de vuelta, si no le molesta señor.- Dije tratando de sonar gracioso.

-¿Por qué me molestaría?

-Pues, por el hecho de que cuando digo algo sobre Rafael siempre te pones en ese tono serio.

-No es serio, simplemente ya te dije como era él.

-¿Cómo es él?

-Ya sabes... solo se mete con los chicos para tener sexo con ellos, y no quiero que te dejes usar por él, creo que te quedaron claras tus intenciones desde esa vez que intentó manosearte.

-¿Y cómo sabes que yo no quiero tener sexo con él?- Sonreí.

Juan se llevó la mano a la boca, y empezó a reírse.

-¿Qué es tan gracioso?- Pregunté, me ofendió un poco su reacción.

-No te ofendas Dominic, pero no pareces el tipo de persona que disfrute el tener sexo con desconocidos.

-Te sorprenderías.

-¿Ah sí?- Preguntó mirándome a los ojos.

Ninguno de los dos pudo contener la risa.

-Tienes razón... de hecho... ya que somos amigos, deberías saber que soy virgen.

-¿En serio?- Preguntó alzando la voz.

-Si, en serio.

-¿En serio de que es cien por ciento verdad?

-Que si.- Respondí pegándole en el brazo.- ¿Tiene algo de malo serlo?

-No, no, es solo que, no es muy común encontrar a personas de tu edad que sigan siendo vírgenes.

-Bueno, entonces soy de las pocas excepciones... no sé, quiero que mi primera vez sea con alguien especial, pero nunca conozco personas que valgan la pena, y cuando lo hago, se aburren de mi rápido.

Oscuridad antes del AmanecerWhere stories live. Discover now