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—. Kwon Nara, me he visto en la obligación de traerte a mi oficina para poder hablar contigo.—expresó la directora Kang con sus dedos entrelazados y sus codos encima de su escritorio. Yo por mi parte me encontraba en la silla frente a ella, simplemente esperando lo que ya sabía que iba a decirme, empezaba con un "te ves diferente".—. Has estado diferente.

Ya me la se, no es la única que me ha dicho algún comentario últimamente.

—. Luces cansada, apagada. Uno de tus amigos me comentó que no has hablado con ellos desde hace casi dos años, ya no asistes a fiestas y no socializas más.—suspiró y sacó una carpeta blanca de uno de los cajones de su escritorio—. Tu promedio bajó, tienes 14 inasistencias en dos clases, la cafetería no me ha informado sobre tu consumo, pero sospechan que es casi nulo. Llegas tarde a clases y te saltas las últimas para irte a casa.—cerró la carpeta con un sonoro sonido, hizo que espabilara en la silla y parpadeara.—. ¿Qué está ocurriendo?

Fruncí los labios y me encogí de hombros restándole importancia al asunto. No le hablaba a mis amigos desde hace dos años, me da igual porque nunca les interesó realmente si estaba bien; dejé de ir fiestas porque no tenía tiempo y dejaron de gustarme. La gente se preguntaba qué le había pasado a la popular Kwon Nara que es el alma de la fiesta.

Mi promedio bajó porque no entregué tareas, falté catorce veces para poder trabajar lo suficiente y tener dinero ahorrado, por lo mismo no gasto dinero en la cafetería.

—. Nada.—contesté con simpleza. Pero sabía que esa mujer no se iba a rendir hasta que supiera el porqué de todas mis inconsistencias. Cosas que hace tres años no habrían sucedido conmigo, simplemente no era mi perfil.

—. Está bien.—dijo y volvió a entrelazar sus dedos.—. Tu ex novio, Nara. Hyung Won. Él fue quien me dijo por primera vez haberte visto diferente.

—. Estoy totalmente bien.

Sí, me dejó con la excusa de que "no estaba listo para tener otra responsabilidad más." Pero nunca le pedí nada específicamente para que reaccionara como lo hizo.

—la mujer negó con la cabeza, sabía que le mentía de alguna manera, o que simplemente no estaba colaborando.—. Lo que dijo fue lo que me hizo llamarte, sentí que le daba una explicación lógica a todo lo que ha estado pasando contigo.

—. ¿Podría ser más directa?—pregunté de mala gana.

—ella suspiró y entonces me miró a los ojos—. Dijo que estabas embarazada.

Desvié la mirada y mordí mi mejilla interna mientras ella seguía explicándose y creando más barullo.

—. No estoy segura si lo abortaste, Nara. Pero es una carga que siempre tendrás sobre tus hombros. Tiene sentido tu comportamiento, tiene sentido tu bajo desempeño y por qué todos te miran cuando caminas.—conforme más hablaba, una pequeña lágrima se escapaba de mis orbes y desfilaba por mi mejilla hasta llegar a mi barbilla—. Si estás tomando terapia sólo tienes que informarlo para tener un permiso e irte antes de que acaben tus clases. Podemos pedir apoyo psicológico si hace falta.

Cerré mis ojos conforme mi pecho se apretaba con dolor. Dolor porque la directora no sabía y yo no le podía decir nada. Dolor porque ojalá lo único que necesitara fuera un psicólogo y una terapia. Otra lágrima cayó por mi mejilla ruborizada hasta mojar mi falda.

—. ¿Ya me puedo ir?—pregunté dejando que los rastros de mis lágrimas se secaran solos.—. Se me hace tarde para el trabajo y no terminé mi apunte de historia.

La directora no dijo nada más. Hice una reverencia antes de levantarme de la silla y salir de la oficina de la directora y volver a mi clase por mis cosas e irme.



Sunny ; M.ygWhere stories live. Discover now