- ¿Desde cuándo lo sabías? - preguntó ella mientras estábamos en el sofá de su apartamento, viendo series. Yo, con una cerveza en una mano y acariciando su pelo con la otra.
- ¿Saber qué? - pregunté un poco confuso, pues no estábamos conversando, so...
— Thiago, bebé, ven a ponerte un poco de ropa — le dije a mi hijo mientras lo perseguía por toda la casa.
— No quiero — dijo corriendo con una toalla que le cubría la cabeza.
— Cariño, tenemos visitas en algunas horas, tienes que cambiarte. — él negó.
— No quiero, mami — y siguió corriendo por la casa dejando el piso todo mojado a su paso. Me estaba empezando a impacientar.
— Hermosa, ¿Por qué Thiago no está vestido? — dijo Niall en cuanto salió de la habitación todo cambiado.
— Porque tu hijo se encuentra haciendo un berrinche por no querer ponerse ropa — el bebé seguía corriendo.
— Thiago, vamos a cambiarte — él negó. Niall se acercó al niño y se arrodilló frente a él. — Papá está siendo amable contigo, vamos a vestirte ¿Si? — Thiago dudó unos segundos, pero al ver la mirada de Niall, asintió. Yo estaba indignada. Thiago siempre habia sido un niño de papá.
— Vamos, campeón — dije ofreciéndole mi mano y él la tomó.
Me llevé al bebé a su habitación e inmediatamente empecé a vestirlo, pues ya tenía la ropa elegida. Tenía un shirt blanco, pantalón negro, unos tenis y un jacket que le había regalado Niall recientemente, era su favorito. Tomé el cepillo que se encontraba en la cama y peiné su cabello.
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— ¿Cómo me veo, mami? — sonreí.
— Eres lo más hermoso que tiene este hogar, mi amor — él me abrazó colocando sus pequeños brazos alrededor de mi cuello.
— Te quiero, mami — en ese momento Niall entró a la habitación, sentándose en la cama.
— ¿Y para papá no hay abrazos? — Thiago se separó de mí y saltó a los brazos de su padre. Yo empecé a recoger un poco la habitación.
— Papi, ¿Quién viene de visitas? — preguntó el niño curioso mientras jugaba con un oso de peluche.
— Solo unos viejos amigos — Thiago mostró su hermosa sonrisa. Pues él amaba juntarse con amigos de Niall.
Luego de unas horas le di de comer al bebé que se encontraba impaciente. Fui extremadamente cuidadosa de no ensuciarlo, ya que no quería volver a lidiar con él corriendo por no querer vestirse. Después de que terminara de comer fue a pasar tiempo con Niall a nuestra habitación. Thiago adora a Niall, es su héroe y siempre lo ve de una forma tan intensa, puedo decir que siente mucha admiración por su padre. Cuando estoy terminando de lavar los biberones de Thiago, el timbre suena. Rápidamente me quito el delantal y lo cuelgo.
— ¡Liam! — dije al abrir la puerta, él me recibió con un abrazo. — Hola, Maya — le dije dándole un corto abrazo también.
— ¿Dónde está mi pequeño sobrino? — dijo Liam entrando a la casa y buscando por todas partes. Niall salió con Thiago en brazos.
