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Estaba asustado, Jimin no sabía cómo controlar a Yoongi, quien parecía un león enjaulado, el pelinegro se encontraba dando vueltas en su oficina con su ceño fruncido y con una mueca de fastidio.

Jimin suspiró y bajo la vista, tal vez y Yoongi no había creído sus palabras, después de unos momentos en silencio, subió la mirada y decidió hablar.

-Yoongi hyung, diga algo por favor-suplico, Yoongi detuvo sus pasos dándose cuenta que él seguía ahí, se acercó a Jimin y lo encaró.

-Me ocultaste la existencia de nuestro hijo. De mi hijo ¿Qué quieres que diga?.- se jalo los cabellos lleno de frustración. - Todo este tiempo te estuve buscando- se dejó caer en su silla giratoria.- ¡Joder! ¡Y en todo esto enredo, vienes y dices que nuestro hijo sufre de leucemia!- gritó asustando a Jimin.

Yoongi se levantó harto. ¿Cómo le pudo ocultar la existencia de su hijo? No creía que Jimin hubiera hecho eso, desde un principio pensó que era una broma pero al ver la cara de Jimin le confirmó que no y que su hijo estaba pasando por una enfermedad grave. La puerta fue abierta mostrando a una chica seria.

- Kyung ¿Qué te he dicho sobre tocar? - apretó la mandíbula para no gritarle a su secretaria.

-Lo siento señor.- hizo una reverencia.- Pero su esposa Jisoo quiere verlo.-Jimin volteo a ver a Yoongi con el ceño fruncido aguantando las ganas de llorar y gritarle cosas ofensivas.

-Dile a Jisoo que no puedo en este momento.- paso sus manos por su cara.

- Pero ella lo quiere...

- ¡¡Joder dile que estoy ocupado!!-gritó, la secretaria asintió varias veces saliendo.

Yoongi se había casado con la famosa modelo por obligación de su padre, ya que este y el padre de la chica tuvieron un trato y ahora, él lo estaba pagando, odiaba a Jisoo, era una chica caprichosa y mimada, cuando quiere algo, lo consigue, no se le puede decir un "no" como respuesta porque se cree con el poder de amenazar a quien se cruce en su camino.

Observó a Jimin, el cual mordía su labio inferior casi a punto de hacerlo sangrar, él conocía bien cada mueca y gesto de Jimin, por ejemplo, cada vez que estaba enojado o triste mordía su labio para no soltar lo que estaba pensando.

-Deja de hacer eso - dijo frustrado Yoongi, quien estaba a punto de perder la cabeza.

-¿Que...? no me mires así. ¡¿Cuándo ibas a decirme que tenías una esposa?!- explotó Jimin levantándose

-En el mismo momento en el que tú me dirías que tengo un hijo-soltó retando con la mirada.

-Tenía mis razones, ya te lo dije.

-Unas razones malditamente egoístas ¡¿No crees que merecía saber sobre mi hijo?! Esto no se trata de la mierda de nosotros como relación ¿No lo entiendes? ¡Me ocultaste a mí hijo! ¿Qué carajo estabas pensando?

Las lágrimas de Jimin recorrían sus mejillas sin piedad, cada palabra que Yoongi decía se clavaba en su pecho, el nudo en la garganta se acrecentaba y sus manos se hacían pequeños puños.

-¡¿Qué querías que hiciera?! En lo único que pensabas y de lo único que hablabas era de ser famoso Yoongi, de cumplir tu sueño de grandeza, uno donde yo no encajaba.

Eso fue la gota que derramó el vaso para Yoongi quien negó con una mueca de dolor-Es que no lo entiendes....todo lo que soñé fue para ti, quería grandeza para nosotros ¡Ser importante para darte una vida cómoda! Todo lo que hice fue por ti Jimin, pero te fuiste y no me voy a quejar porque lo arruiné también, pero no merecía ese castigo. No uno tan cruel.

Ambos se miraron por unos segundos, sus ojos al encontrarse se cargaron de aquellos sentimientos que indudablemente habían cambiado pero que mantenían la misma intensidad, Yoongi negó, observó a Jimin detenidamente, era jodidamente hermoso, una obra de arte, tan precioso que incluso con la cara roja y la nariz húmeda le quitaba el aliento, suspiro, aquella situación parecía una locura, pero ahí estaban, los dos llorando, reclamando los errores del pasado, errores que eran comunes para dos adolescentes que vivían al límite, pero que habían resultado en un suceso grave.

Jimin lloró más fuerte porque estaba molesto consigo mismo, siempre se había plantado la decisión de ir a encarar a Yoongi, pero era cobarde, no le gustaba estar sumergido hasta el cuello de esa situación, pero ¿Qué esperaba? ¿Qué Yoongi le esperaría toda la vida cuando él se había ido? Negó frustrado, no podía pensar en eso, porque ahora lo único que era verdaderamente importante era su hijo.

Yoongi derrotado suspiró, se acercó a Jimin imponente y lo atrajo a sus brazos, le dio ese abrazo que ambos habían necesitado, que les dio la vitalidad que en años no tenían. Jimin se aferró a su pecho escondiendo la cabeza en su cuello, llorando como muchas veces lo hizo en el pasado, Yoongi acariciaba su rubio cabello y le daba palmadas a la espalda tratando de consolarle.

-Lo siento....sé que nada de lo que diga cambiará esto pero lo siento-susurro Jimin contra su cuello cálido.

-Jimin -suspiro-Lo que hiciste fue cruel...pero eso no importa ahora, tenemos que ver por el niño, nuestro hijo.

-Tengo miedo de que algo le pase-confeso con dolor.

-Todo va a estar bien-dijo con una opresión en el pecho.






Ellos estaban tan distraídos que no se habían dado cuenta que eran espiados, Jisoo observó la escena con rabia antes de irse de aquel lugar.

El reencuentro *Yoonmin*Where stories live. Discover now