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    Entró al salón pensando en lo ocurrido ayer. Por alguna razón, le había dado demasiadas vueltas al asunto. Caminó a su lugar mientras apretaba el paraguas que tenía en su mano, esperando localizar a su dueño para entregárselo. También había traído una compresa y medicamentos para la gripe. Rin se sentía culpable por hacer que Len se fuera caminando bajo la lluvia, ¿y si se había enfermado? Quizás por eso había faltado hoy.

—Rin, el profesor me pidió buscar un libro en el salón de Física, ¿podrías buscarlo tú?—Pidió Aoki mientras le miraba con súplica.

—Está bien—aceptó mientras la contraria se lo agradecía, prometiendo que le compraría melonpan para el almuerzo.

    Desde su lugar, Rin notó a Luka mirarle con reproche por no saber declinar los favores que sus compañeros le pedían. Ella se encogió de hombros antes de dejar su bolso y guardar el paraguas bajo su pupitre.


    Mientras caminaba por el pasillo observó desde los ventanales el grisáceo clima que hacía. Aunque la lluvia se detuvo durante la noche el frío había persistido. Ésta mañana había caminado al instituto casi temblando pues su bufanda y sus medias largas no habían sido de mucha ayuda. Al menos adentro del instituto el ambiente se notaba más cálido.

    Cuando llegó al salón deslizó la puerta de madera y observó el empolvado lugar medio en penumbras, pues las ventanas tenían las cortinas puestas. Frunciendo su nariz se adentró. ¿Dónde estaría el libro? Si no se equivocaba en el área de mecánica... Detuvo su tren de pensamientos cuando sintió que pisaba algo duro. Sorprendida se alejó y dio un traspiés. Chillando levemente mientras cerraba sus ojos, esperando la inevitable caída.

—¿Eh?

    Parpadeó repetidas veces mientras contemplaba el rostro molesto de Len cerca del suyo.

—Me pisaste el brazo—murmuro con enfado cerca de su rostro y Rin sintió que se estremecía ante sus gélidos ojos azules.

—Lo... Lo siento—se disculpo torpemente antes de exhalar algo del aire retenido debido al susto—, pero tú eras quien estaba tomando una siesta en el suelo—reprendió mientras Len se distanciaba de ella y removía su cabello rubio oscuro.

—Lo estaba hasta que me despertaste e interrumpiste mi descanso—pareció quejarse.

—Como... ¿Cómo me atrapaste tan rápido? Estabas acostado y luego...

—Ah, eres ruidosa y resulté herido porque me pisaste el brazo—pareció lamentarse mientras fingía un puchero y se sobaba con su mano su brazo izquierdo. Rin frunció su ceño, ¿acaso estaba cambiando de tema apropósito?

    Molesta y con ganas de echarle la bronca se detuvo cuando alguien abrió la puerta.

—Shimoda-san, ¿aún no encuentras el material?—Cuestionó el profesor Hiyama antes de enfocarse en Len—. ¡Kagamine! ¡¿Qué haces aquí?! ¡A pesar de que habías dicho que irías a la enfermería te estás saltando clases de nuevo, ¿verdad?! ¡Shimoda, ¿te hizo algo?!

    Rin abrió sus ojos ligeramente mientras observaba al profesor prácticamente zamarrear a un aburrido Len por la solapa de su chaqueta.

—Pro-Profesor, ¡usted se equivoca!—Exclamó mientras se interponía entre ambos, señalando el libro en cuestión entre sus manos—. Él me ayudó a buscar el material, ¿lo ve? No tenía ni idea de que Kagamine-kun se sentía mal, yo lo llamé para que viniera conmigo.

—Uh, de acuerdo, si Shimoda lo dice entonces...—aceptó aún algo desconfiado, mirando a través de sus gafas a Len con sospecha—. Lamento las molestias y gracias—mascullo mientras tomaba el libro—. Pero ni te creas que cambiaré tu reporte de asistencia hoy, Kagamine. Así que, ¡ten cuidado!—Se quejó antes de irse.

—No sabía que el profesor Hiyama fuera tan temperamental—murmuró una sorprendida Rin, pues estaba acostumbrada a verlo tranquilo e imperturbable.

—Hey, ¿por qué me cubriste?—Cuestionó Len mientras se acercaba a ella, Rin retrocedió un paso por inercia.

—N-No lo sé... solo resultó así—admitió, sintiéndose algo avergonzada, ni ella misma comprendía porque lo había defendido, no era muy usual que mintiera.

—¿Estás tratando de saldar tu cuenta?—Se mofó antes de alejarse abruptamente.

—¿Qué? ¡Ah, espera, vamos a la enfermería! Tu brazo...

—No hay necesidad de hacer tal cosa, estoy bien—luciendo mosqueado mascullo antes de salir del salón.

    Rin se quedó allí, sintiendo como su corazón palpitaba fuertemente en su pecho.





*en galería Len enfadado porque pisaron su brazo, aunque en realidad ni siquiera lo sintió.




the idea of you | rilenWhere stories live. Discover now