RELATOS OCULTOS

LOS ENAMORADOS MALDITOS.

En un mundo espiritual.

En nombre del amor declararon la primera Guerra Santa, ella contra su madre, la diosa suprema; él contra su padre, el Rey del inframundo. Por causa de su rebelión y contradecir los mandatos dictados trajeron un severo holocausto a la tierra.
Los angeles y arcángeles tuvieron que aliarse con los humanos para luchar contra los demonios traídos por el Rey del inframundo. En medio de la lucha, exhaustos pero emanando ternura en sus miradas dieron un último golpe, sus padres tan colosales expanden un gran resplandor combinada de luz y oscuridad, sus hijos desmayan y duermen por días.

Todo había culminado, sangre con dolor se tenía la superficie, la diosa suprema propuso un trato y así darle fin al caos provocado.
Quizás paso algunas semanas, donde los enamorados yacían en el suelo, pero solo el despertó; confundido y abrumado buscó a su amada, tarde fue; su cuerpo sin vida se descomponía de a poco, el llanto más incesante soltó, gritaba de dolor mas no pudo hacer nada.

Solo y perdido, viaja por el mundo, sufriendo y sollozando su recuerdo armonioso.

Un día soleado, la volvió a ver, una idéntica a ella, a su amada fallecida. Corrió desesperado a sus brazos, pero ella no lo recordó. Sin entender se hicieron amigos, él le contó todo, ella tan solo escuchaba.
De pronto vino a su memoria fragmentos de su vida pasada, el brillo en sus ojos había retornado, era la mismísima hija de la deidad suprema en un cuerpo mortal.

Ella tomó la mano de su amado y con osadía exclamó:

-"Estamos condenados, nuestros padres nos otorgaron la maldición de la vida eterna y reencarnación eterna. Tú vivirás para siempre, sin poder envejecer, así te lastimen sanarás de inmediato. Yo volveré ha nacer como alguna mortal, con una vida corta, pero al recordar solo tendré tres días para respirar, por que al cumplirse el día moriré de todas formas."

Los ojos de él, se inundaron de lágrimas, lleno de emociones desbordaban sus poros, en tanto ella le hizo prometer:

-"Amado mío, prometeme que romperás la maldición"

Él acepto y se quedó a su lado, pensando en que podría romper la maldición, pero no; estuvo equivocado. El tercer día llegó, por más que trato de protegerla su amada murió frente a sus ojos, tal como lo había profetizado.

Él joven nunca envejeció, aproximadamente a transcurrido dos mil años donde va viajando por el mundo, sin sentido alguno, coincidiendo una y otra y otra vez con su amada fallecida, muriendo de distintas formas, pero todas frente a él.
Su corazón esta destrozado, no logra acostumbrarse a tanto desaliento, sus lágrimas no cesan, las guarda muy adentro, para su próximo encuentro.