Las manos de BeomGyu no son muy grandes ni muy pequeñas, pero a YeonJun le encanta que lo acaricie con ellas.
↪ BeomJun/YeonGyu (BeomGyu¡Top, YeonJun!Bottom)
↪One Short
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“¿YeonJunie...?”
BeomGyu y YeonJun eran dos niños de nueve y once años, ambos se conocían gracias a que Beom ayudaba a su mamá con su puesto de comida, y los padres de YeonJun eran clientes recurrentes.
Las casas no estaban muy lejos, así que siempre salían a jugar al parque o incluso a la casa del otro, y aquel día fue así.
YeonJun invito al menor a una pijamada, y el aceptó gustoso.
“Veamos una película, Hyung” Le pidió.
“BeomGyu, es algo tarde...”
“¡Por favor, por favor, por favor!” rogó.
“Esta bien, ¿Cuál quieres ver?”
YeonJun tenía once años, ya era bastante maduro a comparación de BeomGyu, pero aún así adoraba pasar tiempo con el, aunque no le gustaba mucho ver caricaturas que ahora le parecían ridículas.
La diferencia de altura entre ambos era algo notoria, se llevaban unos siete centímetros aproximadamente... YeonJun estaba comenzando a desarrollarse y mientras lo hacía solo esperaba que su amigo lo hiciera pronto, era como si estuvieran a kilómetros de distancia.
“Ah~” bostezó. “Tengo sueño, ¿Podemos ir a dormir?” el más grande asintió y comenzó a recoger las cosas y apagar las luces, BeomGyu se fue al cuarto de su Hyung y se acostó en la cama.
“Mmh, dame espacio BeimGyunie-Ah” Choi le hizo caso y YeonJun se acostó a su lado mirando a la pared.
Ambos se dedicaron a dormir, las luces de la cuidad en la noche se veían por la ventana y el viento soplaba fuerte, o al menos lo suficiente como para despertar del susto a BeomGyu en algún momento.
Observó el cuerpo de su Hyung, era algo delgado, su piel un poquito quemadita... Como una malteada de chocolate, pero más clara.
BeomGyu se dedicó a abrazarlo por la espalda debido al miedo, el cálido cuerpo de su Hyung lo había sentir protegido.
“Cuando sea grande y fuerte, voy a cuidar muy bien de ti Hyung... Y te daré muchos besitos para ver si sabes cómo una a malteada de chocolate o no...” Susurro con un puchero en sus labios mientras sus manitas apretaban la cintura de YeonJun.
“Umg, ¿BeomGyunie?”
“Hyung, buenos días ¿Durmió bien?” YeonJun asintió, el aliento del menor chocaba con su cuello y esto le causaba leves espasmos por todo su cuerpo, los pequeños bracitos de BeomGyu rodeaban su cuerpo y esto lo hacía sentir bien.
“Si, dormí bien. ¿Y tú?” Sus mejillas se tornaban algo rojizas.
“Muy bien, solo que me desperté en la noche pero volví a dormir...” El mayor asintió. “¿Le han dicho que es muy calientito y suavecito Hyung?”
“¿Qué?” Río un poco, maldecía el ser adolecente y a su mente traviesa. “¿Por qué dices eso?”
“Porque cuando lo abrazo es como su abrazara un peluche, calientito y suavesito”
“Oh... ¿No quieres comer algo? Seguro mamá ya hizo el desayuno” YeonJun se separó del agarré y BeomGyu puso una carita triste. “¿Qué pasa?”
“¡Yo quería seguir tocando a YeonJun Hyung!” YeonJun solo quería esconderse en el baño, odiaba pensar todo con doble sentido, maldita pubertad ¿Cuánto tiempo seguiría así?
“Pero el desayun–”
“No quiero desayunar, quiero darle cariñitos a Jjunie Hyung!” Si, definitivamente ahí se sentía como un pervertido.
“Beom–”
El más pequeño lo jalo hacia el lo abrazó con fuerza, YeonJun sabía que si intentaba soltarse podía lastimar al menos, así que dejó que siguiera con el dulce contacto.
Los brazos de BeomGyu envolvían su cuerpo como si se tratara de la cosa más delicada e importante que existía. Sabía que muy en el fondo le decía "Hyung, serás mío" pero con toda la inocencia de un niño de nueve años.
Los manitos curiosos del menor acariciaban su cuerpo con cariño, YeonJun de vez en cuando suspiraba, y no de una forma erótica... Lo hacía con ternura.
Los deditos de BeomGyu eran bastante pequeños en comparación con los suyos, pero de alguna forma le hacían sentir adorado y minado al mismo tiempo.
“Hyung...”
Los labios del menor besaron la barbilla de YeonJun, no era tan alto como para alcanzar sus mejillas.
“Cuando sea grande voy a hacerlo muy feliz, muy muy muy feliz”
“Pero BeomGyu...” YeonJun se sentía algo avergonzado. “Tu ya me haces feliz”
“Lo haré más feliz, le haré sonreír todos los días y le daré muchos, muchls besitos y cariñitos” YeonJun soltó una pequeña rodilla, sabía que BeomGyu solo lo decía porque era un niño, dentro de unos años ninguno recordaría nada... Pero no lo diría así a la ligera.
“Entonces esperaré por qué me hagas feliz, BeomGyunie” Las manos del menor acariciaban las suaves mejillas del más alto.
La misma risita del recuerdo se hizo presente mientras seguía viendo aquel libro lleno de fotos de cuando era pequeño.
“Estaba muy equivocado en ese momento...” La sonrisita no desaparecían del rostro de YeonJun, ¿Tantos años pasaron desde aquel día?
“¡Jjunie, cariño, ya está la comida!” gritó BeomGyu desde la cocina.
“Ya voy, ya voy...” El mayor de los Choi se levantó con cuidado, dejando al lado el álbum abierto con la foto en la que ambos niños salían sonriendo a la cámara “Yeon y Gyu” decía escrito con un lápiz por debajo de esta. “Es algo difícil moverme con ocho meses, ¿Sabías?”
“Lo siento” el menor salió de la cocina con un mandil atado a su cintura y ayudo a su pareja a sentarse con mucho cuidado. “Pedón por ser un tonto descuidado Hyung...” Las manos de BeomGyu acariciaban las de YeonJun, y el amaba aquellos toques delicados toques que le brindaba su pareja, Beom tenía la mano algo pequeña a comparación de YeonJun, y eso le encantaba...
“No digas eso, sabes que eres el tonto descuidado que siempre me hace feliz...” YeonJun rompió la distancia entre los dos y dejó un dulce beso en los labios de BeomGyu.
“Voy a servir la comida”
“Esta bien”
¿Quién diría que este un simple amor de la infancia perduraría más que una primavera, y sería algo más que un pequeño abrazo en una noche de frío?
