2. ¿Mia Hernández?

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Novela publicada por Editorial Dreame - APP Sueñovela

Cualquiera de estos links os llevarán a la historia:

https://www.dreame.com/chapter/Aw5qaSR2kkn6ZyStCNCsgw%3D%3D.html

https://www.starywriting.com/novel/COj5iXL%2FQdMU%2BZc8t8ZfbA%3D%3D.html

APP SUEÑOVELA https://m.dreame.com/novel/COj5iXL/QdMU+Zc8t8ZfbA==.html


Las calles de Barcelona destellan con los rayos del sol, mis manos sudan y el pelo se pega a ambos lados de la cara. Bella camina decidida a mi lado, la han convocado para hacer un pequeño casting para entrar a ser aspirante para una productora, donde si resulta ser escogida, entrará en el mundo del espectáculo.

¿Qué hago yo aquí? Acompañarla. Por supuesto que a mi no me han convocado, pero Bella se sintió culpable de que la prueba fuese justo el día en que acordamos vernos en el centro comercial y llamó a la organización para preguntar si podía llevar una acompañante, y solo por eso estoy aquí. Pero al menos no estoy en casa enganchada al reality de las Kardashian.

Bella se ha arreglado como nunca, con unos tacones de infarto y un escote que no deja lugar a la imaginación. Cuando la llamaron para el casting, le comentaron que sería más bien para buscar a figurantes especiales o a protagonistas secundarias en videoclips. Bella llegó a la conclusión que necesitan a chicas explosivas, puesto a que todo lo que se vende actualmente es el reggaetón y la música extravagante. Cree que buscan chicas para artistas como Maluma, J Balvin, Aron Mayne o Rauw Alejandro. Y si está en lo cierto, sería una oportunidad increíble para ella. Una oportunidad que yo jamás podría conseguir.

Cada esquina parece igual a la anterior, y no queremos admitir que estamos perdidas, hasta que Bella decide preguntar a un desconocido:

- Disculpe, ¿podría indicarme hacia dónde está la calle Fuentezarfón número 8? -su voz es dulce y con los labios simula unos pucheros.

El hombre queda ligeramente impactado por su belleza.

- Sí, estáis muy cerca. ¿Ves ese Starbucks al final? -señala con el dedo-. Está justo al cruzarlo hacia la derecha.

- Entendido -le agradece

Al cruzar la esquina siguiendo las indicaciones de ese hombre que ni siquiera se molestó en mirarme a los ojos, el edificio está con las puertas abiertas y con un gran cartel que nos indica que es el lugar que buscábamos. Pero al entrar, sólo deseo irme: Hay decenas de chicas de nuestra edad, la mayoría de ellas rubias, altas, con ojos cautivadores y cuerpos esveltos.

Muchas de ellas hacen una breve cola entre ellas para apuntarse a la lista que yace sobre una mesa de mármol. Interpretamos que Bella debe apuntarse y nos acercamos. Después de apuntarnos, no llegan más chicas, con lo que Bella es la última aspirante. Una chica morena de ojos claros nos dice que había un tiempo limite, y que si hubiésemos llegado diez minutos más tarde no nos habrían dejado ni entrar al edificio. Tras asumir que tardará bastante en que llegue su turno, optamos por buscar un sitio para sentarnos y tras una hora de espera y después de vaciarse toda la sala, una mujer mayor se acerca a nosotras.

- ¿Bella Cózar? -murmura pasando el dedo por una hoja de papel colocada sobre una carpeta.

- Sí -estimula ella. La mujer se fija en mi inexpresividad.

- ¿Y... quién es usted? -revisa nuevamente la lista.

- Soy Maya, pero no estoy apuntada.

- Oh, vaya. ¿Y a qué se debe? Todas las aspirantes debían apuntarse a la lista. ¿No lo sabía? -Pese a sus palabras, su tono de voz suena vulnerable y suena como si simplemente quisiera saber si me encuentro perdida con el tema.

- Yo... No soy una aspirante. No me convocaron, sólo la acompaño a ella. -Señalo a Bella y ella asiente.

- Ya veo. -Sus dedos se posan sobre su mentón-. Aunque -alza su dedo índice al aire-, ya que ha venido y ha estado esperando, si quiere, puedo meterla para que almenos haga la prueba. Sería un crimen si no lo hiciera después de estar tanto tiempo aquí.

- ¡Sí, sí! -Bella da pequeños brincos acompañados de palmadas.

- Es que... Yo... No sé si...

- Apúntela, por favor-decide Bella por mí.

- Maya... ¿Qué más? -su bolígrafo se desliza sobre el papel.

- Hezar. Maya Hezar.

- Apuntada, pase usted primero, entonces. -Una curva se forma en sus labios y con su brazo me indica la puerta a la que debo entrar.

Dejando a Bella atrás con los pulgares sobre sus labios, entro en la pequeña sala y debo cerrar los ojos por el pequeño destello de luz. Los focos inciden directamente sobre mis pupilas y distingo un pequeño tribunal formado por cuatro personas, quedando justo enfrente de una gran tela blanca colocada sobre la pared.

La amable mujer me indica que me acerque hasta quedar enfrente de dicha tela, sobre una marca en el suelo. Se aleja y desaparece por la puerta. Uno de los hombres del tribunal comienza a hablar mirándome de arriba a abajo.

- Admito que tenía ganas de ver a una chica más corriente -sus dedos pasean por su mentón, y yo trago saliva-. Para el videoclip han especificado a chicas estándar, y sólo han convocado a modelos evidentes -discute mirando al resto del jurado.

- Tiene una piel bonita, blanca como la leche. Parece una muñeca de porcelana, a mí me gusta -comenta la mujer con una coleta de caballo totalmente perfecta.

- Pero tiene demasiadas ojeras, y lo que tú ves blanco porcelana, yo veo pálido -contrarresta otro miembro. Yo frunzo el ceño.

¿No saben que puedo escucharles?

- Nada que el maquillaje no pueda tapar -me defiende el primer hombre que ha hablado.

Se miran entre ellos, y para mi suerte, hacen un pequeño circulo para que no pueda escuchar sus palabras. Acto seguido, me piden que diga alto y claro un par de frases, y las repito con la mejor entonación posible, sin que puedan notar cómo mi tráquea tiembla.

Después de ello, me invitan nuevamente a salir y discuto conmigo misma si debería despedirme, y aunque sería la mejor opción, los nervios me traicionan y me obligan a mantenerme callada. A continuación, invitan a Bella a pasar, es la última chica, oficialmente. Al salir, me comenta que le han informado de que en dos días anunciaran a las escogidas, ya que es un casting de urgencia de última hora y sería para trabajar en pocos días. Ella se ve ilusionada, está convencida de que la prueba le ha salido a pedir de boca, pero yo no me hago ilusiones.

LLUVIA DE ESTRELLAS (Abraham Mateo) AHORA EN DREAMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora