Huidas

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Todo estaba tranquilo. Extrañamente tranquilo. La calma ponía nervioso a los chicos que, acostumbrados al ajetreo de la ciudad, se encontraban ahora en una zona silenciosa donde las olas y las plantas parecieran susurrarse.
-Aquí no hay nadie. Ya podemos acercarnos- dijo John-.
-¿Piensas acercarte así sin más?- le preguntó su gemelo-.
-No soy tan tonto. Somos seis, haremos grupos de tres, ir en parejas sería demasiado arriesgado. Tú y Thomas os venís conmigo hacia la parte trasera, el resto explorad el jardín. Trataremos de que no se nos vea a ninguno, por si las moscas.

Todos asintieron y marcharon.
La casa estaba un poco elevada y el porche la rodeaba al completo. Habían dos escaleras para acceder a ella, una al frente (cercana al salón) y la otra a la izquierda (cercana a la cocina).

John decidió que escalarían al porche, subir las escaleras significaba ir directamente a la entrada sin protección ninguna, pero por detrás tendrían la opción de escapar saltando desde el porche y corriendo hasta la ciudad.
Kenneth ayudó a los otros dos a subir, él prefirió quedarse montando guardia. Les buscaría si algo pasaba o escucharían sus gritos.

★★★★

La familia leía en la biblioteca hasta que su concentración fue interrumpida por unos cuchicheos.
-¿También podéis oírlo, verdad?- cuando Erik terminó la frase, los cuchicheos cesaron-Han vuelto.

No hicieron falta explicaciones, ya sabían a qué se refería.
-Yo iré al jardín. Gustave, tú quédate en este piso y Geraldine sube.

Silenciosamente cada uno se colocó en su puesto y comenzó con la ronda, buscando a los intrusos, con los ojos bien abiertos para examinar cada movimiento y cada sombra que pudieron ver, agudizando el oído intentando volver a escuchar los susurros.

Din entró a la habitación de su hermano, nada más tenía una cama y un armario. Se asomó a la ventana...Oh no... Volvió al interior, apoyó la espalda contra la pared y preguntó:
-¿John?

★★★★

-¿Quién eres?- Kenneth miró hacia arriba, desde donde provenía el sonido de la voz-.
-¿Eres tú?
-¿Quién eres tú?
-¿No eres él?
-¿De qué conoces a mi hermano?
-¿Hermano?... ¿John es tu hermano? ¿Sois gemelos o algo así?
-Te he preguntado, así que responde. ¿De qué conoces a mi hermano?
-¿No te ha hablado de mí?

"¿Ha estado John haciendo brujería?" Se preguntó Kenneth.

-No.
-Oh... Tampoco es que... Me esperase lo contrario...- recordó a qué venía realmente-No vienes solo, ¿cuántos sois?
-No te lo diré.
-Se escuchaban los pasos de dos personas, pero la noche anterior érais al menos cuatro.

"Es el fantasma de la chica. El mismo que vimos".

-Te propongo un trato: llama a tus amigos, os marcháis, todos juntos, felices, como si nunca hubiéseis venido, y tú actúas como si nunca me hubieras visto... O... Te marchas solo.
-¿Y qué pasará con ellos?
-...
-¡No les hagas daño, ser del infierno!¡Ni siquiera te atreves a dar la cara!
-Soy un fantasma, no puedes verme, no sabes si estoy a tu lado o aquí arriba o donde sea que pueda estar.
-¡Mientes!

Ese chico era pesadito, ¿eh?

-Tus amiguitos estarán ahora detrás de un mueble escondidos mientras lloriquean como bebés. Lo mejor que puedes hacer es dejarles que se marchen. ¡Acepta el trato! ¡Y que sea lo que Dios quiera!

•el detalle es que "que sea lo que Dios quiera" en inglés se dice "Devil take the Hindmost"•

-¡Me hablas de Dios siendo tú un demonio o una bruja!

-¿¡Galia!?

Geraldine se giró hacia la puerta. John acababa de cerrar silenciosamente la puerta tras de sí y se acercaba lentamente.
-¿Qué haces aquí?- preguntó John a Din-.

-¡John! ¡No creas nada de lo que te diga! ¡Salta! ¡Yo te cojo! ¡Aunque me rompa ambos brazos, sal del ahí!- gritaba Kenneth desde abajo-.

-Galia... ¿Por qué sigues llevando la máscara?
-Tenéis que iros todos. Tú... No me recuerdes... Olvídate del mí... Olvidáos todos de este lugar, no volváis jamás, ¡huid! ¡Corred lejos hasta donde vuestras piernas os permitan!
-¿Por qué...?
-¡Porque sí!- abrió la puerta y lo empujó afuera-.

Lo agarró por el brazo, tirando de él hasta el jardín, sin que él viera ni a su padre ni a su hermano, hasta que llegaron al jardín.
Ahí lo tiró sobre el suelo.

-¡Retirada!- avisó John a sus compañeros escondidos tras las plantas, Thomas había conseguido también llegar allí y Kenneth corría hacia ellos-.

Huyeron.

Huyeron como hizo Galia.

Huyeron como hizo Gustave la primera ves que vio el rostro de su padre y como cuando murió su madre.

Huyeron como hizo el fantasma de la ópera.

★★★★

-¡¡Din!!

Ella respiraba entrecortadamente, recuperándose, intentado no llorar.
-¡Me llamó bruja y demonio! ¿¡Te lo puedes creer!? ¡Son unos sinvergüenzas!
-¡Pero tú les hiciste creer eso!
-¡Les hice creer que era un fantasma, no un demonio!
-Se suponía que no iban a volver.
-Se suponía... Pero supusimos mal... Tenemos un gran problema.
-Si se lo cuentan a alguien, pensarán que es una broma, no les van a creer.
-Los padres o los vecinos no, pero el resto de sus amigos sí. Poco a poco lo irá sabiendo más y más gente. ¡Es todo por mi culpa! ¡Ahora la he fastidiado aún más!
-Din, ¡no es tu culpa que unos niñatos hayan venido!
-¡Puede que eso no, pero lo que ocurrirá sí!
-¿De qué hablas?
-John... A quien eché el primero era John.
-Júrame que bromeas.
-Entonces te estaría mintiendo.
-¿Te reconoció?

Ella asintió, destrozada.
El padre había estado escuchando la conversación desde el porche.
-Gustave, Geraldine- lo llamó-.

El llamado apartó la vista de su hermana y miró a su padre.
-Me es muy difícil deciros esto, hemos vivido aquí por muchos años. Es el lugar que Geraldine y tú habéis reconocido como vuestro hogar. Pero, debido a las consecuencias que estos intrusos causarán... Nos vemos obligados a buscar un nuevo lugar para vivir.
-¿Y tus inventos?
-Los venderé para conseguir el dinero necesario para el viaje y la nueva casa.
-¿A dónde iremos exactamente?
-A algún otro estado. Y antes de que hagas más preguntas, ve y prepara tu baúl.

Geraldine miró a su hermanastro.
-¿Qué pasará con Dorothy?- susurró, asustada-.
-Te echaré de menos Din.
-¡No puedes hacerme esto!- las lágrimas se deslizaron por sus mejillas-.
-Al menos tuviste en el baile una oportunidad de conocerla un poco, ¡os hubiérias llevado tan bien!- se aguantaba a duras penas las lágrimas-.

Se abrazaron fuertemente.

Los fantasmas de Coney Island (Phantom Of The Opera/Love Never Dies- fanfic) Where stories live. Discover now