Shadows

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"A Veces el final, es el principio"

—Shadows—

Nos hemos preguntado acaso,¿qué había en la tierra antes de que llegaran los humanos? Sabemos la respuesta; animales, vegetación, naturaleza, criaturas extrañas. Pero...¿qué había más allá de eso? Hubo cientos de científicos que investigaron sobre los dinosaurios, los mamuts,entre otras especies. Pero... ¿Quién les dijo cómo eran para clasificarlos como tal? No me niego que encontraron huesos de estos, ¿Pero como supieron que era cuando no había nada sobre ellos?
Es extraño.
Pero...¿investigaron si había más que eso, o si era la única criatura extraña que había? Quizá esa criatura nunca apareció para ser investigada, ¿o si?
En conclusión:

Los humanos tememos que si algún día algo extraño pasa o sucede nos asustamos. Tenemos miedo y la reacción de estos es atacando, nos da tanto miedo lo nuevo que atacamos, nunca buscamos una lógica o tal vez siempre que ven algo diferente lo creen de otro mundo y tal vez en ciertas ocasiones así sea.

Archivo 4 de C.I

28 de Mayo del 2020

—Este día—habló el sacerdote despejando mis pensamientos—despedimos—los llantos comenzaban—al querido e inolvidable Alfred Carrington, nos abruma el desconsuelo y todas las lágrimas que por ti se derramen no bastaran ni sobraran para expresarte nuestro más acentuado cariño por ti. No te decimos adiós, sino hasta pronto.

Había llegado el momento...

Todos pasaron con una rosa blanca para despedirse de mi difunto abuelo, hasta que llegó mi turno. Con una fresca rosa blanca entre las manos pasé a despedirme de mi querido abuelo Alfred, que fue más mi padre que abuelo. Quien me cuidaba, me daba consejos, jugaba conmigo, me leía por las noches y me hablaba de sus aventuras de joven. Tantos momentos y recuerdos... Hoy le digo adiós. Mi padre a unos cuantos pasos de mi me miro con cara dura, dándome a entender que me apresurara. Hasta en un día como este no dejaba de presionarme. Y era cuando me preguntaba, ¿de verdad se siente mal, o finge que lo esta?

La rosa había sido lanzada y la tierra comenzaba a cubrir el ataúd. Las lágrimas caían lentamente por mis mejillas.

El día era tan triste que el cielo estaba cubierto de espesas nubes grises y oscuras. Que no dudaba que las gotas de lluvia caerían pronto y se llegara a convertir en una tormenta.

En el cementerio familiar no había muchas personas, solo la misma familia. Y a pesar que la dinastía Carrington era extensa, no todos estuvieron presentes el día de hoy.

Me tuve que mover de donde estaba, porque mi tía Dominic seguía de despedirse. Seguía anonadada teniendo la vista en el ataúd de madera oscura que conforme los segundos se perdía entre la tierra gris. Regresé a tomar asiento a mi lugar junto a Daniel, mi mejor amigo.

Me rodeó con sus brazos dándome un abrazo de lado—Tranquila, cariño— me susurró al mismo tiempo que beso mi frente. Él era mi soporte cuando más derrumbada me sentía.

Quería hacerlo, tranquilizarme. Pero justo enfrente de mí se encontraba una gran foto del abuelo Alfred donde se veía sonriente, con alegría, con sus canas, su bigote oscuro y sus lentes de contacto. El marco estaba rodeado de tulipanes blancos, los favoritos del abuelo. Junto con otras florecillas silvestres. Era inevitable no sentirme mal con esa imagen, recordando que su sonrisa no aparecerá más.

—Necesito caminar un poco—le dije en voz baja a Daniel. Estar en un momento tan triste como este no era bueno para mi salud mental, mucho menos tratándose de una persona tan cercana a mí. Y eso dolía, dolía mucho.