SIXTEEN

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HyunWoo aprieta con fuerza un lado mi cadera ya que su otra mano masajea mi cuello, sabe lo que está haciendo porque me siento adormecido y perdido. Todo lo que había logrado hasta ahora parece estar cayéndose por esas malditas manos, esos malditos labios, esos malditos músculos, esa maldita anatomía, ese maldito ser que tengo enfrente mordiendo con fuerza mi boca, llenándola de él con diversión. ¿Qué mierda estoy haciendo?

—Hyung —pido separándome con la voz finita, lo veo y siento mis piernas flaquear—. No debemos.

Se queda callado y busca detrás mío, escucho como una puerta es abierta y me empuja dentro de ese lugar, cierra la puerta sin soltarme y rápidamente me estampa contra la pared nuevamente. Me sujeta ambas mejillas y las apretuja haciendo que mi boca se abra en forma de ocho, sonríe y deja un pequeño beso sobre ella.

—Estás tan malditamente hermoso —comenta con la voz gruesa y junta otra vez nuestras bocas, cierro mis ojos sintiendo ambos belfos picar por contacto. No entiendo nada pero esto me gusta y sé que está mal.

HyunWoo hace que mis piernas queden alrededor de su cintura y comienza a repartir saliva por mi cuello en forma de besos, un quejido se me escapa cuando lo siento morder sobre la piel y aprieto con fuerza los ojos cuando una falsa estocada despierta de golpe a mi miembro.

—Hyung...

—¿Qué precisas, amor? —se detiene y automáticamente abro los ojos, su cabello ya se encuentra alborotado y su camisa desacomodada, trago saliva ante la imagen y sufro una descarga que me hace gemir bajito, aun así junto aire para hablar.

—Nada —sus comisuras se elevan y me muestra una sonrisa lasciva, asciende y con prisa uno nuestros labios de forma brusca, rodeo su cuello con ambos brazos y mis dedos tiran de los cabellos de su nuca mientras el beso sigue aumentando en intensidad.

Me acomoda entre sus brazos y me lleva más arriba haciendo que su cabeza quede alzada, camina unos pasos hasta que me suelta y caigo a lo largo de un sillón que no sé de dónde apareció. Su cuerpo queda grande y poderoso frente mío, y gimo nuevamente.

Sonrío y me quito el rastro de saliva con el dorso de la mano para luego colocarme de rodillas y besar su mandíbula, con mis manos desajusto su corbata y desabrocho algunos de los botones mientras sigo bajando por su cuerpo repartiendo besos y lamidas. Larga un suspiro y siento una cachetada en mi culo, suelto un gemido al instante y lo miro con el ceño fruncido haciendo que sonría.

—Tan hermoso —objeta y me guía hacia atrás para que me coloque contra el rincón del sillón, se desabrocha los últimos botones mientras trepa por este y termina entre mis piernas, luego de separarlas—. ¿Sería un delito si te hago mío ahora mismo?

Sin poder evitarlo largo una carcajada y le beso la mejilla, su camisa cae al suelo y me deja ver su torso marcado, mi boca se hace agua y trago, recordando esa vez que casi tenemos relaciones en su cama, si no fuera por mi estúpida bocota.

Lo miro a los ojos y veo que está esperando una respuesta, sonrió de costado y comienzo a acariciar su cara con mis manos.

—Pensé que no ibas a pedir permiso para eso cuando literalmente me empujaste hasta aquí con besos intensos —me muerdo el labio al final sin dejar de observar sus ojos oscuros, lo veo tragar y como si yo fuera su presa, esperando el momento exacto para devorarme, se acerca lentamente. Sonrío ante el pensamiento, ¿Qué más da?—. Adelante, tigre.

Son HyunWoo se caracteriza por ser una persona tranquila y atenta, pide permiso y perdón por absolutamente todo. Pero viéndolo de esa forma, con los labios hinchados y entreabiertos, con los ojos tranquilos pero alertas y lascivos; me hace contener la respiración y removerme entre su cuerpo con la necesidad de buscar más contacto, entregarle lo que quiere.

El fotógrafo de papá [ShowKi]Where stories live. Discover now