Amargos 6 meses...

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Estuve ciega por 6 meses con uno de esos patanes de los que os comenté. De esos que se dibujan como angelitos al principio, contándonos solo cosas bonitas, y en realidad traía puesta una careta que no tardaría en quitarse.

Al principio todo era muy bonito, entre nosotros. Digo entre nosotros porque en aquel entonces muchos de mis amigos, que tenían una visión desde fuera de la situación, se me acercaban a alertarme sobre la realidad de aquella ´´relación´´, pero ya saben que ´´no hay peor ciego que el que no quiere ver´´, y que ´´nadie escarmienta por cabeza ajena´´. Era en vano todo lo que me decían, yo era ciega y sorda. No escuchaba ni a mis padres cuando trataban de hacerme reaccionar. En muchas ocasiones llegué a pelear con ellos, diciéndoles que estaban equivocados, por culpa de ese gilipollas, pero en aquel momento no era capaz de ver nada más. No era capaz de calcular todo de lo que me arrepentiría después.

Me había convencido de que todos los chicos eran así, tarde o temprano serían así y eso era lo que me merecía; no creía en que existiera o conociera algo mejor. A veces, confieso, tenía lapsus de lucidez en los que le veía como un auténtico idiota, de esos que no tiene nada en la cabeza y solo hablan absurdos y tonterías porque creía que así se veía genial, pero enseguida  borraba ese pensamiento y seguía adelante, convenciéndome a mí misma que la del problema era yo. Siempre fui consciente de que no le amaba, pero creía que con el tiempo el sentimiento nacería de una forma u otra.  La cuestión es que eso nunca pasó, nunca llegué a quererle. Yo misma estaba poniendo una venda en mis ojos y no me estaba dando cuenta. Hoy pienso en ello y ni siquiera sé por qué me mantenía firme en aquella locura.



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Nota de la autora:

Me hace mucha ilusión compartir con vosotros esta pequeña historia...
Espero comentarios y que le den mucho amor...
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RELATO DE UN CORAZÓN ROTO...Where stories live. Discover now