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—¡Ya calmense!—Gritó la señora Lee, cansada de ver como tres chicas corrian por toda la casa, escuchando sus gritos, maldiciones y estruendosas risas; los golpes contra las paredes eran constantes y los almohadones del sillón estaban por el piso luego de ser usados como proyectiles.— ¡Van a romper algo!

—¡Mira lo que me hicieron en la cabeza!—Gritó Siyeon mientras estaba de un lado de la mesa y sus oponents del lado contrario. Las tres estudiando cada movimiento, esperando el momento oportuno para escapar y/o atacar.

—¡Ya dejen de correr! ¡Seguro te queda bien!—Una distracción para la loba feroz, un escape para las otras dos.

Se escuchó un fuerte golpe, era la puerta del garage cerrandose con toda la desesperación de Bora y Gahyeon. Siyeon corrió hacía ella y empezó a golpearla con fuerza.

—¡Salgan malditas cobardas!

—¡Se dice cobardes!  —Defendió Gahyeon mientras sostenía la puerta desde dentro, temiendo que su hermana comenzara a forsejear.

—¡Si salen no las mataré!

... Silencio, pensamientos y un veredicto.

—¿De verdad?—Bora y Gahyeon asomaron su cabeza y la más alta asintió.

—Lo prometo...—Puso su pié entre el marco y la puerta. Ya no podrían cerrar.— Solo las torturare hasta que esten medio muertas.

—No, tra-to can-ce-lado—Ambas intentaban volver a cerrar la puerta, pateando el pie de la Lee mayor y agitando la madera para cerrar.

—Van a romper la puerta de MI casa, así que dejen de jugar, ordenen lo que tiraron y sientense a desayunar.

—Mamá, me tiñeron el pelo ¡Y me cortaron flequillo!

—Y te queda hermoso. Preguntale a tu padre sino. Ahora hagan caso.

—Ag~ Bien...—Se escucharon las quejas de las tres adolescentes mientras salían del garage hacía la cocina. 

—Hay Yougurt de multifruta, aprovechenlo por que el supermercado ya no va a traerlo más.

Como rutina Gahyeon sirvió tras vasos de yougurt, Siyeon sacó una galletas de la alacena y Bora acomodó los almohadones. Se sentaron en el sillón a desayunar mientras hablaban con Yeeun sobre lo que decía el noticiero del mediodía. Todo volvía ser como normalmente era, un ambie te tranquilo y libre de gritos. Bora ya era parte de la familia, incluso para Siyeon que aunque tenía sentimientos raros hacía la Kim, no dejaba de estar cómoda con ella cerca.

 Gahyeon miraba de reojo como estaban hombro a hombro, apoyandose en la otra. Su hermana más inclinada mientras tenía un pie sobre el asiento. Su amiga estaba ocupada con un vaso en la.mano mientras el otro sostenía su celular pero tenía la cabeza ladeada en dirección a la pelinegra. Se hacía la idea de estar fuera de lugar, y era momento de averiguarlo. Bebió de un trago lo último de su vaso y se levantó para lavarlo. Ninguna pareció notar su ausencia, no se habían separado, de hecho Bora se había acomodado en su lugar y Siyeon terminó poniendo su cabeza en el hombro contrario. Gahyeon sonrío y llevo sus ojos denuevo a su amiga. Ops, la había descubierto.

SuA le frunció el ceño y apartó su mirada a la Televisió, su mejilla quedó contras el pelo de la más alta. Y no parecíó importarle. Estaba cómoda, comenzaba a hacer algo de frío y la Lee mayor era bastante cálida. Tal vez era su enorme y suave buso verde oscuro.

Aunque estaban en una pose algo contraproducente teniendo en cuenta los pensamientos de la menor, o sus pensamientos traicioneros. No se había acostado con Siyeon solo por que era bonita, esa noche había hablado con ella más que en los 5 años que habían ido juntas a la escuela. Le agradaba pese a tener un caracter tan molesto e irritable, tenía tan poca paciencia a veces... Otras era divertida, tenía una risa extraña, como si estuviera congestionada pero era era gracioso. Tambien era dedicada, y tan apasionada que resultaba atrayente. Su gran talento, su ambición por se una cantante famosa, que esforzara por sus sueños era... Atractivo.

Y Bora no era tan mentirosa cuando la conocías, claro, tenía una voz chillona, una risa irritante pero alegre; en cierta forma se lo contagiaba. Le gustaba, en el fondo lo sabía... Pero Gahyeon era tan molesta con su novela de amor que volvía insoportable siquiera pensar en tener algo con "SuA unnie". Quería golpearse la cabeza para olvidar sus recientes sentimientos, en especial por que no quería darle la razón a su hermanita.

—Asi que... ¿Qué opinas?—Su voz baja la delataba. Estaba nerviosa por saber la opinión de Siyeon. Era su canción después de todo y aunque no supiera absolutamente nada de baile, le interesaba. Pero su rostro jugaba con ella, no había expuesto absolutamente nada mientras bailaba. Ni agrado o disgusto. Era neutro. ¡Odiaba eso! Y el silencio mientras fingia pensar era aún más cruel.

—Pues no sé que decirte... Me gustó pero-

—¿"Pero" qué?—tenía que saber dónde estaba la falla para mejorar la coreografía.

—Pero seguro Gahyeon podría darte una mejor opinión.—aclaró su garganta y se levantó. Estiró sus brazos hacia los lados.—Pero me gustó el paso donde haces así.—Hablo mientras se agachaba en el piso y movia sus brazos frente a ella, primero hacía arriba del lado derecho y como el brazo inquierdo bajaba hacía su lado, formando una diagonal con ambos brazos. Imitando con dureza los pasos que Bora antes había interpretado con fluidez y soltura.

—¿De verdad?

Siyeon la miró y asintió con una sonrisa, conectando sus ojos a los de la castaña-rubia por un momento donde dejó salir más pensamientos con la mirada de loz que le habría gustado. De hecho la coreografías le había emcantado. Verla mover su cuerpo con pasos lentos y delicados, una mirada suave, ciertamente melancólica como la canción. Transmitía el sentimiento de una forma increíble. 

Lo dijo con la mirada y eso llenó de confianza a la más baja que se acercó y le ofreció una mano mientras le agradecía.

—Ya cumpliste con mostrarmela a mi primera, estas libre.

—Lo sé aunque no te pedí nada a cambio.—Se cruzó de brazos.

—¿Y qué vas a querer a cambio? —Arqueó una ceja.

—Quiero escucharte cantar. No. Voy a ser específica con lo que quiero para que no tengaz opción. Quiero que cantes "Paradise" ahora, acapella y solo para mí.

—Uhm suena justo. Una presentación en vivo por otra.

—Y privada. —Aclaró Bora levantando un dedo frente a ambas.—Super estrellas como nosotras somos de elite. No cualesquiera puede vernos.

—Tu modestia es de elite... Espera ¿tienes modestia siguiera?

—Solo canta Siyeon.—Rodó los ojos, tratando de no demostrar la ilusión que le hacía escucharla cantar. Y solo para que ella lo escuchara.

— ¿Alguna vez te dijeron que eres muy mandona?

—Diariamente.

—Lo supuse.—Siyeon se aclaró la garganta, tragó saliva y respiró profundo. Calentó muy simplemente al decir "ma" un par de veces y entonando la sílaba en dos o tres notas diferentes. No quería retardar más esto. Volvió a inspirar y esta vez exaló suaves palabras. La letra de "Paradice" secretamente era un consuelo a sí misma, para esas noches donde la oscuridad la dominaba por completo y la sumía en una terrible soledad.

Pero no era verdad que estaba sola, muchas veces su visión se distorcionaba. No lograba ver que realmente tenía buenas personas en quién confiar. Gahyeon era una de ellas, su padre era otra y lamentaba estar incluyendo a Bora en ese minúsculo grupo. Pero de un momento a otro, ya no era la mentirosa... Por que no lo era.

AmbiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora