Capítulo Dieciséis

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Lucinda:

—Aquí vives.. —Pronuncia Ángel después de detener el coche. —Megan..

Cierro los ojos y paso las manos por mi rostro, niego y me duele volver a abrirlo, aún más, mirar a Angel.

—Lucinda.

—¿Cómo dices?

—Me llamo Lucinda, no Megan. —Pronuncio. —Estoy sustituyendo a Megan.

—Entonces..¿Te hiciste pasar por otra persona?

Asiento con la cabeza

—¿Sabes que eso es un delito?

Vuelvo a asentir.

—Y que pueden meterte a la cárcel durante 6 meses o 3 años?

—Sí, lo sé y lo lamento. —Pronuncio. —Callum sabe que no soy Megan, pero no queri que tú lo supieras.

—Si Callum lo sabía creo que eso arregla un poco tu situación.

—Ángel..

—No estoy molesto, no te preocupes... ya me parecía raro que no fueras como la Megan que describen en su página, sus personalidades son diferentes.

—Sé que soy inexperta..

—No me refería a eso.

El sonríe. —Eres divertida.

—Gracias.

Trago saliva.

Ángel suspira.

—Lo lamento. —Me disculpo. —Lo lamento, Ángel, pero no creo que pueda seguir con las terapias.

Ángel me observa en silencio.

—Lo siento, no puedo ayudarlo, no puedo hacerlo. —Sollozo. —Creí que podía lograr curar a mi ídolo, Callum Credd, creí que podría ayudarlo porque me gusta, pero ahora se que solo lo he justificado y he buscado miles de formas de aferrarme a él solo por dejarme llevar por lo que siento.

—Lucinda...

—Pero no puedo hacerlo. —Lloro. —Debiste verlo..Debiste verlo.. Iba a ...

Me detengo.

—Lo he visto. —Me responde.

Pongo los ojos en él.

—Y he querido huir de el muchas veces igual que tú.

Sus ojos me observan.

—Pero no lo hago porque estoy demasiado metido en esto como para abandonarlo. —Responde y me limpio las lagrimas. —Callum es la única persona que tengo, es mi hermano, mi amigo.

—Ángel..

—Y con esto no te culpo si decides irte.

Aprieto los labios.

—Hazlo si eso deseas, pero solo si lo deseas y no quieres volver a verlo, hazlo.

¿No volverlo a ver nunca más?

—No seria justo que volvieras a aparecer en su vida si después de abandonarlo decides que no es lo que querías.

—Ángel..

—Solo deseo que tomes la decisión correcta.

Asiento con la cabeza.

—Gracias.

Ángel no se va hasta que yo entro a la casa y desde la ventana me despido de él.

Ha sido la última vez.

La última vez que vi a Callum Credd.










(*)











—Vaya, parece que resulto patético tu primer paciente. —Me dice la señora Morris. —De igual forma quiero un informe de ese caso, lo archivas y me lo das.. ¿Entendido?

—Si.

—Ya puedes irte.

Salgo de su oficina.

Voy directo a la mía y me deshago.

—¡Vieja gruñona!

Mi celular me sobresalta.

Se termina por caer al suelo junto con los papeles que llevo en las manos, ignoro el móvil y comienzo a recogerlo.

Los llevo a la mesa, pero el móvil ha dejado de sonar.

Lo recojo y al regresar a mi escritorio, este vuelve a sonar.

Ni siquiera veo el nombre.

—¿Quién es?

—Lucinda, soy Ángel.

Ángel.

—Ángel.. ¿Por qué me llamas?. —Pregunto confundida.

No debería hacerlo.

Decidí alejarme de Callum.

Esa fue mi decisión y quedábamos de que, si bajaba de su coche anoche, yo me iría para no volver al lado de Callum jamás.

—¿Por qué me llamas ahora?

—Es Callum.

Callum..

—¿Pasó algo?

—Cuando regrese anoche.. Después de que te fuiste..

La voz de Ángel se rompe.

Siento como si mi corazón fuera a salirse de mi pecho. —¿Qué sucedió...¿Qué le paso a Callum?

Me preparo para escuchar lo peor y, aun así, no estuve lista para lo que Ángel tenia para decirme.

—Él tuvo una sobredosis.






Hola..

Quizás me maten por decir esto, pero..

Hoy nos quedamos aquí.

No tengo tiempo para escribir otro capítulo :(

Nos leemos y espero que hayan disfrutado de esta maratón.

>>Yiemir.

Bajo los ReflectoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora